Hoy escuché y hasta leí por ahí que la naturaleza se ha ensañado con Santiago del Estero, en referencia con el tema de las inundaciones en las cuencas de los Ríos Dulce y Salado.
Tengo otro parecer, la naturaleza no es la culpable, nosotros nos hemos asentado en lugares que tienen estos fenómenos de manera recurrente. Santiago del Estero se llama "del estero" por esto, los grandes bañados, bajos inundables que los mismos ríos desarrollan en su dinámica para arrojar los caudales excedentes cuando el cauce pierde capacidad de conducción en las épocas de crecidas.
Todos los ríos de planicies extensas, sobre materiales sedimentarios, lo hacen. El hombre debe aprender a usa a su favor estas condiciones, y convivir con ellas si quiere seguir viviendo allí, no tratar de cambiar la naturaleza porque le sale más y empeora las cosas.
Con tanto Japón en las noticias, uno se olvida del vecindario. Tienes razón, hay que respetar la naturaleza y hacer que juegue a nuestro favor sibn torcer sus potencialidades, que a la larga pasan cuentas terribles cuando vuelve por sus fueros perdidos.
ResponderBorrarQue vaya mejorando la cosa allá.
Querido Jorge,
ResponderBorrarEs muy triste pero es la realidad, nosotros somos culpables de destruir el mundo que habitmos.
Muy buena tu entrada, gran pena por lo sucedido.
Cariños desde Perú,
María del Carmen
Así es AleMamá, tal como dices "hacer que juegue a nuestro favor", para ello hay que conocerla bien para "saber como".
ResponderBorrarMuchas gracias. Saludos Santiagueños.
Muchas gracias María del Carmen. En gran medida es cierto que tenemos responsabilidad sobre los daños a la propiedad instalada en cada suceso, Por un lado la gente mas humilde no es asistida correctamente y por necesidad vive cerca del río y hasta vive de él, y por otro lado no se llevan acabo las medidas preventivas con "calidad en oportunidad", todos los apuros llegan cuando el agua ya llegó.
ResponderBorrarMuchas gracias. Saludos Santiagueños.