Por Lioman Lima, publicado por BBC News Mundo.
El 23 de diciembre de 2015, una parte de Ucrania se quedó a oscuras.
Fue una noche dentro de la noche: nadie sabía a ciencia cierta qué había sucedido.
Las plantas eléctricas no habían reportado ningún desperfecto, los generadores funcionaban con normalidad, todo parecía operar de acuerdo a los parámetros.
Hasta que unas 700.000 personas se quedaron sin electricidad.
Poco después, los expertos encontraron la causa: las centrales eléctricas habían sufrido un ataque cibernético, aparentemente coordinado por piratas informáticos rusos (algo que el Kremlin niega).
Pasó a la historia como el primer hackeo exitoso contra una red eléctrica en todo el mundo.
Pero no fue el único.
Los ataques continuaron contra las plantas eléctricas ucranianas y pronto se esparcieron al otro lado del mundo.
En 2017, al menos una docena de compañías eléctricas, incluida la planta nuclear Wolf Creek, en Kansas, Estados Unidos, también sufrieron ataques informáticos que, según el FBI, también fueron coordinados por "ciberactores" desde suelo ruso.
En los últimos días, sin embargo, han llegado por primera vez sugerencias de potenciales intrusiones del otro lado.
Un reportaje publicado el pasado sábado en The New York Times aseguró que Washington también ha intentado colarse en la red eléctrica rusa y que ha insertado algunos virus para activarlos en caso de algún conflicto o señal de una nueva intromisión del Kremlin en asuntos internos de EE.UU.
Ninguno de los actores implicados confirmó la información.
El presidente Donald Trump la calificó de "noticia falsa" y cuestionó las implicaciones que podría tener el reportaje para la seguridad nacional de su país.
El Kremlin se limitó a opinar que su red está segura, aunque admitió que existe una "posibilidad hipotética" de "ciberguerra" entre las dos naciones.
Sin embargo, el reporte puso luz otra vez sobre una forma solapada de ataques entre Rusia y Estados Unidos que han tenido a las redes eléctricas como protagonistas.
La cruciales redes eléctricas
Michael Ahern, director de sistemas de energía en el Instituto Politécnico de Worcester, comenta a BBC Mundo que en los últimos años, la seguridad de las redes eléctricas se ha convertido en una preocupación para muchas naciones, no solo por la posibilidad de ataques "terroristas", sino también por parte de gobiernos "enemigos".
Foto de Getty Images, vista en BBC |
"Por eso es probable que todas las naciones estén trabajando para mejorar sus capacidades cibernéticas. Ha habido un par de ataques que provocaron cortes de energía en Ucrania, y en América del Norte la Comisión Federal de Regulación de Energía exige a los operadores de la red que cumplan con un plan de protección de infraestructura crítica", señala.
Sin embargo, de acuerdo con el experto, los intentos de algunas naciones de penetrar en la red eléctrica de otros países no son nuevos, en teoría.
"Los países siempre han buscado influir unos sobre otros y han usado las tecnologías electrónicas como un tipo de ventaja (por ejemplo, el radar, la intercepción de señales, el descifrado de códigos)", comenta.