BUENOS AIRES, 3 oct (Xinhua) -- La economía de Argentina se encamina en los próximos dos años a un lento pero progresivo deterioro, con bajo crecimento, alta inflación y pérdida de reservas internacionales, advirtió hoy el experto Matías Carugati.
El analista, economista Jefe de la consultora Management & Fit(M&F), dialogó con Xinhua sobre las perspectivas económicas de este país, que irá a elecciones de medio término el próximo 27 de octubre, cuando el gobierno de la presidenta Cristina Fernández buscará remontar el revés de las primarias del 11 de agosto.
"Con el resultado de las elecciones prácticamente 'cantado', una derrota del Gobierno en los principales distritos del país, la pregunta clave es qué va a pasar con la economía de cara al 2015", planteó Carugati.
Con base en las características del estilo de gobierno de Fernández, el analista da prácticamente por hecho que el rumbo de la política económica seguirá igual.
"Ni profundización del modelo, ni correcciones o giro pro-mercado. Ello implica una economía en lento pero progresivo deterioro", consideró.
Aseveró que resultan previsibles "dos años de bajo crecimiento, alta inflación, deterioro de los balances fiscal y externo, pérdida de reservas internacionales, continuidad de las mini-devaluaciones del dólar oficial y de la brecha con el dólar paralelo".
Expuso sin embargo que este escenario "no quiere decir que no haya cambios, pero cualquier modificación ocurrirá por pragmatismo más que por convicción; ya que como dijo la propia mandataria, 'ella no es la Presidenta del ajuste'. Se trata de administrar lo mejor posible la inevitable transición, tanto política como económica".
El escenario argentino pasa por las primarias del 11 de agosto cuando el Gobierno fue derrotado en los principales distritos del país, y cosechó 26 por ciento de los votos, una marcada baja respecto del 54 por ciento que logró Fernández en las elecciones presidenciales de 2011, y de seis puntos frente a las legislativas de 2009.
Para los analistas locales, este resultado electoral sepultó cualquier posibilidad de avanzar en una reforma constitucional que permita a Fernández aspirar a un tercer mandato consecutivo, tras el de 2007-2011 y el actual, que concluye en diciembre de 2015.
En cuanto a los factores que afectan el crecimiento económico, y puntos como la inflación y los acuerdos de precios entre Gobierno y supermercados, Carugati observó que "hay cuestiones a monitorear en los cuatro motores del crecimiento".
"El consumo privado se muestra poco dinámico debido al estancamiento de los ingresos reales, mientras que el cepo cambiario (control al dólar) y las restricciones comerciales atentan contra la inversión", dijo.
Por el lado externo, citó "la dependencia de Brasil, principal socio comercial, sobre todo en el mercado de automotores, y de la soya nos dejan muy expuestos a shocks negativos (una desaceleración brasilera, menor cosecha a la esperada o incluso una caída en el precio de la soja".
Carugati argumentó que aún "el único motor que hoy continúa 'a pleno', el gasto público, está encontrando límites, que provienen de las dificultades para su financiamiento".
Respecto de la inflación, "sin entrar en la discusión de sus orígenes, a esta altura creo que estamos todos de acuerdo en plantear que es un fenómeno alimentado por varias causas".
Refirió entre éstas la "monetización del déficit fiscal, expectativas descontroladas, la puja distributiva entre empresas y trabajadores y, de manera más reciente, la aceleración de la devaluación del tipo de cambio oficial".
El acuerdo de precios, que rigió desde febrero por seis meses,"puede ser una herramienta transitoria para encauzar la inflación hacia niveles aceptables, siempre y cuando se la utilice en el marco de un programa anti-inflacionario consistente, creíble y sustentable", advirtió.
Para la administración local, los precios han subido a un nivel promedio de 10 por ciento anual de 2007 a esta parte, mientras que para la oposición y consultoras privadas los incrementos han sido del orden del 25 por ciento anual.
Sobre el frente externo, advirtió que Argentina "se encuentra muy expuesta a los vaivenes globales. El nivel de actividad, las exportaciones y, por ende, la capacidad de generar dólares en una economía que los necesita con apremio, dependen mucho de la economía brasilera y de las cotizaciones de los commodities".
En este sentido, sostuvo que "las señales de que la FED -la Reserva Federal de Estados Unidos- no cortaría con su política monetaria ultra-laxa, favorecen la situación local, aunque la economía brasilera todavía no muestra señales de un sólido repunte respecto del pobre crecimiento del 2012".
"Así todo, la fuerte necesidad de divisas del país (agravada por problemas energéticos estructurales) implica la continuidad del control de las importaciones y un posible endurecimiento del cepo cambiario, para restringir la fuga de dólares vía turismo", vaticinó.
En cuanto a la deuda, donde Argentina enfrenta una demanda de bonistas en Nueva York, Carugati señaló que "la estrategia es mostrar voluntad de pago y garantizar el servicio de la deuda para quienes ingresaron a los canjes previos", operados en 2005 y 2010, con un nivel de aceptación de 93 por ciento de los acreedores.
Sin embargo, mencionó que "estas señales parecen haber llegado relativamente tarde, después de dos fallos judiciales en contra, y podrían socavar la propia defensa legal del país".
La cuestión ahora, apuntó, llegó a instancias finales (está en la Corte Suprema de Estados Unidos) y habrá que dejar pasar el tiempo para poder determinar una tendencia clara en este asunto.
"Pero no hay demasiado margen para el optimismo. Más de una década después, Argentina podría llegar nuevamente a una situación de default, aunque esta vez no buscado", alertó. / Por Juan Manuel Nievas y Ricardo T. Rivas en
Xinhua.