La mayor batalla de drones del mundo, en plena pandemia de coronavirus.
Por Daniel Vittar, publicado en
Clarín.
Como en una película futurista de Hollywood, y en medio de la pandemia de
coronavirus que aún angustia al mundo, el cielo del norte de Africa vivió el
mes pasado una inusitada batalla de drones, considerada por los
especialistas como la mayor del mundo hasta el momento.
En este caso los que eligieron el escenario no fueron entusiastas
productores cinematográficos, sino potencias mundiales en conflicto por los
recursos de la zona. De paso aprovecharon la oportunidad para probar sus
nuevas tecnologías bélicas, cada vez más sofisticadas.
El lugar concreto fue Libia, un país desmembrado por la guerra civil que
nunca se repuso tras el ocaso, derrota y muerte de Mohamar Kadafi. Y los
protagonistas, Turquía, Rusia y el oscuro mariscal Khalifa Haftar que
controla buena parte del país árabe.
Pero las figuras centrales fueron los modernos drones turcos Bayraktar TB2,
que barrieron con los blindados y combatientes de Haftar cuando intentaba
tomar los suburbios de Tripoli, ciudad bajo control del Gobierno de Acuerdo
Nacional (GAN).
Bayraktar Tactical UAS. Visto en Wikipedia. La imagen no pertenece a la nota de Clarín |
Se los conoce como UCAV, por sus siglas en inglés “Unmanned Combat Air
Vehicle”, o vehículos no tripulados de combate aéreo.
En la contienda también intervinieron los efectivos drones chinos Wing
Loong y cazas franceses utilizados por las fuerzas del mariscal.
Hoy Libia está bajo el tironeo de las grandes potencias, que reclaman la
enorme riqueza de hidrocarburos en su territorio y, especialmente, en su
costa marítima.
El presidente turco de Recep Tayyip Erdogan firmó a fines del año pasado
un acuerdo con el endeble Gobierno Nacional Libio para explotar recursos
en una amplia zona del Mediterráneo, que incluye una polémica
delimitación de fronteras. Esto enervó a los países de la región porque
marca la ruptura de la libertad de movimiento en este mar.
Hoy, la división está marcada en el campo de batalla libio. El GAN es
respaldado por la ONU, Turquía y Qatar. Su rival, el Ejército Nacional
Libio (LNA) que dirige Haftar, cuenta con el apoyo de Rusia, Emiratos
Arabes Unidos, Arabia Saudita y Egipto. También de Francia, pero en
forma más solapada.
El mariscal Haftar, un ex militar de Kadafi que sobrevivió al descalabro
libio gracias a sus vínculos con la CIA estadounidense y los servicios
de otros países, formó un ejército conformado por milicias de varias
tribus árabes. Dirige los pozos petroleros del este, con eje en Bengasi.
Ninguno de los bandos tiene aviación propia, pero sí la reciben de
patrocinadores, lo que convirtió la guerra civil en Libia en un
conflicto multinacional.
Emiratos Arabes Unidos le proporcionó a las fuerzas de Haftar algunos
cazas franceses y drones de fabricación china “Wing Loong II”. Rusia
le envió tropas mercenarias de la poderosa contratista privada Wagner
Group, y el sistema de defensa aéreo Pantsir S-1.