Una increíble y hermosa tarde me invitaba a una de esas largas caminatas vespertinas, ya habituales.
Salí de la office, llegue a casa, dejé los bártulos laborales, una tasa de café con leche y salí cámara en mano. Cruce al querido paseo y Perro largó en punta para acompañarme un buen tramo. Llegué a la Plaza San Martín, estaba llena de gente que hacían lo mismo que yo, disfrutar la tarde. Allí me encontré a un viejo amigo con su señora y seguimos caminando por la peatonal hasta la Plaza Libertad. Allí nos despedimos.
La Plaza tenía el mismo panorama, gente paseando. Luego de tomar un poco de aire, continué en la misma dirección, hacia el sur. Terminé de atravesar el centro comercial de la ciudad y llegué a la Avenida Alsina, frente a la Escuela Normal Manuel Belgrano. Allí me encontré una vieja furgoneta VW, me hizo recordar una, que hace ya muchos años atrás supo tener mi abuelo. La de viajecitos al campo que hacíamos los dos.
Seguí mi caminata y llegué a la esquina de la Plaza Sarmiento. allí las sobras le ganaban a la luz y mi cansancio a mi. Giré y retorné al norte.
Salí de la office, llegue a casa, dejé los bártulos laborales, una tasa de café con leche y salí cámara en mano. Cruce al querido paseo y Perro largó en punta para acompañarme un buen tramo. Llegué a la Plaza San Martín, estaba llena de gente que hacían lo mismo que yo, disfrutar la tarde. Allí me encontré a un viejo amigo con su señora y seguimos caminando por la peatonal hasta la Plaza Libertad. Allí nos despedimos.
La Plaza tenía el mismo panorama, gente paseando. Luego de tomar un poco de aire, continué en la misma dirección, hacia el sur. Terminé de atravesar el centro comercial de la ciudad y llegué a la Avenida Alsina, frente a la Escuela Normal Manuel Belgrano. Allí me encontré una vieja furgoneta VW, me hizo recordar una, que hace ya muchos años atrás supo tener mi abuelo. La de viajecitos al campo que hacíamos los dos.
Seguí mi caminata y llegué a la esquina de la Plaza Sarmiento. allí las sobras le ganaban a la luz y mi cansancio a mi. Giré y retorné al norte.
precioso! gracias x hacernos participar de tu vida! y de tus caminatas y de SdE!
ResponderBorrar"luego de tomar un poco de aire", dichoso de vos jorge, aquí estamos como los salmones: ahumados!!! dentro y fuera de nuestras casas...
ResponderBorraresperemos que cambie el viento porque ya no se aguanta!!!
Muchas gracias por tu comentario Marta. Próximamente pondré más fotos del pago.
ResponderBorrarMe imagino que debe ser bastante molesto Hugo, muchas veces a mi me tocó padecer este tema del humo en la campaña. Lo más molesto es el olor que se impregna en la ropa durante días. creo a partir de hoy tendrán viento sur por allí, así es que descansaran un poco.
Saludos Santiagueños amigos.