Por estos días todos estamos pendientes de las noticias que llegan de la mina de cobre y oro a 800 kilómetros al norte de Santiago, en el desierto de Atacama, 33 mineros con paciencia y fe esperan ser rescatados, tras sobrevivir a un derrumbe ocurrido hace ya 19 días.
El domingo pasado, al descubrirse el milagro que todos, los 33 estaban vivos luego de 17 días atrapados, se reedito el "viven", algo similar a lo ocurrido en el año 1972, cuando un avión bimotor Fairchild de la Fuerza Aérea uruguaya, con 42 pasajeros (integrantes de una comitiva de rugby) a bordo se estrelló en plena cordillera de Los Andes. Luego, 72 días después, 16 fueron rescatados con vida.
El tema es que, como aquella vez, en Chile todo lo relacionado al tema "mineros", está relacionado al rescate con vida de los mismos. Se puede decir que una inmensa mayoría del pueblo chileno reza por un final feliz, y agradece a nuestro Señor el milagro. Todo tiene que ver con la vida, la preservación de la vida de los trabajadores atrapados. Sentimiento que no pocos, desde los países vecinos acompañamos, sumando nuestras oraciones.
El tema va para largo. Pero todos deseamos que se haga lo más breve posible, por ellos y sus familias, y que todo quede en una historia digna de una de esas películas épicas de Hollywood.
ResponderBorrarSaludos, Jorge, desde el verano andaluz.
Buen deseo, amigo Landahlauts.
ResponderBorrarSaludos Santiagueños, desde el final del invierno.