Un Blog personal. "Me gusta estar informado, entender lo que pasa y lo que se viene". "Scientia potentia est".-
lunes, 28 de junio de 2010
Un frío pero soleado lunes
2 comentarios:
Bienvenido al blog y muchas gracias por su visita. Espero que el contenido sea de utilidad, interés y agrado.
Los comentarios están moderados. Antes de colocar un comentario lea bien las condiciones, tenga en cuenta que no se permitirán comentarios que:
- sean anónimos y/o posean sólo un nickname.
- no estén vinculados a una cuenta.
- posean links promocionando páginas y/o sitios.
- no se admite propaganda de ningún tipo
- puedan resultar ofensivos o injuriosos
- incluyan insultos, alusiones sexuales innecesarias y
palabras soeces o vulgares
- apoyen la pedofilia, el terrorismo o la xenofobia.
Este Blog ni su autor tiene responsabilidad alguna sobre comentarios de terceros, los mismos son de exclusiva responsabilidad del que los emite. De todas maneras, por responsabilidad editorial me reservo el derecho de eliminar aquellos comentarios que considere inadecuados, abusivos, injuriantes, discriminadores y/o contrarios a las leyes de la República Argentina.
Cuando fui a vivir a Añatuya conocía el lugar de haber ido los veranos. Nadie me había contado los grandes fríos del invierno... Creo que es el lugar y tiempo donde tuve más calor... ¡y más frío!
ResponderBorrarPero así como contás vos: temprano a la mañana, cuando bajaba el sol y por la noche el frío era tremendo. Al mediodía, el sol traía una calidez que tampoco me la olvido.
Hna. Josefina, es una característica de las regiones con clima semiárido. En los lugares áridos, tendiendo a desérticos se nota más, ya sea en verano o invierno.
ResponderBorrarRecuerdo que en los primeros años de la década del '80, del siglo pasado (parece una antigüedad dicho así), trabajamos cerca de Toba, en la línea que va de Añatuya a Quimilí. Ya en mayo hacía un frío increíble, cuando se vinieron las heladas empezando junio, uno se levantaba al alba y veía escarcha donde la vegetación había transpirado. A las siete hacia seis grados bajo cero como si nada. Hacíamos un fuego para calentar agua y parte de las brasas las colocábamos en un chapón que poníamos bajo el cárter de la Rastrojeo, porque sino no arrancaba la chata.