En el debate público actual, pocas cuestiones exhiben un abismo tan grande
entre el consenso científico y la postura de ciertos líderes políticos como
el cambio climático.
La evidencia del calentamiento global no es una cuestión de opinión, sino
una realidad abrumadora respaldada por décadas de investigación y datos
recopilados por miles de científicos en todo el mundo. Instituciones como la
NASA y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC) han demostrado de forma concluyente que la temperatura del planeta
está aumentando a un ritmo sin precedentes, principalmente debido a la
actividad humana.
Las pruebas son irrefutables: el derretimiento acelerado de los glaciares y
las capas de hielo en la Antártida y Groenlandia, el aumento constante del
nivel del mar, la acidificación de los océanos y una frecuencia y magnitud
cada vez mayores de fenómenos meteorológicos extremos.
Cada una de las últimas cuatro décadas ha sido más cálida que cualquier
década anterior desde 1850. No se trata de un ciclo natural; los registros
de núcleos de hielo y otros análisis paleoclimáticos muestran que las
concentraciones actuales de CO2 en la atmósfera son las más altas en cientos
de miles de años.
Frente a esta montaña de datos, la postura de los políticos que niegan o
minimizan el cambio climático resulta no solo equivocada, sino
profundamente irresponsable y altamente peligrosa.
Su negacionismo no se basa en evidencia científica contradictoria —porque
prácticamente no existe—, sino en intereses ideológicos y económicos a
corto plazo. Al rechazar la ciencia, estos líderes no solo desinforman al
público, sino que también retrasan la adopción de políticas cruciales para
mitigar los efectos del calentamiento global y adaptarse a sus
consecuencias inevitables.
Ignorar la evidencia científica en la formulación de políticas es una
receta para el desastre. Las decisiones tomadas hoy determinarán la
habitabilidad del planeta para las generaciones futuras.
Los políticos que eligen la negación en lugar de la acción no están
simplemente "equivocados" en un debate académico; están fallando en su
deber fundamental de proteger el bienestar de sus ciudadanos y el futuro
del entorno que todos compartimos. La historia juzgará con dureza a
quienes, teniendo toda la evidencia a su disposición, eligieron mirar
hacia otro lado en provecho propio.-
Jorge S. King ©2025
Todos los derechos reservados
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Visto en YouTube, vía Conservation International
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