Por Jonathan Cheng para The Wall Street Journal.
SEÚL—El ambicioso plan de Samsung Electronics Co. de lanzar teléfonos inteligentes que funcionen con un nuevo sistema operativo se encuentra sobre arena movediza. El mayor fabricante de smartphones del mundo está invirtiendo una gran cantidad de recursos en una plataforma llamada Tizen para competir con el duopolio conformado por el software móvil de Apple Inc. y de Google Inc.
Sin embargo, algunos de los principales operadores de telefonía celular están empezando a retirar su apoyo al nuevo sistema. Tizen también ha tenido problemas para atraer a grandes desarrolladores de aplicaciones, que cada vez más están en el centro de la experiencia del usuario. Por tanto, la suerte de la nueva plataforma se está quedando en manos de programadores pequeños y relativamente desconocidos como Daniel Escobar, un desarrollador de 34 años de Atlanta.
La empresa surcoreana está apoyando el servicio para compartir música de Escobar, llamado Maestro, con decenas de miles de dólares en incentivos monetarias y soporte técnico, con la esperanza de que resulte en una aplicación para Tizen.
Para Samsung es esencial consolidar una estrategia de software y servicios móviles. Los fabricantes chinos de teléfonos inteligentes amenazan con llevar a la baja los precios de los dispositivos móviles y reducir los márgenes que genera el hardware. Esto convertiría al software y los servicios en el principal motor de ganancias de la industria.
Actualmente, los smartphones más vendidos de Samsung utilizan el sistema operativo Android, de Google, y vienen cargados con el e-mail, las funciones de mapas y el motor de búsquedas con anuncios móviles del gigante de Silicon Valley. Por tanto, Google es el que se lleva una tajada de todas las compras realizadas en su tienda de aplicaciones.
Si Tizen tiene éxito, proporcionaría a Samsung su propia fuente de ingresos por ventas de aplicaciones de terceros, software y servicios en sus dispositivos. El potencial es enorme. En su año fiscal más reciente, Apple generó US$16.000 millones de las ventas de software y servicios.
Samsung, que ha desarrollado Tizen con la ayuda de Intel Corp. y otros y ha estado invirtiendo miles de millones de dólares al año en la creación de programas en general, está dedicando 60% de sus 67.000 ingenieros de investigación y desarrollo a la innovación de software, con planes de contratar otros 800 programadores al año.
El objetivo a largo plazo de Samsung respecto a Tizen es que sirva como un sistema operativo unificado que pueda coordinar las funciones de todos los aparatos que tenga el consumidor, incluyendo el teléfono, el refrigerador, el televisor y la lavadora: todos productos que la empresa fabrica.
Los prototipos que usan Tizen se parecen a los teléfonos con Android, pues tienen en común un código de programación base. Pero los que participan en el proyecto dicen que no se pueden considerar como productos finales, y el atractivo central de Tizen es que permite una mayor personalización de la interfaz por parte de los operadores y fabricantes comparado con lo que se puede lograr con Android.
Sin embargo, ejecutivos y analistas dicen que ha sido difícil lograr que Tizen despegue, pues varias compañías de telecomunicaciones, incluyendo la japonesa NTT DoCoMo Inc., la estadounidense Sprint Corp. y la española Telefónica SA, se han echado para atrás en la adopción del sistema. Telefónica lanzó el año pasado el primer teléfono celular disponible comercialmente que usa Firefox, de Mozilla, otro sistema operativo nuevo. La empresa consideró que Firefox era una mejor forma de abrirse paso en el mercado de teléfonos de gama baja de América Latina, indicó una persona al tanto.
Por otro lado, el anzuelo de Samsung para pescar a desarrolladores de aplicaciones se ha basado en dos de sus mayores atributos: su influencia y su enorme reserva de efectivo, de US$50.000 millones.
Por ejemplo, Samsung e Intel están patrocinando un concurso que entregará US$4 millones en premios a desarrolladores de aplicaciones para Tizen. Pero para algunos de los creadores de aplicaciones más grandes y establecidos —los más cruciales para el éxito de Tizen— ni siquiera los incentivos monetarios han sido suficientes para suscitar interés en la nueva plataforma.
Hasta ahora, Samsung ha tenido más éxito atrayendo a desarrolladores pequeños, como Escobar.
"Al menos en nuestro caso, hay mucho más por ganar que perder", expresa Escobar. "No estamos hablando de una empresa pequeña. Estamos hablando de una empresa que vende cientos de millones de teléfonos. (…) Uno no puede rechazar todos esos ojos".
—Mayumi Negishi en Tokio, Sam Schechner en París, David Román en Madrid y Ryan Knutson en Nueva York contribuyeron a este artículo. / Por Jonathan Cheng para The Wall Street Journal.
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