Por Nick Bilton para The New York Times, visto en La Nación.
En la familia del cofundador de Apple no usaban el iPad, y el ex editor de la revista Wired no quiere que los chicos estén expuestos al acoso y a la pornografía on line; otros ejecutivos promueven el uso moderado de la Red y de los dispositivos electrónicos.
Cuando Steve Jobs conducía Apple solía llamar a periodistas para darles una palmada en la espalda por un articulo reciente o, más a menudo, para explicarles en qué se habían equivocado. Yo recibí algunas de esas llamadas. Pero nada me chocó más que algo que Jobs me dijo a fines de 2010 cuando terminó de retarme por algo que había escrito sobre una falla del iPad.
"¿Así que a sus hijos les debe encantar el iPad?", le pregunté a Jobs, tratando de cambiar de tema. La primera tableta de la compañía acaba de llegar a las tiendas. "No la han usado -me dijo- limitamos la cantidad de tecnología que nuestros hijos usan en casa", dijo el ejecutivo.
Estoy seguro que respondí con un silencio asombrado. Había imaginado que el hogar de los Jobs era como un paraíso de nerds: que las paredes eran gigantescas pantallas táctiles, que la mesa del comedor estaba hecha de iPads y que le regalaban iPod a las visitas como quien convida bombones.
No señor, me dijo Jobs.
Foto de AP. Vista en La Nación |
Desde entonces he conocido una cantidad de CEO de empresas de tecnología y capitalistas de riesgo que dicen cosas similares: limitan estrictamente el tiempo de sus hijos con la pantalla, prohibiendo en muchos casos todos los dispositivos los días de semana e imponen límites de tiempo ascéticos los fines de semana.
Me dejaba perplejo este estilo de crianza. Al fin de cuentas la mayoría de los padres parecen adoptar la postura opuesta, dejando que sus hijos se bañen en el fulgor de las tabletas, los teléfonos inteligentes y las computadoras día y noche.
Pero esos CEO de empresas tecnológicas parecen saber algo que los demás desconocemos.
Chris Anderson, ex editor de Wired y ahora CEO de 3D Robotics, un fabricante de drones, ha instituido límites y controles paternos sobre todos los dispositivos en su hogar. "Mis hijos nos acusan a mí y mi esposa de ser fascistas y estar demasiado preocupados por la tecnología y dicen que a ninguno de sus amigos les imponen las mismas reglas" dijo de sus cinco hijos, de entre 6 y 17 años. "Eso se debe a que hemos visto los peligros de la tecnología de primera mano. Lo he visto en mi mismo, no quiero ver que eso le suceda a mis hijos".
Los peligros a los que se refiere incluyen exposición a contenido dañino como pornografía, la prepotencia de otros chicos y quizás lo peor de todo, volverse adictos a sus dispositivos, igual que sus padres.
Alex Constantinople, el CEO de OutCast Agency, una firma de comunicaciones y marketing centrada en la alta tecnología dijo que a su hijo menor, que tiene 5 años, no le permite nunca usar dispositivos durante la semana y sus hijos mayores, de 10 a 13 años, sólo pueden usarlos 30 minutos por la noche en días de semana.
Evan Williams, fundador de Blogger, Twitter y Medium, y su esposa, Sara Williams, dijo que en lugar de iPads, sus hijos pequeños tienen cientos de libros (sí, libros físicos) que pueden tomar y leer cuando quieran.
¿Entonces cómo determinan las mamás y los papás de alta tecnología los límites adecuados para sus hijos? En general, lo determinan por la edad de los niños.
Los niños de menos de 10 años parecen los más susceptibles de volverse adictos, por lo que estos padres no les permiten usar aparatos durante la semana escolar. Los fines de semana hay límites de 30 minutos a dos horas para el uso del iPad o el teléfono inteligente. A los chicos de entre 10 y 14 años se les permite usar la computadora por la noche durante la semana sólo para hacer la tarea.
"Tenemos una regla estricta para nuestros hijos de que no pueden usar la pantalla durante la semana" dijo Lesley Gold, fundadora y CEO de SutherlandGold Group, una compañía de relaciones y analítica de medios tecnológicos. "Pero hay que dar más margen a medida que crecen y necesitan la computadora para la escuela".
Algunos padres también prohíben a los adolescentes usar redes sociales, salvo en el caso de servicios como Snapchat, que borra los mensajes ya enviados. De este modo no tienen que preocuparse por decir algo online que se les vuelva en contra más adelante en la vida, me dijo un ejecutivo.
Si bien algunos padres no relacionados con la tecnología que conozco dan teléfonos inteligentes a niños incluso de no más de 8 años de edad, muchos que trabajan en el sector de tecnología esperan hasta que su hijo tiene 14 años. Si bien estos adolescentes pueden hacer llamadas y enviar mensajes, no les dan una conexión de datos hasta los 16 años. Pero hay una regla que es universal entre los padres tecnológicos que consulté.
"Esta es la regla No. 1: No hay pantallas en el dormitorio. Nunca", dijo Anderson.
Mientras algunos padres ponen límites basados en el tiempo, otros son mucho más estrictos respecto de lo que les permiten hacer a sus hijos con las pantallas.
Ali Parttovi, uno de los fundadores de iLike y asesor de Facebook, Dropbox y Zappos, dijo que debiera haber una fuerte distinción entre el tiempo dedicado a "consumir", como ver YouTube o jugar video juegos, y el tiempo dedicado a "crear" en pantallas.
"Así como no soñaría en limitar el tiempo que una niña puede dedicar a pintar o tocar el piano o escribir, creo que es absurdo limitar el tiempo que dedica a crear arte, editar video o programar en la computadora", dijo.
Otros dicen que las prohibiciones pueden volverse en contra y crear monstruos digitales.
Dick Costolo, CEO de Twitter, me dijo que con su esposa autorizan uso ilimitado de aparatos mientras sus dos dos hijos adolescentes se encuentren en el living. Creen que demasiados límites de tiempo pueden tener un efecto adverso en sus hijos.
"Cuando estaba en la Universidad de Michigan, había un tipo que vivía en el dormitorio al lado del mío y tenía grandes cantidades de botellas de Coca Cola y otras gaseosas en el cuarto", dijo Costolo. "Descubrí que era porque sus padre nunca le dejaron beber gaseosas de chico. ¿Qué problemas causa más adelante si uno los deja tener ninguna exposición a estas cosas?"
Nunca le pregunté a Jobs qué hacían sus hijos en vez de usar los aparatos que producía, por lo que contacté a Walter Isaacson, autor de "Steve Jobs", que pasó mucho tiempo en su hogar.
"Todas las noches Steve insistía en cenar a la mesa grande de la cocina, hablando de libros e historia y una variedad de cosas", dijo. "Nadie nunca sacó una iPad o computadora. Los chicos no parecían adictos para nada a los dispositivos". / Por Nick Bilton para The New York Times, visto en La Nación. Traducción de Gabriel Zadunaisky.-
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