Saben decir los paisanos de campo adentro que es la alegría del monte. Las plantas se ponen alegres con el regalo del cielo. Y lo de esta noche si que fue un regalo del cielo, y no sólo para las plantas. Imaginen lo que ha de ser andar por los campos donde ha llovido. Aparte del fresco, están los aromas y el paisaje, seguro que uno comparte la alegría que el monte le ofrece.
Bueno, de paso que estamos hablando del monte santiagueño, aquí va un temita de uno de sus hijos.
¿Siguió lloviendo?
ResponderBorrar¡Ojalá!
¡Saludos!
Está queriendo Hermana, capaz que esta noche cae alguito, si Dios quiere.
ResponderBorrarSaludos Santiagueños.