En estos días que tuve la oportunidad de ver productos acabados con mucho esfuerzo y de hablar con algunos de los hacedores de estos productos. Gracias a Tata Dios, una vez más, me he encontrado con esa Argentina productiva donde se piensa que el crecimiento económico debe estar ligado al desarrollo integral y sostenible.
Que renovador es estar en un ámbito donde todo es buenas nuevas e interés en como se hace, en desarrollo y mejoras, camaradería y orgullo nacional, todo combinado con una buena cuota de esperanza y vislumbrando nuevas oportunidades.
Digo bien esperanza, a pesar del control de precio, las retenciones, y otras tantas yerbas malas que combinadas con la intromisión de los que nada saben de vacas y mercados, y las pálidas, que vemos todos los días en los medios, de la otra Argentina, esa que muchas veces no queremos ver porque nos duele.
Caminando por medio de los corrales, viendo esas bellezas de animales que nos enorgullecen a todos los argentinos que sabemos apreciar lo que es nuestro. Sintiendo ese aroma que todo ganadero alguna vez comenta, esa mezcla de cuero, bosta, pasto, campo, esfuerzo, cosas nuestras, satisfacción y libertad. Seguro que no hay de ser muy entero para no sentir que se le cargan las pilas a uno con todo esto.
La pucha amigo, viera que lindo es mi País...si Ud. lo viera como yo lo vi.