Llamó mi atención un maullido; primero lo vi a él, sentado en el borde de la ventana de la planta alta, cabeceando hacia arriba. Luego, a medida que me acercaba, la vi a ella, acomodada en uno de los tirantes del techo.
No se si estaban viendo ponerse el sol, o que, la cosa es que uno maullaba y la otra gurureba. ¿Que se estarían diciendo?
precioso!
ResponderBorrarGracias Marta.
ResponderBorrarMuy buena la foto, Jorge. Vos sí que has entendido que las fotos no están en la cámara sino en el ojo que ve la toma.
ResponderBorrarGracia por publicarla.
Muchas gracias amigazo Juan. Viniendo de Ud., su comentario es todo un premio para mi. Un abrazo.
ResponderBorrar