Anoche, escuchando con atención el fuerte discurso del Presidente de la
Nación en el Congreso Nacional durante la inauguración de las sesiones
ordinarias 2024, recordé algunos pactos históricos que fueron provechosos
para la naciones donde se establecieron y desarrollaron.
Me acordé de los Pactos de la Moncloa, en España, en 1977.
Fueron los acuerdos firmados en el Palacio de la Moncloa durante la
transición española el 25 de octubre de 1977, tomando conocimiento y
comprometiéndose a su desarrollo el Congreso de los Diputados dos días
después, y el Senado el 11 de noviembre, entre el Gobierno de España de la
legislatura constituyente, presidido por Adolfo Suárez, los principales
partidos políticos con representación parlamentaria en el Congreso de los
Diputados, con el apoyo de las asociaciones empresariales y el sindicato
Comisiones Obreras y el rechazo de la Unión General de Trabajadores y de la
Confederación Nacional del Trabajo, con el objetivo de procurar la
estabilización del proceso de transición al sistema democrático, así como
adoptar una política económica que contuviera la gran inflación que
alcanzaba el 26,39 %.
El Presidente Milei quiere sellar el próximo 25 de mayo, en Córdoba, un
acuerdo sobre 10 políticas públicas para instaurar un nuevo orden político y
económico.
Los diez puntos del Pacto de mayo son:
- La inviolabilidad de la propiedad privada.
-
El equilibrio fiscal innegociable.
-
La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25%
del Producto Bruto Interno.
-
Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique
la vida de los argentinos y promueva el comercio.
-
La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar
para siempre con el modelo extorsivo actual.
-
Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los
recursos naturales del país.
-
Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal.
-
Una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a
quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un
sistema privado de jubilación.
-
Una reforma política estructural que modifique el sistema actual y
vuelva a alinear los intereses de los representantes y los
representados.
-
La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina
vuelva a ser una protagonista del mercado global.
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La propuesta de un acuerdo ha sido una movida inteligente que debe estar precedida, como condición, por hechos: la rediscusión de la ley “ómnibus” y la firma de un pacto fiscal. De una manera explícita, Milei les dijo que lo que los une no es el amor sino el espanto a un futuro. Es un acuerdo condicionado. En otras palabras, la convocatoria a Córdoba es con las cartas a la vista: firmar los puntos que leyó Milei desde su atril en el Congreso.
ResponderBorrarEs muy positivo que un presidente convoque a un acuerdo a todas las fuerzas políticas. El reclamo de un remedo del Pacto de la Moncloa, uno de los temas más trillados de la política argentina pero nunca concretado, ha sido un larguísimo ejercicio teórico entre nosotros. En aquel pacto que garantizó la transición en la España post franquista intervinieron todos los partidos, asociaciones empresarias y sindicalistas. Por otro lado, un acuerdo debería surgir de aportes de las partes involucradas, no de un ucase, así que habrá que seguir de cerca la evolución de este paso político importante. Además, hay puntos de la propuesta que ya establece de manera transparente la Constitución.
Si se quiere que resulte un acuerdo que perdure y siente otras bases, tiene que tener aportes de los convocados a rubricarlo. De lo contrario, será un acuerdo a la “argentina”, para zafar. Ricardo Kirschbaum, Clarín, ayer
RICARDO KIRSCHBAUM, CLARÍN AYER
Ciertamente, estoy entre los que rogamos y esperamos que no sea un acuerdo a la 'argentina', para zafar"
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