Conocido como el
Castillo de los Templarios de Ponferrada, se encuentra en la ciudad española de Ponferrada, comarca de El
Bierzo, provincia de León. Se alza sobre una colina en la confluencia de los
ríos Boeza y Sil. Está considerado como el más notable del noroeste de
España
Imagen obtenida en Google Earth Pro, a partir de composición de imágenes satelitales Landas y Copernicus |
El castillo de los templarios se emplaza en lo que, probablemente, en
origen fue un castro celta, en una posición similar a la de otros de El
Bierzo. Posteriormente se cree que fue un emplazamiento romano y
visigodo.
Imagen obtenida en Google Earth Pro, a partir de composición de imágenes satelitales Landas y Copernicus |
Cuenta la historia que Hacia 1178 el rey Fernando II de León permitió que los templarios
establecieran una encomienda en la actual Ponferrada. Los templarios toman posesión de la fortaleza reforzándola y ampliándola
para servir como palacio habitable
La llegada de los templarios al Castillo en 1178, obedece a varios
fines:
- proteger el Camino de Santiago y sus peregrinos ante la invasión de los musulmanes;
- servir a los intereses de los reyes Fernando II y Alfonso IX;
- evitar los enfrentamientos entre nobles gallegos y leoneses que querían hacerse con la hegemonía de este territorio.
Los monjes guerreros permanecerán durante un siglo y medio en Ponferrada,
tiempo que aprovecharán para realizar diversas obras.
En su exterior refuerzan el muro del Castillo y en el interior levantan
diferentes dependencias: convento templario, pallozas o viviendas,
bodegas, paneras y huertos, de los que apenas quedan restos.
A principios del siglo XIII, el señorío de Ponferrada es cedido por el
rey de León Alfonso IX a los templarios. Extienden así su poder hasta el
castillo de Cornatel y nace la leyenda de un pasadizo secreto que
comunicaba ambas fortalezas. Guido de Garda, Maestre Templario, será uno
de los primeros tenientes del Castillo de Ponferrada.
Una leyenda popular cuenta como antes de abandonar Ponferrada, los
templarios descubren la imagen de una Virgen en el interior del tronco de
una encina. Dicha talla pasó a ser venerada como la Virgen de la Encina,
actual patrona de Ponferrada y del Bierzo, que preside el altar de la
Basílica de la Encina, levantada esta sobre los restos de la antigua
iglesia medieval de Santa María (S. XII).
A finales de 1307 el Papa ordena apresar a todos los templarios y
confiscar sus bienes. Ante tal imperativo, meses más tarde se persona en
Valladolid el maestre de la Orden del Temple, Rodrigo Yáñez. En
tal encuentro, acuerda con la reina María de Molina la entrega de los
castillos de la orden en cierto plazo.
A pesar de dicho acuerdo, el maestre mantiene otra reunión con el
infante Don Felipe al cual entrega, entre otros bienes, los derechos
sobre Ponferrada. El tío del rey Fernando IV, el infante don Juan, se
opone a que Ponferrada sea del infante Felipe y reclama para el rey
dicha propiedad.
Con el objetivo de poner fin a este conflicto, la reina madre María de
Molina se reúne en León con su hijo Felipe donde la previene de la
acusación que en nombre del Papa recae sobre los templarios. Las cartas
del pontífice Clemente V ordenan al rey Fernando IV y a su madre, María
de Molina, detener a todos los frailes del Temple y confiscar sus
bienes. Ante tal situación don Felipe entrega Ponferrada al rey Fernando
IV, junto con el resto de propiedades otorgadas por el maestre
templario: los castillos de Alcañices, San Pedro de Latarce y Haro.
Tras este acuerdo de 1308 la Corona recupera la posesión de Ponferrada
y su castillo. La misteriosa muerte del rey, el 7 de septiembre de
1312 en Jaén, da lugar a su sobrenombre “el Emplazado”.
Tras su muerte lo sucede en la corona su hijo legítimo Alfonso XI que
cede el señorío de Ponferrada a Pedro Fernández de Castro en 1340.
Bajo sus órdenes comienza la construcción del Castillo Viejo con la
Torre del Homenaje Viejo, donde permanece el escudo familiar. Fruto de
su segundo matrimonio obtuvo dos descendientes: Fernando y Juana de
Castro. Y de una relación extramatrimonial tendría otros dos hijos:
Álvaro e Inés. Tras la muerte de Pedro Fernández de Castro, el rey
cede a su hijo Fernando todos sus bienes a excepción de Ponferrada que
pasa a manos de su hermana Juana de Castro. Tras años de disputas y
sucesiones, los bienes revierten nuevamente en la Corona desde donde
pasarán al Duque de Arjona. Deja constancia de su paso por el castillo
levantando una nueva torre en el Castillo Viejo.
En 1486 tras pasar Ponferrada a los Reyes Católicos. Durante siglos la
fortaleza pasa a estar gobernada por un corregidor elegido por la
Corona.
El primero de estos corregidores será Juan de Torres, responsable de la
cuarta torre en el Castillo Viejo o Torre de los Reyes Católicos.
Siguiendo la seña del resto de torres y obras levantadas en el castillo,
esta nueva construcción es marcada con los escudos de sus benefactores:
los Reyes Católicos y Juan de Torres. Dicha torre se levantó entre 1492 y
1504 para reforzar las defensas del castillo.
En 1504 será recordado por ser el año de la muerte de Isabel la Católica.
En 1506 Fernando de Torres, hombre de confianza de Fernando el Católico,
se convierte en nuevo alcaide de la ciudad. La reina doña Juana solicita
al nuevo alcaide una relación de obras necesarias en el Castillo, entre
las que se encuentra el refuerzo de la mina de acceso al río
Sil.
El 28 de mayo de 1507 don Rodrigo, actual conde de Lemos, asalta y toma
el castillo de Ponferrada, y lo perderá meses más tarde al ser abandonado
por sus aliados. El conde de Lemos conserva la vida gracias a una carta
que el rey Maximiliano de Austria hace llegar a Fernando el Católico
solicitando el perdón real del conde.
Lamentablemente a partir de 1850 comenzó un periodo de fuerte declive
para el castillo: el Ayuntamiento vendió los muros y utilizó sus piedras
para construir unas cuadras públicas y un mercado adosados a las murallas,
arrendó el interior como zona de pastos, e incluso permitió su explanación
para ubicar un campo de fútbol. Por fin en 1924 se le concedió el rango de
Monumento Nacional, con lo que se frenó el deterioro.
El abandono de la fortaleza era tal que en 1994 se cierra al público por
peligro de hundimiento. Se constata entonces como obligada la puesta en
valor, defensa y recuperación del Castillo. De esta forma, promovido por
el Ayuntamiento de Ponferrada y de la mano del arquitecto Fernando Cobos
Guerra, surge a partir de 1994 el Plan Director. Tuvo como objetivo
acometer la labor de esclarecimiento histórico y de recuperación de los
espacios degradados del Castillo, respetando la planimetría
original.
Entre sus acciones se llevó a cabo el derribo de las casas que estaban
adosadas a las murallas, la última en el año 2000. Este hecho permitió al
Castillo recuperar parte de su espacio natural y dio lugar a nuevas zonas
para el esparcimiento y el paseo. Las obras de restauración en las salas
del Palacio Nuevo concluyen en el 2010 con la inauguración la exposición
“Templum Libri”.
El castillo de los templarios de Ponferrada es una construcción soberbia.
Acoge la Biblioteca Templaria y Centro de Investigación y Estudios
Históricos de Ponferrada, con cerca de 1.400 libros entre los que se
incluyen facsímiles de obras de Leonardo Da Vinci.-
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