El manoseo de la patria.- "Los últimos ochenta granaderos entraron silenciosamente en la ciudad y, como si se tratara de guerreros vencidos y no de magníficos centauros de la victoria, fueron entregando uno a uno sus sables en la Casa de Gobierno. Era 1826, y el general José de San Martín había partido al exilio y se había convertido en mala palabra para los señores porteños. "No queda un solo español armado en la América", declaró a viva voz el oficial de mayor rango de la columna a las autoridades nacionales, que los recibían en Buenos Aires con sospecha y recelo. De inmediato se desarmó el glorioso regimiento que había formado San Martín, que había fundado la caballería profesional en las Provincias Unidas y que había vivido triunfos y derrotas, aventuras y amargas proezas por medio continente, y que había estado a la vanguardia de la guerra de la independencia". Por Jorge Fernández Díaz para La Nación.
La verdad es que me embarga la bronca y la vergüenza de tener gobernantes tan mezquinos, que no tienen ningún respeto por nosotros y nuestro patrimonio histórico y cultural.
La verdad es que me embarga la bronca y la vergüenza de tener gobernantes tan mezquinos, que no tienen ningún respeto por nosotros y nuestro patrimonio histórico y cultural.
es que en nuestro país -y en otros también- lamentablemente jorge los gobernantes piensan que el estado les pertenece: aviones helicópteros, autos, residencias, y ahora granaderos, cuando en realidad los que así se comportan no se dan cuenta que son los meros representantes del mandato popular y que ese mandato como se da se revoca...
ResponderBorrarGran verdad, estimado Hugo, ese mandato como se da se revoca. Y espero que más pronto que antes, en serio se cumpla eso de "que la Patria me lo demande", y sea justicia.
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