Bueno, se me van terminando las vacaciones, gracias a Dios la he pasado muy bien, tuve la oportunidad de viajar, visitar gente apreciada y ser recibido de la mejor manera, como es su costumbre. Tuve el privilegio de estar con personas muy interesantes y compartir muy buenos momentos. Vi algunas cosas nuevas y aprendí sobre el esfuerzo de superación que tienen, algo ya conocido por mi, pero siempre sorprendente. Como siempre lo digo, fue energía para cargar mi pilas.
En éstos días ya por el pago, el encuentro con la familia y los amigos no han faltado, gracias a Dios tampoco ha faltado la buena nueva de algún emprendimiento encarado con mucha esperanza por algún familiar. Todo siempre es motivador.
Estamos iniciando un año que pinta ciertas dificultades, en el plano económico y político. Lo cierto es que uno puede tener un buen panorama personal, pero no puede olvidarse del contexto en el que uno vive. Tal vez algunos "privilegiados" puedan estar por encima de todo, pero no es la realidad de la mayoría.
¿Que pasará éste año que se inicia? no es fácil de contestar, y no creo en las bolas de cristal. Tal vez algunos tengan una idea más acabada que otros. Hay quienes tienen un panorama un tanto pesimista y otros no tanto, algunos opinan que será un año con una inflación cercana al 30%, con restricciones de divisas, política monetaria expansiva, y mayores niveles de pobreza debido al aumento de los precios. También hablan de déficit fiscal, fuertes reclamos gremiales en un contexto conflictivo, altos niveles de corrupción, decrecimiento económico y mayor deterioro de la economía. La verdad, espero que se estén equivocando.
Me parece que no tenemos el mejor contexto, pero no será peor de lo que ya hemos pasado en nuestra historia, y vaya si hemos pasado malos momentos en las últimas cuatro décadas los argentinos. Creo que se deberán mejorar aspectos que hacen a la economía, hay que revertir la desaceleración del crecimiento de la actividad económica, frenar el proceso inflacionario, y generar mayor confianza para evitar la fuga de capitales, que el año pasado minó la posición de reservas. Reitero algo ya comentado, coincido también con quienes han señalado que se deberá restablecer la "institucionalidad" y mejorar la transparencia.
La semana pasada
leía que los argentinos tenemos expectativas positivas sobre la economía, el dato surgía del Barómetro Global de Optimismo, realizado en Argentina por Ibope Inteligencia, en conjunto con WIN-Gallup Internacional, que resumió que "el 34 por ciento de los argentinos consultados estimó que 2012 será un año de prosperidad económica, frente a un 33 por ciento que opinó lo contrario, y un 30 por ciento que dijo que se mantendrá estable, con lo cual la expectativa neta es de 1".
La
información también señalaba que las perspectivas económicas y de bienestar general a nivel mundial para 2012 son de las más pesimistas de los últimos 35 años. A nivel global, el 34 por ciento de la población mundial consideró que este año será peor que 2011 en cuanto a las perspectivas económicas y de bienestar general, en tanto que el 30 por ciento se mostró esperanzado. "Esto indica que la esperanza neta mundial ha caído a 4 por ciento, 6 puntos por debajo, respecto del 2 por ciento del año precedente", explica el informe.
Éste optimismo es interesante, pero hay que ser realista. Tengo la impresión que no tendremos un mejor año, pero tampoco será tan malo como se lo pinta. Como sea, seguramente servirá para que aprendamos algo nuevo.
(CC)Creative Commons