"No se trata de la “oligarquía vacuna” o de “los reyes de la soja”, como imaginan algunos funcionarios y aliados del oficialismo, que expresan su descontento. Son agricultores y ganaderos pequeños y medianos, a los que se les suman comerciantes, industriales, pobladores comunes e intendentes y concejales que se animan a desafiar, como nadie lo había hecho hasta ahora, una decisión de la Casa Rosada".
"Es la “burguesía nacional” del interior, para decirlo en el lenguaje de otros tiempos, la que le está diciendo al Gobierno que no se puede apropiar cuándo quiere y cómo quiere de la riqueza que generan con su trabajo y su inversión".
Conozco personalmente a muchos productores que llevan adelante una producción mixta, entre la agricultura, con la soja, y la ganadería. Son los primeros en cuidar la tierra, son conservadores y defensores del medio ambiente, lo hacen de corazón y están en esta patriada porque entienden que le están quitando mucho más de lo que corresponde a su justa ganancia.
También está la peonada rural, la verdadera gente de campo, que masivamente ha salido a apoyar el reclamo y que en algunos lugares le ha pedido a los señores gremialistas que los apoyen, esto no se está diciendo en los medios, al menos no en muchos.
Estoy de acuerdo con los que señalan que eso de estigmatizar a un sector como el campo, históricamente dinámico e independiente, asfixiarlo con presión fiscal y otorgar subsidios para subordinarlos a su poder político, no está bien, nunca lo estuvo, no es conveniente para nuestro país, que dispone de un perfil agropecuario, alimentario y exportador.
Estoy de acuerdo que uno tiene derechos a disentir y expresarlo. Estoy de acuerdo que uno tiene derechos a reclamar, siempre y cuando lo haga con responsabilidad. La Constitución y las leyes de este nuestro País así lo permiten.
Ayer, día de Pascua, veníamos viajando con Marcela del campo, por la ruta 34. Los camioneros habían hecho un corte, pero como veníamos como motoqueros pobres, ni se fijaron en nosotros. Lo que te quería contar es que el corazón me dio un vuelco cuando los vi, mirá si justo un domingo que decidí volver temprano del campo porque tenía el cumpleaños de un amigo, me paraban en el camino a molestarme, los mandaba a la pé que los pé. A mí me parece, digo, no sé, solamente me parece, que protestar por lo que sea está muy bien, pero cortar una ruta es una salvajada que el gobierno debería solucionar a cañonazos, sea quien fuera el que haga el corte. Se ha dado un caso en el Fisco de Fátima de los padres de los alumnos de una escuela que amenazaron con cortar la ruta 9 porque lasautoridades no querían cambiar a la directora. El corte de caminos con método para cambiar una situación injusta, crea más injusticias que las que intenta solucionar.
ResponderBorrarPor otro lado, mirando a los que cortaban el camino, se me ocurrió pensar que no tenían la fuerza de los piqueteros pobres, que cuando hacen un corte lo hacen con hambre, con odio, con furia. Había muchos tipos de bota y bombacha, mateando en esos porongos forrados en cuero, con rastras brillantitas. No es que no tengan el mismo derecho que un piquetero común, pero no van a aguantar mucho en la ruta. La mayoría llevó a parte de su peonada que no sabía ni por qué estaba ahí ni para qué. En los cortes de los piqueteros, hasta los chicos saben qué están haciendo y contra quién protestan.
Y tengo otras ideas más para conversar -amte de por medio- sobre el asunto. Así que ya sabes, avisame cuándo vas a venir por casa o cuándo voy por la tuya.
Saludos
Estimado amigo Juan, si el gobierno se pone a solucionar este tema a cañonazos, va ir por mal camino y seguramente va a perder.
ResponderBorrarSeguro que la peonada que acompaña a los productores sabe perfectamente porque está allí. Me parece que te equivocas en tu apreciación con respecto a ellos.
Este es el día 12 del paro y aparentemente serán muchos más.
Cuando quieras arreglamos un encuentro, mateada por medio así charlamos del asunto amigazo. Un fuerte abrazo.