Sentados en la galería de la casa del anfitrión, meta charla, propuestas y anécdotas esperamos tranquilos bajo el ruido de la lluvia, el asado también hacia ruidito, allí nomas en el asador. Luego, unos buenos 7,6 kilos de un magnifico vacío, algunos chorizos y morcillas, acompañados con ensaladas varias y infaltable tinto [(secreto: yo tome gaseosa, pero no fui el único)].
En fin que más se puede decir, sólo que gracias a Tata Dios una vez más confirmo lo de "panza llena, corazón contento".
Me ha gustdo el detalle: 7,6 kilos de un magnífico vacío. Ni un gramo más ni uno menos.
ResponderBorrarEn realidad cuando lo pesaron tenía 7,6 y pico, casi 700 gr. Cuando le pedimos al carnicero que lo desgrasara, quedó en eso 7,6 redondo.
ResponderBorrarEstaba hermoso y fue muy sabroso.