Hoy leí un interesante artículo de opinión del Dr. Ricardo Luis Lorenzetti es juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, publicado por el diario Clarín. Vale el tiempo de lectura del artículo, recomendable.
Lo titula "El nuevo control social", y comienza describiendo ejemplos que "muestran un mundo en el que las personas son controladas de modo agobiante, y la libertad se va perdiendo sin que nadie lo perciba".
Imagen: Captura de pantalla de vídeo de 'Person of Interest', una serie de televisión de la CBS. "La máquina" |
El señor juez señala que "en el derecho existen herramientas, tanto en el orden Constitucional como en el Código Civil y Comercial y hay muchas sentencias judiciales que protegen la vida privada, los datos personales, la libertad y la crítica. Es importante que se difundan y se agilicen los carriles para su utilización ágil y no costosa (o razonable) en términos económicos para cualquier ciudadano". Ojalá así sea y se cuide a cualquier ciudadano.
En lo personal me resulta difícil creer que se revierta la tendencia en el uso de la tecnología como instrumento para captar conocimiento, para realizar control y marketing.
También recordemos que a lo largo de la historia de la humanidad los poderosos han querido tener esa capacidad de verlo todo, de controlarlo todo, y hasta de ser de alguna manera "omnipresentes". Algo especialmente típico en gobiernos corruptos.
Queda claro que en un escenario complicado por múltiples, variables y permanentes amenazas, como lo es Internet, no se pueda dejar de pensar en seguridad y vigilancia.
El ciberespionaje, el cibercrimen y el ciberterrorismo existen, y sobran los ejemplos sobre sus acciones y efectos, por lo que se hace necesario que las sociedades tengan una respuesta a éstos peligros. No pocos estados han implementado, vía diversos servicios de seguridad, sistemas que apuntan a defenderse del cibercrimen y el ciberterrorismo.
El tema de las cámaras de vigilancia se viene imponiendo desde la década de los '90, pero tras el fatídico 11 de Septiembre de 2001, y los sucesos que alentaron en el Mundo entero nuevas y más profundas políticas contra el terrorismo que consecuentemente potenció a las entidades de seguridad de los estados, y obviamente la implantación de complejos sistemas de seguridad y vigilancia.
En gran medida las sociedades de alguna manera aceptaron esa tendencia en favor de mayor seguridad, y no consideraron la pérdida de privacidad y hasta de derechos y libertades, hasta que en 2013 la prensa publicó, de manera publicitada, las revelaciones de un ex contratista de la CIA, que trabajó para una gran empresa contratista, Booz Allen Hamilton, dedicada a la prestación de servicios de consultoría de gestión y tecnología para el gobierno de Estados Unidos.
Es muy difícil, sino imposible que se le ponga frenos a todo lo que aporta el desarrollo de la tecnología de información y comunicación en materia de seguridad y defensa. El tema no es la tecnología, es como se la usa y el marco legal que la regula.
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Nota relacionada:
- El nuevo control social. Por Ricardo Lorenzetti. Publicado por Clarín | Opinión. 11/03/2020.-
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