A eso de las 08:30 me fui al banco, pensando que hoy todo estaría más tranquilo ya que la administración pública tiene un asueto por el tema del día de los difuntos, aquí la mayoría utiliza estos días para visitar a sus familiares en su última morada.
Bueno, mientras caminaba a la sombra de los árboles del Paseo España, todo bien, se sentía de manera muy agradable el fresco aire sureño. Pero cuando se acabaron lo espacios verdes, elegí la vereda con la sombra. No iba caminando a un ritmo rápido, aún así la traspiración me empezó a correr, sentía calor. No era por el esfuerzo, era el calor irradiado por las paredes.
¡Lo que habrá sido el centro ayer para que todo esté caliente aún!. Realmente impresionante.
Cuando llegué al Banco, me recibió el fresco del aire acondicionado. Había muy poca gente, todos comentamos algo sobre el infernal fin de semana. Indiscutiblemente nos golpeo duro.
Cuando volvía, por el mismo camino de regreso, los comerciantes estaban lavando sus veredas y mojaban las paredes. Me encontré con un par de amigos. "Estamos aprovechando que no hay gente, vos sabes", me dijo uno, "en los días que hay asueto de la administración, viene muy poca gente, y tenemos que enfriar esto".