El concepto de ciberguerra no es nuevo, pero estas últimas semanas ha tomado una dimensión especial. Cuando el pasado 24 de febrero las tropas rusas invadieron Ucrania y comenzaron los bombardeos, en realidad Rusia llevaba ya varios años atacando sistemáticamente a su país vecino.
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Tropas rusas penetraron este jueves en la región del norte de Kiev desde
Bielorrusia para efectuar un ataque con misiles Grad contra objetivos
militares, dijeron guardias fronterizos ucranianos.
Los guardias fronterizos dijeron que la incursión terrestre había tenido
lugar en el puesto de control de Vilcha, unos 150 kilómetros al norte de
la capital ucraniana.
El ministro de Defensa de Bielorrusia, un país aliado de Rusia, anunció el
cierre del espacio aéreo vecino a la frontera con Ucrania para "garantizar
la seguridad" de su utilización.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció esta madrugada el inicio
de una operación militar especial en Ucrania según sus argumentos para
"proteger al Donbás", la región de los separatistas prorrusos. El líder
del Kremlin instó a las fuerzas del vecino país a deponer las armas e "ir
a casa".
De inmediato comenzaron los ataques en Kiev y otras ciudades
estratégicas de Ucrania, cuyo gobierno definió la ofensiva como una
"invasión" de su territorio. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden,
consideró "injustificado" el ataque y
anticipó que responderá junto a sus aliados
.
“Las circunstancias nos obligan a tomar medidas decisivas e inmediatas.
Las repúblicas populares de Donbás se dirigieron a Rusia con una
solicitud de ayuda. En este sentido, de conformidad con el Artículo 51,
Parte 7 de la Carta de la ONU, con la sanción del Consejo de la
Federación y en cumplimiento de los tratados de amistad y asistencia
mutua con la DPR y la LPR ratificados por la Asamblea Federal, he
decidido llevar a cabo una operación militar especial”, afirmó Putin en
la madrugada rusa.
Lo hizo en un mensaje que se emitió por televisión, donde aclaró que “su
objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de intimidación
y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años”.
“Para ello lucharemos por la desmilitarización y desnazificación de
Ucrania. Además de llevar ante la justicia a quienes cometieron
numerosos crímenes sangrientos contra civiles, incluidos ciudadanos de
la Federación Rusa”, avisó el líder ruso.
Minutos después del anuncio, en Kiev y otras ciudades ucranianas
comenzaron a
registrarse explosiones
y también cortes de luz. La capital ucraniana, de hecho, fue blanco de
los primeros bombardeos lanzados por Rusia.
Además, las fuerzas aerotransportadas del Kremlin estaban tratando de
tomar el control del aeropuerto de esa ciudad, según confirmó en
Twitter el senador estadounidense Marco Rubio, uno de los miembros de
la Comisión de Inteligencia del Senado de Estados Unidos.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski,
impuso
este jueves la ley marcial en todo el país. La comunicación la efectuó
en un video que difundió a través de su canal oficial de la aplicación
de mensajería Telegram.
“Rusia llevó a cabo ataques contra nuestra infraestructura militar y
nuestros guardias fronterizos. Se escucharon explosiones en muchas
ciudades de Ucrania. Por eso, estamos introduciendo la ley marcial en
todo el territorio de nuestro país", expresó Zelenski.
El ejército de Ucrania reveló en un comunicado, que derribó cinco
aviones y un helicóptero rusos en el este del país. Por su parte,
Rusia reportó la destrucción de los sistemas de defensa antiaérea y
sostuvo que dejó "fuera de servicio" las bases aéreas ucranianas ,
contra las que Moscú había lanzado horas antes una operación militar.
La advertencia de Putin
Putin advirtió a otras naciones que cualquier intento de interferir
con las acciones rusas resultará en "consecuencias que nunca antes han
visto.
“Quien intente interferir con nosotros, y más aún crear amenazas para
nuestro país, para nuestro pueblo, debe saber que la respuesta de
Rusia será inmediata. Espero ser escuchado", manifestó.
Además, acusó a Estados Unidos y a sus aliados de desatender las
exigencias de Rusia de evitar que Ucrania se integre a la OTAN y de
ofrecerle a Moscú garantías en materia de seguridad y añadió que todos
los elementos de las fuerzas armadas ucranianas que depongan las armas
podrán salir de manera segura de la zona de conflicto.
En paralelo, Putin se dirigió a los militares rusos que se encuentran
en la zona de conflicto: "Estimados compatriotas, estoy seguro de que
los soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas rusas dedicados a su
país cumplirán su deber con profesionalidad y valentía".
La respuesta de Estados Unidos
Mientras tanto, Estados Unidos , a través de su embajadora en Naciones
Unidas, Linda Thomas-Greenfield, solicitó a Rusia que “se detenga” ,
que retorne “a sus fronteras” y que “regrese las tropas al cuartel”.
El presidente Biden
acusó a Putin
de lanzar un ataque "no provocado e injustificado" contra Ucrania y
de apostar por una "guerra premeditada" que provocará pérdidas
"catastróficas".
Mediante un comunicado oficial difundido por la sala de prensa de la
Casa Blanca, el mandatario estadounidense aseguró que estará
"monitoreando" el conflicto entre ambas naciones europeas y precisó
que recibirá "actualizaciones periódicas" de su equipo de seguridad
nacional.
“Solo Rusia es responsable de la muerte y la destrucción que este
ataque traerá y Estados Unidos y sus aliados y socios responderán de
una forma unida y decidida. El mundo hará que Rusia rinda cuentas”,
dijo Biden en un breve comunicado.
Anticipó también que el jueves por la mañana se reunirá con sus
homólogos del G7 antes de dirigirse a los estadounidenses para
"anunciar más consecuencias" contra Rusia, por "este innecesario
acto de agresión contra Ucrania y la paz y seguridad globales".
“También nos coordinaremos con nuestros aliados de la OTAN para
asegurar una respuesta fuerte y unida que disuada cualquier agresión
contra la Alianza”, agregó Biden.
En la misma dirección se pronunció la OTAN. Lo hizo a través de su
secretario general, Jens Stoltenberg, quien condenó el "ataque
temerario y no provocado" de Rusia a Ucrania y alertó que ponía
"incontables" vidas en riesgo.
"Una vez más, a pesar de nuestras repetidas advertencias e
incansables esfuerzos para utilizarnos en la diplomacia, Rusia ha
escogido el camino de la agresión contra un país independiente y
soberano", agregó el diplomático en un comunicado.
Stoltenberg consideró que se trata de “una grave violación del
derecho internacional y una grave amenaza para la seguridad
euroatlántica ” y anunció una reunión de los aliados de la OTAN para
abordar las “consecuencias de las acciones agresivas de Rusia”. /
Publicado por Clarín. Con información de agencias.-
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Las fuerzas rusas reanudaron las operaciones ofensivas contra las afueras
occidentales de Kiev (Kyiv) el 2 de marzo después de hacer una pausa para reabastecerse del 27 de
febrero al 1 de marzo. Lanzaron operaciones ofensivas en Zhytomyr Oblast,
expandiendo su envolvimiento de Kyiv, probablemente para flanquear una
resistencia ucraniana más fuerte de lo anticipado y contraataques ucranianos
limitados en las afueras de Kyiv.
Mapa General: Ejes de invasión, zonas invadidas, rutas de
ingreso y principales acciones en los frentes Norte y Sur de Ucrania.
Editado con Google Earth Pro sobre imágenes satelitales Landasat
y Copernicus, con información del ISW y Agencias varias
Finalmente los rusos tomaron el Aeropuerto Antonov, pero en el área de
Hostomel se registraba un intenso combate de resistencia de los ucranianos,
que dificulta el avance ruso.
Las fuerzas rusas renovaron sus avances desde el noreste de Kyiv el 2 de
marzo, alcanzando una línea de aproximadamente 65 km desde el centro de la
ciudad en ese eje.
"El ataque ruso a Kyiv probablemente consista en un esfuerzo principal
destinado a envolver y, en última instancia, rodear la ciudad desde el oeste y
un esfuerzo de apoyo a lo largo de los ejes de Chernihiv y Sumy para rodearla
desde el este. Es probable que la larga columna rusa de vehículos de combate y
logística observada al norte de Kyiv en las últimas 48 horas apoye ataques
directamente a la ciudad desde las posiciones que las fuerzas rusas mantienen
en las afueras del noroeste de Kyiv. Sin embargo, es más probable que las
fuerzas rusas den prioridad al envolvimiento/cerco en los próximos días, en
lugar de un asalto directo a la ciudad" (ISW).
Las tropas rusas también realizaron esfuerzos de apoyo, uno para apoderarse
de Járkov (Kharkiv). Las fuerzas rusas reanudaron los asaltos frontales en
Kharkiv el 2 de marzo y continuaron utilizando armas de ataque aéreo,
aumentando el daño a la infraestructura civil y las víctimas civiles. Las
fuerzas terrestres rusas parecen estar realizando otro asalto frontal en
Kharkiv desde el noreste en lugar de envolver la ciudad y, probablemente, se
enfrentará a los bolsones de resistencia ucraniana.
El jefe del Consejo Nacional de Seguridad Ucrania, Oleksiy Danilov, dijo
que Ucrania frustró un intento de asesinato del presidente ucraniano
Volodymyr Zelensky el 2 de marzo. Danilov dijo que dos grupos de asesinos
chechenos participaron en el intento.
En el Sur de País, las unidades del ejército ruso en el eje de
Berdyansk, se reunieron con las unidades de la República Popular de Donetsk
(RPD) completaron el cerco de la ciudad de Mariúpol, el 1 de Marzo, y ayer
comenzaron a intentar ajustar el cerco sobre la ciudad de Mariupol y
comenzaron a bombardear la infraestructura civil en un probable intento de
obligar a la ciudad a rendirse sin un asalto directo.
La batalla en curso por el control de la ciudad capital de Ucrania, Kiev,
como parte de la ofensiva rusa de Kiev en la invasión de Ucrania de 2022, se
inició en la mañana del 25 de febrero.
Los componentes de las fuerzas rusas implican a fuerzas terrestres y
fuerzas aerotransportadas, entre las cuales se reconocen a la 76a
División de Asalto Aéreo de la Guardia y a la 104o Regimiento de Asalto
Aéreo de la Guardia. También se informó que las Fuerzas de
Operaciones Especiales rusas está en el teatro de operaciones.
Entre los componentes de las Fuerzas Armadas de Ucrania están: la 101a
Brigada de Protección del Estado Mayor; las Fuerzas de Defensa Territorial
con la Brigada de Defensa Territorial 112; la Guardia Nacional de
Ucrania; la Fuerza Aérea de Ucrania con la 40a Brigada de Aviación
Táctica; los Voluntarios civiles irregulares (milicia) y voluntarios
chechenos, y finalmente el Batallón Dzhokhar Dudayev.
A lo largo del día se desarrollaron enfrentamientos entre las defensas y
fuerzas de seguridad ucranianas con las tropas rusas que a modo de
incursiones penetraron la ciudad en varios sectores. Hubo intensos
enfrentamientos en Kiev la noche del 25 de febrero, y las fuerzas armadas
ucranianas afirmaron haber eliminado a unos 60 saboteadores rusos.
Las fuerzas armadas rusas tomaron y se atrincheraron en el aeropuerto
Antonov, que se encuentra en el suburbio de Hostomel en Kyivan. Fueron
atacados por los militares ucranianos y durante los combates por el
Aeropuerto Antonov, el control del aeropuerto ha cambiado de manos varias
veces.
En la mañana del 26 de febrero, la artillería rusa bombardeó la ciudad
durante más de 30 minutos. Al mismo tiempo, las fuerzas ucranianas
repelieron un ataque a una central eléctrica en el barrio nororiental de
Troieshchyna, la
BBC sugirió
que el ataque podría haber sido un "esfuerzo para privar a la ciudad de
electricidad".
También se produjeron intensos combates cerca del zoológico de Kiev, en el
barrio central de Shuliavka, donde las fuerzas ucranianas defendieron una
base militar en Prospect Peremohy.
Según el Presidente Zelenskyy, las fuerzas ucranianas lograron repeler la
ofensiva rusa y continuaron controlando la ciudad y las principales ciudades
circundantes. El toque de queda se extendió de las 5 pm a las 8 am y los
infractores debían ser considerados parte de los "grupos de reconocimiento o
saboteadores rusos". Según el Ministerio de Defensa británico, el
grueso de las fuerzas rusas se encontraba a 31 km (19 millas) del centro de
Kiev.
Las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania son
responsables de la movilización de voluntarios. El ministro del Interior de
Ucrania, Denys Monastyrsky, declaró que a los voluntarios en Kiev se les
habían entregado más de 25.000 rifles de asalto, con municiones, alrededor
de 10 millones de balas y lanzagranadas y granadas propulsadas por
cohetes.
Durante la madrugada del 27 de febrero, hubo algunos enfrentamientos con
saboteadores rusos en Kiev. Los funcionarios locales afirmaron que Kiev
seguía totalmente controlado por las fuerzas ucranianas por la mañana.
Los líderes en Bruselas miran con atención los movimientos de Vladimir
Putin. Cómo sería una eventual invasión.
El reconocimiento de las regiones del
Donbass
por parte del gobierno ruso y de la Duma y la inmediata entrada de tropas
rusas en esas regiones elevó la tensión en la zona. Y encendió las alarmas
en el mundo entero.
La Unión Europea reaccionó el martes mismo aprobando una primera ronda de
sanciones
limitada a una lista de personas y, sobre todo, a bloquear el acceso a los
mercados financieros europeos a tres bancos rusos.
Alemania suspendió la autorización del nuevo gasoducto Nord Stream II. Si
Rusia sigue adelante en Ucrania habrá más sanciones.
Fuentes de la Unión Europea apuntan a otra medida que les hace pensar que
un conflicto mayor es casi inevitable.
La diplomacia del bloque está vigilando las señales que le pueden indicar
por dónde irán los tiros de Putin y entiende que la alarma es ahora más
evidente por varias razones y que Putin
sí atacará
Ucrania.
Vehículos del ejército de Rusia, este miércoles, en una estación
de trenes en la región de Rostov. Foto: EFE. Visto en
Clarín
1- El reconocimiento de Donetsk y Lugansk
La primera señal fue el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas
de Donetsk y Lugansk. Moscú no reconoció el territorio que ahora mismo
ocupan sino la totalidad de esas regiones según el mapa de las
provincias de Ucrania.
Eso hace que el territorio reconocido por Moscú suponga más del doble
del que ahora controlan los separatistas.
Si intentan conquistar el que no controlan, con tropas rusas ahora
oficialmente a su lado, provocarían un choque armado entre el Ejército
ucraniano y el ruso en un frente de cientos de kilómetros.
2- El ultimátum a Kiev
Otra de las señales que los líderes europeos miran con preocupación es
que Putin lanzó el martes es un ultimátum a Kiev por el que le exige
que Ucrania se desmilitarice, que
renuncie a ingresar
en estructuras occidentales como la OTAN y la Unión Europea.
Pero sobre todo, le exige que reconozca que la provincia de Crimea es
territorio ruso.
Crimea fue anexionada por Rusia a la fuerza en 2014, luego de un
conflicto armado que hasta ahora ya dejó cerca de 14.000 muertos.
3- Avance militar
La tercera señal es de estrategia militar. El despliegue de las
Fuerzas Armadas rusas se acerca cada día a la frontera de Ucrania y en
algunos puntos, como cerca de la ciudad ucraniana de Jarkov, las
tropas, carros de combate y artillería están apenas a 15 kilómetros
del paso.
La BBC habla de que grupos de tropas están movilizadas en lo que los
militares llaman “despliegue táctico”, unos preparativos que no pueden
sostenerse más allá de unos pocos días.
La cadena británica publicó nuevas imágenes de satélite que muestran
esos movimientos.
La BBC también cuenta que las Fuerzas Armadas rusas están moviendo
en los últimos días junto a sus tropas unidades de apoyo logístico e
incluso hospitales de campaña con reservas de sangre.
La
supuesta retirada
de tropas que anunció Rusia el pasado fin de semana es otra señal
que alertó a la diplomacia europea.
Ni el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ni el
canciller europeo, Josep Borrell, se creyeron que Rusia estuviera
realmente retirando tropas de fronteras.
Ahora, las fuentes aseguran que Rusia simplemente movió grupos de
tropas desde cuarteles provisionales donde las tenía movilizadas
desde enero hasta localizaciones más cercanas a Ucrania desde donde
podrían lanzar un ataque.
Más de la mitad de las tropas rusas cerca de Ucrania, tanto en Rusia
como en Bielorrusia, están ahora mismo, estiman las mismas fuentes,
a menos de 50 kilómetros de la frontera ucraniana. La mitad de esas
tropas en situación de despliegue táctico.
Bruselas sí entiende que los medios desplegados por ahora por Rusia
no son suficientes para un ataque masivo que busque ocupar toda
Ucrania, un país de 44 millones de habitantes y más de 600.000 km2.
El ataque, estiman esas fuentes, buscaría capturar puntos estratégicos,
destruir nodos de comunicación, impedir el trabajo del Gobierno y
sobre todo controlar Kiev (casi tres millones de habitantes) para
imponer un cambio de régimen.
Otros escenarios posibles, según estas fuentes, serían ataques
contra infraestructuras como centrales energéticas, de
comunicaciones móviles, de internet y de transportes.
Ucrania tiene en Zaporijia la tercera mayor central nuclear del
mundo con seis reactores y una potencia combinada de casi 6.000 MWh.
Rusia puede cerrar el acceso al Mar Negro y al Mar de Azov a
Ucrania, alterando sus cadenas de suministros, sus exportaciones e
importaciones y en general su actividad económica. / Por Idafe
Martín, publicado por Clarín. Bruselas, especial CB.-
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Desde el 1" de marzo los rusos han estado "creando condiciones para
envolver Kiev desde el oeste e intentar abrir un nuevo eje de ataque desde
el este que les permita rodear la capital. No está claro si Rusia tiene
suficiente poder de combate para completar tal cerco y resistir los
contraataques ucranianos" (ISW).
En ese día aparte del ataque a la antena de televisión, los bombardeos
rusos golpearon los barrios de Rusanivka y Kurenivka y los suburbios de
Boyarka y Vyshneve , así como el área alrededor del Aeropuerto Internacional
de Kiev.
En la madrugada del 2 de marzo, la Fuerza Aérea de Ucrania afirmó que había
derribado dos Sukhoi Su-35 rusos sobre Kiev. Más tarde El alcalde de Kiev,
Vitali Klitschko informó que el ejército ruso estaba comenzando a rodear la
ciudad en un intento de imponer un bloqueo.
Klitschko le dijo al Canal 24 que los tanques se acercaban a Kiev desde
Bielorrusia y que las autoridades ucranianas estaban inspeccionando los
puestos de control ucranianos para estar preparados. "La jefa de
inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Estonia, Margo Grosberg, estimó
que el avance del convoy ruso llegaría a los suburbios exteriores de Kiev en
al menos dos días, después de lo cual intentarían sitiar la ciudad". (Eesti Rahvusringhääling)
El 4 de marzo se produzco una nueva ola de bombardeos rusos que golpeó el
centro de Kiev, incluido el barrio de Borshchahivka. Una investigación
realizada por
CNN
sobre los videos de las redes sociales que mostraban las consecuencias de
los ataques con misiles descubrió que los ataques aéreos habían alcanzado un
centro de negocios y muchos edificios de varios pisos en las áreas
occidentales de la ciudad.
Entre el 5 y el 9 de marzo se sucedieron varios ataques aéreos rusos, los
ucranianos informaron de varios derribos de aviones rusos. Por la mañana del
9 de marzo, las fuerzas rusas comenzaron a bombardear la ciudad nuevamente,
lo que provocó varias explosiones. Más tarde ese día, las autoridades rusas
y ucranianas acordaron hacer un corredor humanitario temporal, lo que
resultó en una evacuación masiva de civiles de los suburbios.
El 10 de marzo el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, declaró que casi dos
millones de personas, o la mitad de la población de la ciudad, habían
abandonado la ciudad desde que comenzó la guerra. El 12 de marzo, los
combates provocaron dos incendios: en el centro y en las afueras de
Kiev.
En la calle Khoriva (Podil), un dron kamikaze con carga explosiva,
identificado como Cube [ru], fue derribado; la explosión provocó un incendio
en el edificio Oschadbank. El segundo incendio se produjo en el extremo
noroeste de la ciudad ( Synioozerna Street debido al impacto de un objeto
desconocido.
Las 10 maneras en que cambiará el mundo tras la guerra en Ucrania.
The Economist Intelligence Unit realizó un informe en el que plantea diez
cambios que habrá en el plano geopolítico como consecuencia de la invasión
rusa.
La guerra en Ucrania también modificará el panorama geopolítico
en Europa Foto REUTERS/Johanna Geron. Vista en
Infobae
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, reconoció el martes que el
presidente ruso, Vladimir Putin, “todavía no ha logrado” ninguno de sus
objetivos militares en Ucrania. Mientras tanto, las tropas rusas
recrudecen la ofensiva en su avance hacia Kiev. Termine como termine el
conflicto armado, lo cierto es que representa un cambio del orden
geopolítico. No se trata de una guerra regional más.
The Economist Intelligence Unit (EIU) realizó un informe en el que analiza
las “diez formas en que la guerra en Ucrania cambiará el mundo”.
En primer lugar, sostiene que el conflicto bélico, que ya provocó el
desplazamiento de más de 10 millones de personas de sus hogares -casi un
cuarto de la población ucraniana-, llevará a una nueva división de Europa.
Mientras el régimen de Putin insiste en justificar la invasión para una
“desnazificación” de Ucrania, el informe asegura que el verdadero interés
de Moscú es “destruir la soberanía” de Ucrania y anexionarse al menos una
parte del país, “creando así una zona tampón entre Rusia y Occidente que
incluya también a Bielorrusia y Kazajistán”.
“El repudio de Rusia al ‘orden basado en normas’ liderado por Occidente
señala un alejamiento de Europa y la creación de una nueva división del
continente, tres décadas después de la caída del Muro de Berlín”, señala
el reporte.
Esa violación de la soberanía ucraniana representa “el fin del orden de la
posguerra fría”.
La primera mitad de esa época tuvo como actor principal de la escena
geopolítica a Estados Unidos, con una Rusia en crisis tras la caída de
la Unión Soviética e incapaz de hacer frente al unilateralismo
norteamericano. China, en tanto, se encontraba en una fase temprana de
su ascenso.
En cambio, en los últimos 15 años se produjo el resurgimiento de Rusia,
y China fortaleció su crecimiento. De esta manera, el informe advierte
que la invasión de Putin a Ucrania “es un desafío flagrante al papel de
Estados Unidos como policía global, y sugiere que el mundo se ha vuelto
mucho más inestable y peligroso”.
El tercer efecto que tendrá la guerra, según The Economist, es una
profundización de la alianza estratégica entre Rusia y China.
Tras el inicio de la invasión el pasado 24 de febrero, Rusia sufrió
severas sanciones por parte de Occidente, que dejaron al país
prácticamente aislado del sistema político, económico y financiero
internacional. Por ese motivo, el Kremlin necesita consolidar su alianza
con China: “Lo que comenzó como un matrimonio de conveniencia se ha
convertido en la última década en una asociación estratégica”.
Esa estrecha relación, recuerda el informe, comenzó en 2012, cuando
Rusia empezó a alejarse de forma casi definitiva del orden europeo y
posó sus ojos en el gigante asiático. Desde entonces, ayudó a Beijing en
diferentes ámbitos, como el de energía, el poder aéreo y marítimo, en
inteligencia, y en asuntos militares y exteriores. A cambio, recibió
financiación y tecnología. “Para China, una alianza con Rusia ofrece
seguridad a lo largo de su frontera septentrional, recursos naturales y
un enfoque y una actitud autoritarios compartidos frente a Occidente”.
Durante los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Beijing, los
presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin se reunieron en la capital china
y declararon que la alianza entre ambos países “no conocerá límites” y
será “superior a las alianzas políticas y militares de la guerra fría”.
La semana pasada Xi mantuvo una teleconferencia con el presidente Joe
Biden para abordar la guerra en Ucrania. Tras la charla, el Ministerio
de Relaciones Exteriores de emitió un comunicado en el que rechazó el
“conflicto y la confrontación”, pero evitó responsabilizar a Rusia por
la invasión y el baño de sangre en suelo ucraniano.
“Las acciones de Rusia aceleran la bifurcación del mundo en dos campos
hostiles y competitivos”, plantea el cuarto cambio proyectado por The
Economist.
El régimen chino y Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, vienen
compitiendo hace años para establecer su dominio en las industrias y
tecnologías del futuro y preparar el terreno para una futura
disociación. Esta tendencia se profundizó a partir de la pandemia de
coronavirus. En este contexto internacional, con una ruptura casi total
con Occidente, la guerra provocada por Rusia acelerará la división
mundial entre dos polos rivales. “Algunos países tomarán partido, pero
muchos otros tratarán de mantener un pie en ambos campos”, augura el
informe. Pero aclara que con el paso del tiempo, “este acto de
equilibrio será cada vez más difícil”.
En quinto lugar, el informe advierte que “una renovada atención a la
seguridad europea limitará la inclinación de Estados Unidos hacia
Asia”. Frente a la necesidad de reforzar los recursos diplomáticos
para encarar la crisis en la periferia oriental de Europa, Washington
cederá terreno en sus esfuerzos por contrarrestar la amenaza china.
Esto, al mismo tiempo, perjudicará a los aliados asiáticos de Estados
Unidos, como Japón, Corea del Sur y Taiwán.
La relación entre Estados Unidos y China , tensa durante mucho tiempo,
solo se ha vuelto más tensa desde el comienzo de la presidencia de
Biden. Biden ha criticado repetidamente a China por las provocaciones
militares contra Taiwán, los abusos contra los derechos humanos de las
minorías étnicas y los esfuerzos para aplastar a los defensores de la
democracia en Hong Kong.
La guerra en Ucrania también “acelerará una carrera armamentística” a
nivel mundial. Una carrera que se ha reanudado en los últimos años,
tras el fin de la era soviética. Estados Unidos, Rusia, China, Reino
Unido, Francia y otros países han modernizado sus arsenales nucleares,
al tiempo que han aumentado el número de cabezas nucleares desplegadas
con fuerzas operativas. “Además, el desarrollo y el despliegue por
parte de las principales potencias de sistemas de defensa antimisiles
balísticos, armas antisatélite y misiles hipersónicos están ampliando
la percepción de amenaza entre las potencias competidoras y
alimentando una carrera armamentística”.
Ante este panorama, el reporte remarca que la invasión rusa a Ucrania
“llevará a una mayor proliferación de armas y a un ciclo
desestabilizador de escalada armamentística de ojo por ojo”.
En este cambio del escenario geopolítico, “Alemania puede empezar a
desempeñar un papel más asertivo en la política de seguridad europea”.
Previo a la invasión rusa, e incluso en los primeros días de
hostilidades, Berlín fue muy criticado por su laxa postura ante Moscú.
Sin embargo, el canciller Olaf Scholz se alineó con Occidente. En
primer lugar, envió armas a Ucrania y aumentó el gasto en defensa a
más del 2% del PIB, provocando lo que él describió como “un punto de
inflexión” el giro de la política exterior alemana en materia de
defensa. Además, pese a la gran dependencia de Alemania del gas ruso,
abandonó el gasoducto Nord Stream 2.
“La guerra de Rusia en Ucrania puede contribuir a liberar a Alemania
del bagaje de la Segunda Guerra Mundial y permitirle desempeñar un
papel más importante en la definición de las prioridades europeas en
materia de defensa, asuntos exteriores y seguridad. Esto comenzará a
cambiar el equilibrio de poder en Europa”, adelanta el informe de The
Economist
En paralelo, “Europa se verá obligada a decidir cuál es su posición
en el nuevo orden mundial”. Aunque Estados Unidos se mantendrá como
la potencia dominante en la OTAN, en los próximos años es probable
que cambie el equilibrio de la alianza atlántica a medida que las
potencias europeas, con Alemania y Francia a la cabeza, se enfoquen
en sus propios intereses. A pesar de la gran unidad que mostró la
OTAN para responder a la agresión rusa en Ucrania, ya existen
indicios de que esa unidad podría resquebrajarse con el tiempo a
medida que los intereses nacionales y regionales vuelvan a pasar a
primer plano.
Por su parte, la guerra también acentuará “el desafío a la
democracia global”. El conflicto bélico “profundizará la división
del mundo en campos autoritarios y democráticos”. “La cristalización
de una alianza Rusia-China, antioccidental y autoritaria, hará que
la batalla por la democracia sea aún más importante en las próximas
décadas”.
Por último, el informe plantea que la guerra en Ucrania
“envalentonará a otros y avivará los conflictos existentes”: “La
reacción mundial al intento de Rusia de dividir Ucrania, y el grado
de intervención de las potencias occidentales, serán estudiados
cuidadosamente por quienes tienen objetivos similares”.
Al respecto, remarcó los casos de Azerbaiyán (Nagorno Karabaj),
China (Taiwán) y Turquía (Mediterráneo oriental), que observarán de
cerca cómo se desarrolla el conflicto en Ucrania y las respuestas de
Occidente.
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¿Estamos ante una guerra en Europa o ante la Tercera Guerra Mundial?
El conflicto es lo que menos necesitaba el planeta, justo cuando empezaba a
dejar atrás la pandemia; el enfrentamiento entre Estados es un fenómeno que
parecía distante en el siglo XXI, dominado por conflictos civiles o guerras
híbridas. Por Inés Capdevila, publicado por
La Nación.
Un grupo de personas intentan subirse a un ómnibus en Kiev,
Ucrania, tras el ataque ruso. (Foto AP/Emilio Morenatti). Vista
en
La Nación
Dos años de pandemia de coronavirus dejaron al mundo traumado por la
enfermedad, la muerte, el desánimo, la desunión, el desgaste de los gobiernos,
la recesión global y la inflación. Lo que menos necesitaba el planeta, justo
cuando empieza a dejar atrás la epidemia, acaba de suceder: otra guerra. Y no
es ya cualquier guerra, es un enfrentamiento entre Estados, un fenómeno que
parecía distante en el siglo XXI, dominado por conflictos civiles, como los de
la “primavera árabe”, o guerras híbridas.
La invasión total de Rusia a Ucrania marca el regreso del conflicto bélico
entre Estados que definió a la Primera y a la Segunda Guerra Mundial. Una gran
potencia militar –la tercera a escala global- irrumpe en un país más pequeño,
que, a su vez, cuenta con el respaldo de otras naciones. La historia suena
dolorosamente conocida. Son, como la definió una fuente diplomática a la
agencia Reuters, “las horas más oscuras de Europa” desde 1945. ¿Está entonces
el mundo a las puertas de la Tercera Guerra Mundial? Algunas claves permiten
definir algunos escenarios que le esperan al planeta, incluida la Argentina.
1) ¿Es este el inicio de una nueva gran guerra global?
Las dos guerras mundiales involucraron y enfrentaron a las entonces mayores
potencias militares y políticas del mundo, Estados Unidos, Rusia y Gran
Bretaña, Alemania, Japón. El resto del mundo se dividió hacia un lado –los
aliados- o el otro –el eje-. Esta nueva guerra involucra directamente a
Rusia y a Estados Unidos, que, hasta este momento, insiste en que no
participará militarmente de la contienda en Ucrania.
Para convertirse en una verdadera guerra mundial debería intervenir la otra
superpotencia actual, China.
Xi Jinping y Vladimir Putin sellaron, hace tres semanas, una alianza
estratégica para contener a Estados Unidos en todos los frentes, desde el
económico y político hasta el cultural. Sin embargo, por ahora Pekín
parece bastante reticente a participar militarmente del conflicto. Dos
datos lo disuaden: las capacidades militares de Rusia y de China crecen
con firmeza, pero aún se si juntaran no sobrepasarían el poderío
norteamericano, de acuerdo con un informe de la corporación Rand, del año
pasado.
Por el otro lado, una guerra global atentaría contra la economía china y
contra dos de sus principales socios comerciales, Estados Unidos y la
Unión Europea (UE). Xi necesita una economía robusta para mantener la
calma dentro de China y afianzar su proyecto de poder.
Más que a las puertas de una tercera guerra mundial, el mundo está
entonces frente a la posibilidad de una nueva gran guerra europea. Eso, a
su vez, dependerá del panorama que se abra desde hoy.
2) ¿Qué escenarios se abren entonces?
En este momento, Putin tiene la iniciativa por la dimensión y velocidad
del escenario que Occidente pensaba menos probable: el de la invasión
total. En 12 horas, sus fuerzas entraron por el Norte, el Este y el Sur,
una estrategia que estremece a Ucrania y obliga a Estados Unidos y las
potencias europeas a repensar su respuesta.
El escenario que más prevén los funcionarios occidentales a esta hora es
que Putin instale sus fuerzas en Ucrania, desaloje al presidente
Voledymyr Zelensky y designe un “gobierno títere”. Ante semejante
demostración de fuerza, las sanciones propuestas por Estados Unidos y la
UE suenan a poco, y más si la ocupación deja a un Putin fortalecido,
dispuesto a rediseñar la arquitectura de seguridad de Europa,
restablecer las esferas de influencia de la era soviética y a alejar a
la OTAN de sus fronteras.
En ese caso, ¿qué le impediría avanzar sobre naciones que hoy, a
diferencia de Ucrania, sí son miembros de la Alianza Atlántica e incluso
de la UE, como Polonia, Estonia, Lituania o Letonia? Si esa fuera el
camino de Putin, Europa estaría ante una guerra continental.
¿Podrán las sanciones occidentales destinadas a asfixiar la economía
rusa y disuadir a Putin de una larga y dolorosa ocupación evitar ese
escenario? ¿O deberán Estados Unidos y la UE involucrarse militarmente?
Washington y Bruselas insisten en que sus botas no pisarán de ninguna
manera Ucrania; aún pagan los costos del fracaso de su misión en
Afganistán.
“Ucrania no es miembro de la OTAN, por lo que esa organización no
intervendría directamente. Todo depende ahora de la voluntad de lucha
que muestren los ucranianos. Y ahí sí habría varios países dispuestos
a ayudar con armas y entrenamiento. Es clave mirar la voluntad de
resistencia de los ucranianos”, opina, en diálogo con LA NACION,
Gonzalo Paz, profesor de la Universidad de Georgetown, especializado
en las relaciones de China y Rusia con América Latina.
La insurgencia armada de los ucranianos podría tornar, entonces, a su
país en una suerte de Siria europea, otro de los escenarios más
mencionados por los especialistas.
3) ¿Sufrirá más la economía del mundo?
Sí, esa es la mayor certeza que comparten, en ese momento, los
especialistas. Varias son las razones, resumidas con precisión en un
briefing privado divulgado por la consultora Eurasia hace apenas unas
horas: “La invasión rusa tendrá amplios efectos en la economía global,
ya que la combinación de sanciones occidentales, disrupciones de
guerra, y retaliación rusa conducirá a turbulencias en los mercados de
energía, a condiciones financieras más frágiles y a una demanda global
debilitada. El crecimiento del mundo industrializado se reducirá en al
menos un punto, las cadenas de suministro sufrirán y habrá más
proteccionismo”.
Rusia produce hoy el 10% de los 100 millones de barriles de petróleo
diario que demanda el mundo hoy para salir del bajón de la pandemia
y genera el 40% del gas que consume Europa.
Disrupciones en esos suministros afectarán directamente los precios
de la energía y derivarán, entre otras cosas, en mayor inflación
global. En ese escenario de vulnerabilidad económica global, los
países más frágiles sufrirán más que otros. En ese grupo está la
Argentina.
4) ¿Cuál es el impacto en la Argentina?
El efecto de la guerra en Ucrania sobre nuestro país es casi directo
por varias razones, sobre todo económicas y políticas. El primer
impacto directo ya se siente desde esta mañana: se dispararon los
precios de los cereales, una buena noticia ya que son la mayor
fuente de ingreso de divisas del país. Ucrania es el quinto
productor mundial de maíz y el séptimo de trigo (Rusia es el
quinto); la guerra hace temer que esa producción se paralice.
Las buenas noticias llegan hasta ahí. La Argentina sufrirá, y mucho,
con el precio del gas, directamente condicionado por la nueva
guerra. Putin ya comenzó a cerrar el grifo del gas a Europa hace
unos meses; la reducción de suministro fue compensada con la
importación de gas natural líquido, fundamentalmente desde Estados
Unidos y Qatar, que, a su vez, son los principales proveedores de
GNL de la Argentina.
Allí el precio que paga el país se verá impactado, un fenómeno que
se sentiría en el invierno e incluso condicionaría el precio de las
tarifas, eje central hoy de la discusión de un acuerdo con el FMI.
Es decir que el impacto de corto y mediano plazo de la guerra será
directo sobre la vida diaria de los argentinos y sus bolsillos.
A largo plazo el impacto será político. Y será profundo. Hace tres
semanas, el presidente Alberto Fernández visitó a Putin y le
confió que estaba decidido a cortar la “dependencia argentina” de
Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El timing
y el contenido de la reunión fueron cuestionados como
escandalosos. Hoy, visto en retrospectiva, esa definición queda
corta y ese viaje podría ser considerado como uno de los peores
errores de la política exterior de las últimas décadas.
En un momento crítico de las negociaciones con el FMI y en la hora
cero de la nueva guerra europea, la Argentina eligió alinearse con
Rusia. En Washington el impacto de esa decisión se siente en la
falta de acceso a las instancias claves de la administración de
Joe Biden. En el mundo, se sentirá con un mayor aislamiento de
nuestro país. Un mundo absolutamente imprevisible y, desde hoy,
mucho más peligroso. / Por Inés Capdevila, publicado por La Nación.
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Desde el día 26 de febrero Rusia ve que su embestida inicial no tiene los
resultados esperados. Hasta finales del día 27 no ha logrado rodear y aislar
a Kiev con ataques mecanizados y aerotransportados como claramente había
planeado hacer.
Zonas invadidas, rutas de ingreso y principales acciones en el Norte
de Ucrania. Editado con Google Earth Pro sobre imágenes
satelitales Landasat y Copernicus, con información del ISW y Agencias
varias
"Las fuerzas rusas participaron en avances mecanizados más sencillos hacia
Kiev a lo largo de un frente estrecho en la orilla oeste del río Dnipro y en
un frente amplio hacia el noreste. Abandonaron temporalmente los esfuerzos
para apoderarse de Chernihiv y Kharkiv al noreste y este de Kiev y están
pasando por alto esas ciudades para continuar su avance hacia Kiev"
(ISW).
Los ataques rusos fallidos contra ambas ciudades fueron mal diseñados y
ejecutados y encontraron una resistencia más decidida y efectiva de lo que
Rusia probablemente esperaba.
Según los analistas, los éxitos rusos en el sur de Ucrania son los más
peligrosos y amenazan con trastornar las exitosas defensas y acciones de
retaguardia de Ucrania hacia el norte y el noreste.
El foco de la atención está en el frente Norte. "Rusia ha ido desplegando
nuevas fuerzas pesadas y de artillería al norte de Kiev desde el pasado
domingo. El grueso del contingente ruso que acecha la capital está a 30
kilómetros en esa dirección, según el servicio de inteligencia del Reino
Unido. Es la zona del aeropuerto de Gostomel, una instalación que los rusos
bombardearon hace días. Allí las fuerzas ucranias frenaron su avance" (El País).
Partes de las fuerzas rusas que se dirigen a Kiev, en la ruta P56
entre Prybirsk e Ivankiv. Visto en
EL PAÍS
En el día de ayer, alrededor de las 18:40 (hora local), Kiev fue
bombardeada con intensidad. Toda Kiev fue sacudida por dos violentas
explosiones que hicieron temblar todos los edificios. Alrededor de la 21, se
reiteró el bombardeo.
Hoy día 1 de Marzo, en medio del escepticismo por el diálogo en
Bielorrusia, las fuerzas de defensa de Kiev se prepara para un fuerte ataque
de un fuerte conjunto de fuerzas rusas que avanzan desde el norte y el
noreste. / Fuentes: información del ISW, EL PAÍS y Agencias varias
Actualización 01/03/2022. 13:31
Según el ISW, "es probable que las fuerzas rusas lancen un asalto renovado en el oeste de Kiev el 1 de marzo. Los ataques de las fuerzas ligeras rusas en las afueras de la ciudad no lograron progresar el 28 de febrero. Es poco probable que las fuerzas ucranianas capitulen".
"Las fuerzas rusas y bielorrusas pueden estar preparándose para una línea adicional de avance desde Bielorrusia hacia el oeste de Ucrania. El 38 de Bielorrusia La Brigada de Asalto Aéreo se desplegó en Kobryn, cerca de Brest, en el suroeste de Bielorrusia, el 28 de febrero. El Estado Mayor de Ucrania informó el 28 de febrero que existe una alta probabilidad de que las fuerzas bielorrusas se unan a las operaciones rusas".
"El gobierno ucraniano aumentó los esfuerzos de reclutamiento y el apoyo financiero a su ejército y varios gobiernos occidentales expresaron su apoyo a la intención de Ucrania de aceptar voluntarios extranjeros el 28 de febrero" (ISW).
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El jueves 24 de febrero de 2022, en la región del norte de Kiev y
principalmente desde Bielorrusia, se iniciaba una gran ofensiva que fue
calificada por muchos como del tipo blitzkrieg, "guerra relámpago".
Ese día, temprano, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció "el
inicio de una operación militar especial en Ucrania", con el objetivo de,
según él, "proteger al Donbás", la región de los separatistas prorrusos.
Durante el anuncio Putin instó a las fuerzas del vecino país a deponer las
armas e "ir a casa".
En su momento la embestida rusa inicial contra Kiev fracasa en pocos días.
Desde el día 26 de febrero de 2022 Rusia advierte que su embestida inicial
no tiene los resultados esperados. Hasta finales del día 27 no ha logrado
rodear y aislar a Kiev con ataques mecanizados y aerotransportados como
claramente había planeado hacer.
Los ataques rusos fallidos contra las ciudades fueron mal diseñados y
ejecutados, y encontraron una resistencia más decidida y efectiva de lo que
Rusia probablemente esperaba. Tras el golpe inicial la fuerte resistencia
ucraniana se levanta y comienza a agredir eficazmente al invasor. Primero
sola, demostrando un valor que conmueve al Mundo libre y luego comienza a
recibir ayuda desde todas partes del Mundo.
Situación Inicial: Zonas invadidas, rutas de ingreso y principales
acciones en el Norte de Ucrania. Editado con Google Earth Pro sobre
imágenes satelitales Landasat y Copernicus, con información del ISW y
Agencias varias
Para los analistas en general, Putin lo hizo con intenciones imperiales,
la principal recuperar el respeto como potencia global que detentaba la
Rusia soviética.
"Un objetivo atragantado de megalomanía y limitado por una realidad
implacable que esmeriló la influencia del Kremlin junto a los escombros
del campo comunista. Putin contaba, además, con mala información. Su
comunidad de inteligencia le había asegurado que no habría reacción a la
invasión sobre Kiev" - Marcelo Cantelmi /
Clarín.
Para la mayoría de los analistas ésta invasión rusa de Ucrania, iniciada
el 24 de febrero de 2022, constituye una escalada de la guerra
ruso-ucraniana que comenzó tras los sucesos del
Euromaidán en
2014.
Recordemos que la primera fase de la guerra ruso-ucraniana, entre 2014 y
2015, se originó en la cuestión sobre el Acuerdo de Asociación entre
Ucrania y la Unión Europea que llevó a los disturbios heterogéneos de
índole europeísta y nacionalista del Euromaidán. Posteriormente, la UE
condenó la intervención rusa en Ucrania (adhesión de Crimea a Rusia y
guerra del Dombás) y suspendió el diálogo sobre las cuestiones relativas a
la política de visados y las negociaciones sobre un nuevo acuerdo
bilateral. Desde entonces la Unión aplica un enfoque de doble vía que
combina sanciones con intentos de encontrar una solución al conflicto en
Ucrania.
Durante éstos dos últimos años, Europa ha vivido la cruda realidad del
mayor ataque militar convencional en suelo europeo desde la Segunda Guerra
Mundial, con atrocidades incluidas. Las acciones de Rusia en ésta guerra
son un ejemplo clásico de agresión imperial y colonial al estilo del siglo
XIX.
Según la opinión de muchos, esta guerra no tiene que ver con la
neutralidad de Ucrania, la ampliación de la OTAN, ni la protección de los
ruso parlantes en el Dombás.
Ucrania culpó a Rusia por el hackeo
que afectó sitios web de su gobierno, alegando que Moscú está involucrada en
una creciente “guerra híbrida” en su contra.
"Oleh Derevianko, experto en seguridad cibernética en Kiev, dijo a The
Associated Press que los hackers penetraron las redes gubernamentales a través
de un proveedor de software compartido en un ataque a la cadena de suministro
similar al caso de ciberespionaje ruso SolarWinds 2020 que tuvo como blanco el
gobierno de Estados Unidos" (La Nación / AP).
Tras una semana de conversaciones fallidas para destrabar la crisis con
Occidente por la seguridad de Ucrania, Rusia describió el domingo a la OTAN
como una “herramienta de confrontación”, mientras desde el gobierno de Kiev
acusó a Moscú de un masivo ciberataque a las oficinas del gobierno.
El vocero del gobierno ruso, Dimitri Peskov, en una entrevista con CNN,
advirtió que la tensión entre el Kremlin y la Alianza Atlántica se está
acercando a una “línea roja” debido al apoyo militar de Occidente a Ucrania.
Peskov negó cualquier intención de invadir territorio ucraniano, una acusación
que calificó como “una locura”, y consideró necesario mantener tropas cerca de
la frontera porque Rusia “no puede tolerar” que la OTAN “se abra paso
gradualmente” en Ucrania.
Rusia exige que la OTAN prohíba la incorporación de Ucrania y otros Estados de
la antigua Unión Soviética a las filas de la Alianza Atlántica y que haga
retroceder sus fuerzas a las posiciones que ocupaban en 1997.
Paralelamente,
Rusia y Bielorrusia inician maniobras militares. Son ejercicios de combate por la agravación de la situación
político-militar y el aumento de tensiones en Europa, según se informó en
Minsk.
"Los próximos ejercicios de preparación y de combate se realizan debido a la
agravación de la situación político-militar en el mundo y al aumento continuo
de las tensiones en Europa, sobre todo en las fronteras oeste y sur de
Bielorrusia", dijo el Ministerio de Defensa bielorruso en un comunicado.
Bielorrusia limita con Polonia, Lituania y Letonia, miembros de la OTAN y
adversarios de Rusia, como también lo es Ucrania.
Está pasando lo mismo que pasó cuando la toma de Crimea por los rusos. Todos
los países de la antigua URSS que se pasaron y se quieren pasar a la OTAN,
están en máxima alerta. En Polonia están muy activas milicias civiles que se
han venido armando desde hace años en prevención a la posible invasión rusa.
En 2014, "en respuesta a una revolución pro occidental en Ucrania", Rusia
anexionó la península ucraniana de Crimea y es en gran parte considerada un
apoyo militar de los separatistas prorrusos del este de Ucrania, escenario de
una guerra desde hace ocho años.
Suecia no descarta un ataque y mueve tropas al Mar Báltico, reforzó su contingente en la isla de Gotland, tras el fracaso de las
negociaciones para evitar una guerra en Ucrania. Suecia, miembro de la Unión
Europea pero no de la OTAN (aunque crece el debate en el país para adherirse a
la Alianza Atlántica), reforzó durante el fin de semana su contingente militar
en la isla de Gotland, una especie de portaaviones natural plantado en el
centro del Mar Báltico.
Alemania y el Reino Unido realizaron declaraciones en apoyo al Gobierno
ucraniano. "La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock,
afirmó el lunes en Kiev que Alemania hará todo lo posible para garantizar la
seguridad de Ucrania, al tiempo que reiteró su deseo de mantener un “diálogo
serio” con Rusia. Por su parte, el ministro de Defensa del Reino Unido, Ben
Wallace, anunció este lunes en el Parlamento un acuerdo para proveer a Ucrania
de nuevo armamento para incrementar su “capacidad defensiva”." (Infobae / AFP y EFE)
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