Desde hace mucho tiempo ya, como no pocos, tengo la preocupación sobre la real calidad de los alimentos que consumimos en casa. De manera permanente trato de estar atento a los "detalles" que hacen a éste delicado tema. La salud es una condición que debemos valorar y cuidar, más aún con los almanaques que hemos juntado en nuestra loza del tiempo. Nos debemos cuidar más. No sobra decir que enfermarse sale muy caro.
El tema agroquímicos, es un tema siempre preocupante, todos sabemos que poseen algún grado de toxicidad. En especial los productos fitosanitarios o plaguicidas, que son más conocidos como agrotóxicos. El uso de los agrotóxicos ha venido incrementándose durante la producción, almacenamiento, transporte, distribución y elaboración de productos agrícolas y sus derivados.
Se señala que la utilización de agrotóxicos produce un aumento extraordinario del rendimiento de la tierra sin el que no hubiera sido posible alcanzar los niveles actuales de producción alimentaria.
"Si no son aplicados adecuadamente son peligrosos para la salud de los que los utilizan, cosa que ocurre habitualmente si los trabajadores agrícolas no han recibido una formación profesional o una instrucción adecuada al trabajo que desempeñan. También pueden llegar a ser peligrosos para el consumidor y pueden producir una intoxicación alimentaria si se han utilizado en exceso o de forma incorrecta, o no se han respetado los periodos de tiempo necesarios para su degradación" (Wikipedia). Ésto es un hecho, cada vez más registrado.
Hace unos días iProfesional publicó una nota que me impactó, "Alimentos peligrosos: afirman que 8 de cada 10 frutas y verduras tienen agrotóxicos". La publicación se basa en "un estudio de la Universidad de La Plata que analizó verduras de hoja verde, cítricos y hortalizas comercializados en verdulerías de esa ciudad y encontró un "cóctel de químicos muy fuerte", incluido el cuestionado glifosato y plaguicidas prohíbidos en el país".
Según ha informado iProfesional, "el estudio analizó 60 muestras de frutas y verduras y halló plaguicidas (insecticidas y fungicidas) en el 83% de los cítricos y las zanahorias; el 78% en morrones y 70% en verduras de hoja".
Dos de los datos que arrojó una investigación indica que el 76% tenía al menos un químico y casi el 28% de las muestras tenía entre tres y cinco agroquímicos.
Se ha informado que según la investigación, "el 83 por ciento de los cítricos (naranjas y mandarinas) y de zanahorias tiene agrotóxicos. También dieron positivo el 78 por ciento de los morrones y el 70 por ciento de las verduras de hoja verde (lechuga y acelga)".
"Los alimentos contenían los insecticidas lambdacialotrina, endosulfán, clorpirifos y cipermetrina. Y los fungicidas (para hongos) tebuconazole, tpoxiconazol".
"Plaguicidas. Los condimentos no declarados”, es el nombre del estudio realizado por los investigadores de la UNLP.
"El endosulfán es un insecticida y acaricida organoclorado. Es un disruptor endocrino y es altamente tóxico en forma aguda. Ha sido prohibido en más de 50 países, que incluyen la Unión Europea y varias naciones de Asia y África occidental" (Wikipedia).
En Argentina, en 2012 primera vez que se enjuició a alguien por la fumigación con agroquímicos sobre comunidades urbanas, ubicadas cerca de campos de siembra de semilla de soja.
En Argentina, la resolución 511/11 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) prohíbe a partir del 1 de julio de 2013 la elaboración, formulación, comercialización y uso de los productos que contengan el principio activo Endosulfán. Pero parece que no pocos lo siguen usando y nosotros lo seguimos "recibiendo" a través de nuestro alimentos basados en frutas y verduras.
Bueno es ir viendo, y por que no desarrollar alternativas sanas.
Aunque en varias regiones de Argentina están prosperando los productos llamados "orgánicos" (aquellos que se produce bajo un conjunto de procedimientos evitando el uso de productos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales), en muchas ciudades aún es difícil conseguirlos, como en Santiago del Estero.
En varias ciudades, como en la Ciudad de Buenos Aires, ya tienen lugares donde encontrar productos naturales, ecológicos, de calidad y a un precio fijado por los productores y los consumidores en base al sistema de economía social. Si se busca se pueden encontrar ámbitos se han ocupado de conectar a microemprendedores con los consumidores en un proyecto de economía social en donde la intermediación queda de lado.
El pasado mes de julio comente sobre un artículo que informaba que en Rosario, el aumento de las huertas urbanas contribuye a que existan más emprendimientos familiares que comercializan su producción. La web y las redes sociales son el canal de contacto entre empresas y clientes. Y se veía una nueva tendencia: delivery de frutas y verduras
Que bueno sería poder replicar esas experiencias en el pago querido, a modo de impulsar microemprendimientos apuntados a la producción de alimentos sanos, que no tengan condimentos tóxicos y a la par impulse la economía de muchas familias.
Que bueno sería ver, en nuestro supermercado favorito, los productos orgánicos producidos por microemprendimientos familiares llenando góndolas y estantes. Estoy seguro que éste no es un sueño imposible. En el Mundo hay muchos ejemplos.--
Todas las fotografías con Todos los derechos reservados por Jorge S. King© 2004-2015 Absténgase de utilizarlas.
Foto: "Agrotóxicos en frutas y verduras", de Jorge S. King ©Todos los derechos reservados. Visto en Flickar |
Según ha informado iProfesional, "el estudio analizó 60 muestras de frutas y verduras y halló plaguicidas (insecticidas y fungicidas) en el 83% de los cítricos y las zanahorias; el 78% en morrones y 70% en verduras de hoja".
Dos de los datos que arrojó una investigación indica que el 76% tenía al menos un químico y casi el 28% de las muestras tenía entre tres y cinco agroquímicos.
Se ha informado que según la investigación, "el 83 por ciento de los cítricos (naranjas y mandarinas) y de zanahorias tiene agrotóxicos. También dieron positivo el 78 por ciento de los morrones y el 70 por ciento de las verduras de hoja verde (lechuga y acelga)".
"Los alimentos contenían los insecticidas lambdacialotrina, endosulfán, clorpirifos y cipermetrina. Y los fungicidas (para hongos) tebuconazole, tpoxiconazol".
"Plaguicidas. Los condimentos no declarados”, es el nombre del estudio realizado por los investigadores de la UNLP.
"El endosulfán es un insecticida y acaricida organoclorado. Es un disruptor endocrino y es altamente tóxico en forma aguda. Ha sido prohibido en más de 50 países, que incluyen la Unión Europea y varias naciones de Asia y África occidental" (Wikipedia).
En Argentina, en 2012 primera vez que se enjuició a alguien por la fumigación con agroquímicos sobre comunidades urbanas, ubicadas cerca de campos de siembra de semilla de soja.
En Argentina, la resolución 511/11 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) prohíbe a partir del 1 de julio de 2013 la elaboración, formulación, comercialización y uso de los productos que contengan el principio activo Endosulfán. Pero parece que no pocos lo siguen usando y nosotros lo seguimos "recibiendo" a través de nuestro alimentos basados en frutas y verduras.
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Aunque en varias regiones de Argentina están prosperando los productos llamados "orgánicos" (aquellos que se produce bajo un conjunto de procedimientos evitando el uso de productos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales), en muchas ciudades aún es difícil conseguirlos, como en Santiago del Estero.
En varias ciudades, como en la Ciudad de Buenos Aires, ya tienen lugares donde encontrar productos naturales, ecológicos, de calidad y a un precio fijado por los productores y los consumidores en base al sistema de economía social. Si se busca se pueden encontrar ámbitos se han ocupado de conectar a microemprendedores con los consumidores en un proyecto de economía social en donde la intermediación queda de lado.
El pasado mes de julio comente sobre un artículo que informaba que en Rosario, el aumento de las huertas urbanas contribuye a que existan más emprendimientos familiares que comercializan su producción. La web y las redes sociales son el canal de contacto entre empresas y clientes. Y se veía una nueva tendencia: delivery de frutas y verduras
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