"Cristo ha resucitado y nosotros hemos resucitado con Él"( extracto) Cardenal Antonio Cañizares Llovera Arzobispo de Toledo y Primado de España
Esta es la gran noticia en la que se compendia el cristianismo, en la que se resumen todas las Escrituras y en la que desembocan los caminos de la historia, como se nos recordaba en las lecturas de la noche santa de la Vigilia Pascual. La Pascua de Jesús, su resurrección, es el acontecimiento más elevado y misterioso de la historia, donde se halla su centro y se encuentra su plenitud; y, al mismo tiempo por paradójico que parezca, es la realidad que está más próxima a nosotros, la que más íntimamente nos alcanza y cambia la vida del hombre; la que más profundamente nos toca, porque nos da la victoria más deseada por el hombre: la victoria de la vida sobre la muerte, de la alegría sobre el sufrimiento y la tristeza, del amor sobre el odio, la violencia y el miedo. Quien llore ante el destino del hombre, como ante un fracaso sin remedio, puede, a partir de este acontecimiento único, singular y universal, saltar de gozo y de asombro, porque la meta última y verdadera es la vida, el amor que no perece y permanece para siempre.Nuestro testimonio, si es íntegro y operativo, no dejará de suscitar inquietudes saludables en muchos que disipan sus días persiguiendo valores que parecen de progreso y son, sin embargo, deshumanizadores. La Pascua, la fe pascual nos impulsa a los cristianos a mostrar con fuerza que es posible y estamos a tiempo de reconstruir una sociedad basada en la verdadera convivencia de las gentes y los pueblos donde justicia y libertad encuentren un auténtico equilibrio, donde la solidaridad no sea conflictiva, donde se afirme la verdad porque se cree en ella, donde los intereses de las partes sociales no atenúen en modo alguno la solicitud por el bien común.Que la Pascua de Cristo nos libere de toda propensión al escepticismo y al relativismo o a la negación de la verdad, como si éstos fuesen valores y logros; que nos libere así mismo de la superficialidad de pensar que todas las visiones de las cosas son aceptables, que valen lo mismo y son indiferentes todos los modos de concebir al hombre y al mundo, que todas las antropologías y cosmovisiones son válidas, que todas las religiones son iguales o que toda manera de vivir y actuar merece igual consideración. Que nos haga apasionados buscadores de lo que es verdadero, de lo que es, de lo que salva. Que nos haga comprender que quien "realiza la verdad viene y está en la luz", la luz que es Cristo. Que la Pascua de Cristo, que la fe en la Resurrección, nos impulse a reafirmar la preciosidad y grandeza del hombre frente a Dios y a su dignidad. Que reavive nuestra esperanza, porque sabemos que, por Jesús resucitado, la humanidad no puede andar perdida, y que una gran novedad ha invadido la tierra desde aquella mañana de primavera en que, primero María Magdalena, y después Pedro y Juan encontraron el sepulcro vacío.¡Felices Pascuas de Resurrección!
Gracias por el envío Álvaro