Ayer, desde temprano, fue uno de esos días que uno debía estar encerrado, refrigerado e hidratándose con frescas bebidas. Inesperadamente y fuera de todos pronóstico, a eso de las 18:00 hs. local, se vino una tormenta de esas de verano. Se cortó la luz con el primer viento.
Fue como un regalo del cielo enviado por Tata Dios, llovió poco, pero el viento fresco enseguida cambio el ambiente. Todo el mundo abrió las puertas y ventanas de sus casas para refrescarlas. Y hasta que vino la luz electríca, unas cuatro horas después, todo el mundo estaba afuera de meta charla con el vecino y gozando del fresco.
Tal como el primo Franky, quise poner algo en el bloggsito anoche, pero la batería de la notebook no aguantó mucho, así es que me volví a la charla vecinal que estaba muy animada.
¡Qué raro se me hace que digas que en diciembre, con la Navidad encima... hace calor!
ResponderBorrarSupongo, que como a ti, si yo digo lo contrario.
Saludos, y... no me pase mucha calor!!!
Así es amigazo Landahlauts, tan raro como ver remolinos, allí giran en un sentido y por aquí en otro.
ResponderBorrarSaludos Santiagueños.