En no pocos países industrializados los grupos de industriales y de
comercio esperan una mayor inversión en servicios de inteligencia
gubernamentales para proteger sus activos.
Entre el 60 y 70% de los profesionales y responsables de seguridad de la
información encuestados advierten que los ataques de ransomware y la
ciberguerra (CiberTerrorismo, CiberCrimen, CiberActivismo) son una amenaza
creciente, otras amenazas cibernéticas más tradicionales siguen estando en
vigor con fuerza.
"Ciberguerra, ransomware y otros términos relacionados con la
ciberseguridad son conceptos que no siempre resultan fácilmente
entendibles por todos dentro de las organizaciones, lo que en ocasiones
dificulta la obtención de apoyos y la asignación de presupuestos. El 53%
de los profesionales de seguridad de la información españoles cree que
para revertir esta realidad es necesario dar un giro drástico a su
comunicación" (Bitdefender).
Imagen: "Ciberseguridad", de Jorge S. King ©Todos los derechos reservados |
A quien le interese empezar a entender o avanzar en el conocimiento de
éste tema (que no se debe soslayar), le sugiero leer la siguiente nota:
Ciberseguridad: claves para entender su vigencia, dinámica y
heterogeneidad en el mundo.
Por Mariano Bartolomé, publicado por
Infobae.
Organizaciones terroristas y grupos criminales utilizan el ciberespacio
para explotar las vulnerabilidades de sus enemigos o rivales. ¿Cuál es el
escenario de conflictividad global en el que estas prácticas tienen lugar?
Desde mediados de la década de los 80, la informática ha abandonado el
ámbito estrictamente científico para ocupar un lugar cada vez más
importante en nuestra vida cotidiana. En particular, de la mano de los
dispositivos móviles, su presencia llegó a volverse omnipresente. El
desarrollo de la llamada “internet de las cosas” (IoT) indica que esta
situación se acentuará aún más en el corto y mediano plazo. El sociólogo
Manuel Castells ha ayudado a dimensionar cuantitativamente la cuestión,
al indicar que, a fines del año pasado, los usuarios de internet
rondaban los 4200 millones, contra apenas 40 millones en 1996; mientras
que los aparatos de telefonía celular, que en 1991 eran unos 16
millones, en la actualidad estarían superando los 7000 millones.
Como es sabido, este fenómeno presenta un nítido correlato en el campo
de la seguridad, donde ocupa un lugar central el acceso a los llamados
“comunes globales”, dominios que no están bajo el control ni bajo la
jurisdicción de ningún Estado, pero cuyo uso es objeto de competencia
por parte de actores estatales y no estatales de todo el planeta. Así
las cosas, a los cuatro dominios o ámbitos tradicionales de la defensa
–terrestre, marítimo, aéreo y aeroespacial– se sumó el cibernético, que
los atraviesa. La ciberseguridad atiende a las amenazas que se
desarrollan en este quinto dominio, el ciberespacio, y alcanza todos los
niveles de la interacción social, desde las relaciones interpersonales
hasta las dinámicas del tablero global. En este último plano, en forma
recurrente, se ejecutan ciberataques de diferente tipo, en función de
variados objetivos estratégicos. Como bien señala un especialista
español, hoy estos ataques responden a estrategias de poder, coacción e
influencia deliberadas.
Ciberterrorismo: acción y reacción
Las cuestiones de ciberseguridad no han disminuido en intensidad
durante el presente año. De hecho, en la reunión del Foro de Davos
celebrada en el mes de enero, el secretario general de la ONU, António
Guterres, incluyó las amenazas tecnológicas entre los cuatro “jinetes
del Apocalipsis” que provocan incertidumbre e inestabilidad globales.
Completaron la lista el cambio climático, la desconfianza de los
ciudadanos en sus instituciones y las tensiones geopolíticas. Esta
pesimista lectura no se vio modificada a partir de la aparición del
COVID-19 y la pandemia que se propagó a lo largo de grandes regiones,
y frente a la cual la población aún no tiene inmunidad. Por el
contrario, desde la eclosión de esta difícil situación sanitaria que
alcanzó a cada rincón del planeta, el ciberespacio ha sido escenario
de numerosos acontecimientos, protagonizados por actores estatales y
no estatales.