Estudio económico y social mundial 2018: Tecnologías de Vanguardia en favor del Desarrollo Sostenible.
El Estudio Económico y Social Mundial 2018 producido por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU encontró que las tecnologías de energía renovable y los sistemas eficientes de almacenamiento de energía ya están mejorando la sostenibilidad ambiental, permitiendo a los países "saltar" sobre soluciones tecnológicas existentes.
Resumen publicado por Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU: En el Estudio económico y social mundial 2018 se examinan los progresos en las tecnologías de vanguardia, incluidos la automatización, la robótica, las tecnologías de la energía renovable, los vehículos eléctricos, la biotecnología y la inteligencia artificial, y se analizan sus efectos económicos, sociales y ambientales. Las tecnologías de vanguardia ofrecen un potencial inmenso para implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, pues al utilizarlas se fomentan el crecimiento, la prosperidad y la sostenibilidad ambiental. Dichas tecnologías también comportan importantes riesgos en materia de desempleo, subempleo y desigualdades crecientes de ingresos y riqueza, al tiempo que plantean nuevas inquietudes de índole ética y moral.
En el Estudio se enumera una serie de medidas nacionales en materia de políticas con las que se podría maximizar el potencial de las tecnologías de vanguardia y mitigar los riesgos que entrañan, y lograr de ese modo el equilibrio entre la eficiencia económica, la equidad y las consideraciones éticas. El Estudio también recoge argumentos para incentivar la creación, difusión y adopción de tecnologías instrumentales adecuadas, sin dejar de aumentar la inversión en la educación, el desarrollo de aptitudes y la protección social.
Reconociendo que ninguna nación puede gestionar por sí sola los efectos de las tecnologías de vanguardia, que trascienden las fronteras sectoriales y nacionales, en el Estudio se pide que se adopten medidas colectivas de ámbito mundial para enfrentar el reto que representan los descubrimientos tecnológicos a fin de velar por que redunden en beneficio de todos y no se deje a nadie atrás. También se pone de relieve la necesidad imperiosa de aumentar la cooperación internacional, en concreto determinando las tecnologías más necesarias para impulsar el desarrollo sostenible y designándolas bienes públicos mundiales, como muestra del respeto de la responsabilidad común pero diferenciada de todas las naciones.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible1 reúne a la humanidad en torno a una aspiración común y un nuevo curso de acción. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que se plasmaron en la Agenda son universales y se refuerzan mutuamente. Alcanzar esos ambiciosos objetivos sin dejar a nadie atrás exigirá nuevas estrategias de desarrollo y medios innovadores de movilización de recursos. Las tecnologías emergentes pueden impulsar aún más el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En el Estudio económico y social mundial 2018 se examina la manera en que determinadas tecnologías2 pueden fomentar u obstaculizar el desarrollo sostenible y se enumeran medidas en materia de políticas orientadas a ampliar los beneficios potenciales y mitigar los posibles efectos indeseados en esa esfera.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se fijaron en favor de “las personas, el planeta y la prosperidad”. Al objeto de alcanzar las metas de eliminar el hambre, reducir la mortalidad materna e infantil y poner fin a las epidemias del sida, la malaria y la tuberculosis será necesario hacer un uso generalizado de los descubrimientos tecnológicos en los ámbitos de la genética y la nanomedicina. Para crear puestos de trabajo decentes, construir infraestructuras resilientes y promover la industrialización sostenible se deberán aprovechar la automatización, la impresión 3D y la inteligencia artificial. Las tecnologías de la energía renovable permitirán ampliar el acceso a fuentes de energía asequibles y fiables, y la utilización de los vehículos eléctricos podría reducir las emisiones y ayudar a luchar contra el cambio climático. En el Estudio se reconoce el hecho de que una serie de países desarrollados y algunos grandes países en desarrollo están liderando la innovación en la esfera de las tecnologías de vanguardia, mientras que muchos países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo3, siguen encontrando abrumadoras dificultades para innovar y adoptar nuevas tecnologías. Lograr el desarrollo sostenible exigirá aumentar la cooperación internacional con miras a generar, difundir, adoptar y adaptar tecnologías de vanguardia de forma que se respete la responsabilidad común pero diferenciada de todos los países.
La tecnología ha sido un motor del progreso y la prosperidad durante toda la historia de la humanidad. Si bien hasta ahora los cambios tecnológicos han sido graduales y su difusión y adopción han llevado decenios o incluso siglos, los cambios estructurales y conductuales producidos por muchas tecnologías de vanguardia suelen ser rápidos y generalizados. En el Estudio se reconoce que la rapidez con que se difunden esas tecnologías, que trascienden las fronteras sectoriales y nacionales, supone tanto una ventaja como un reto.
Las tecnologías de vanguardia abarcan, entre otras cosas, los materiales avanzados, como el grafeno y los plásticos biodegradables, los nuevos productos y artefactos, como los vehículos eléctricos y los paneles solares fotovoltaicos, los descubrimientos científicos sobre la modificación del genoma y la nanomedicina, la proliferación de las plataformas colaborativas, y las nuevas aplicaciones y herramientas, como la cadena de bloques, la impresión 3D, la robótica y la inteligencia artificial. Esos productos, servicios y herramientas están vertebrados por cientos y miles de patentes individuales.