Por EFE
La nueva apuesta de Argentina para cambiar la sede de pago a sus acreedores de deuda reestructurada y así esquivar el bloqueo de fondos dispuesto por un juez de Nueva York ha desconcertado a economistas locales, quienes difieren sobre los efectos de la estrategia.
El gobierno de Argentina anunció el envío al Parlamento de un proyecto de ley para pagar localmente a los tenedores de bonos emitidos bajo legislación estadounidense que no pueden cobrar por un fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa a favor de fondos de inversión que litigan contra el país suramericano por bonos en mora desde 2001.
La iniciativa incluye sustituir al Bank of New York Mellon por el local Banco Nación como agente fiduciario de pago y que los acreedores nombren sus propios agentes de cobro para garantizar que se harán con su dinero y evitar así la orden de bloqueo de fondos dispuesto por Griesa.
Además, deja abierta la posibilidad para que el 7 % de los acreedores que no aceptaron los canjes de 2005 y 2010, incluidos los querellantes, se adhieran ahora.
El proyecto cuenta con altas probabilidades de salir adelante en el Congreso, de mayoría oficialista, pero qué harán los acreedores de la deuda reestructurada y cuál será la reacción de Griesa -quien podría declarar a Argentina e desacato- es una incógnita.
"Es difícil prever. Todavía hay un montón de consideraciones legales que aún no tenemos muy claras. Enreda todo el panorama", dijo a Efe el economista Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres, para quien la estrategia del Gobierno es "rara".
Para el experto, mientras Argentina está en cese de pagos selectivo tras el bloqueo de los fondos depositados para el vencimiento de junio pasado, con esta nueva propuesta no queda claro si ésta es una alternativa para el pago previsto el 30 de septiembre o para los vencimientos de diciembre y hay varias cuestiones operativas confusas.
"La sensación es que no quieren arreglar con los 'holdouts' (fondos litigantes). Lo óptimo para el Gobierno sería que los reestructurados arreglen bajo la ley local y que los otros entren al canje, pero es muy poco probable eso. Y cualquier cosa menor hace que Argentina siga en default", dijo Spotorno.
De momento, el fondo Aurelius, uno de los litigantes en Nueva York, tachó a la propuesta argentina de "ilegal y fallida", mientras que Horacio Vázquez, representantes de inversores argentinos que rechazaron la reestructuración, aseveró que "hay que estar mal de la cabeza" para aceptar ahora el canje.
Sobre la propuesta a los acreedores de deuda reestructurada para que cobren en Argentina, el exsecretario de Finanzas argentino Guillermo Nielsen dijo que un 70 % de los tenedores de bonos bajo legislación de Nueva York son fondos que por estatuto no pueden invertir en papeles que estén bajo otras legislaciones, por lo que difícilmente acepten esa alternativa.
Pero el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, aclaró hoy que no se propone un cambio de legislación de los bonos sino un cambio en la sede de cobro.
Por su parte, Tulio Zembo, representante de acreedores italianos de deuda reestructurada, dijo que el cambio de lugar de pago "es correcto y esperable" y manifestó que "lo que importa es que el dinero llegue a los bolsillos de los bonistas", muchos de los cuales, aún siendo europeos, se vieron afectados por el fallo de Griesa.
Para Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, la iniciativa demuestra que ya no apuesta a alcanzar un acuerdo con los fondos litigantes a partir de 2015, sino que se ha decantado por no acatar y considerar "injusto" el fallo de Griesa.
¿Qué va a suceder con los inversores? Para el economista, una parte de los tenedores de bonos reestructurados rechazará el cambio de sitio de pago y otra lo aceptará si "ve un negocio en términos financieros".
Entre quienes no adhirieron a la reestructuración, quizá algunos acepten entrar ahora al canje como "puerta de escape" para "quien quiera salir de este pleito", opinó Castiñeira a Efe.
Cualquiera que sea la alternativa, "la situación argentina presenta un claro deterioro económico, con una inflación que se acerca al 40 %, un déficit fiscal que supera los 3 puntos del PIB, y un deterioro en la balanza comercial y en casi todas las variables económicas", apuntó. / Por EFE.--
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El nuevo plan de Argentina no convence a los mercados ni a todos los acreedores
Por Nicole Hong, Ken Parks y Taos Turner para The Wall Street Journal.
Las opciones de Argentina se redujeron luego de que su más reciente propuesta para librarse de un default y esquivar un fallo judicial de una corte estadounidense fuera recibida con escepticismo por los mercados financieros.
Los precios de los bonos argentinos retrocedieron y el peso en el mercado negro se derrumbó el miércoles a un récord mínimo frente al dólar un día después de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner propuso que los inversionistas con bonos incumplidos los intercambien por nueva deuda bajo la jurisdicción argentina.
El plan, similar a otro que sopesaron las autoridades argentinas hace un año y nuevamente en junio, llega tres semanas después de que Argentina cayera en cesación de pagos sobre parte de sus bonos. Se trata del segundo default de ese país en 13 años. Buenos Aires intenta sortear un fallo del juez Thomas Griesa de una corte de distrito de Estados Unidos que impidió al país pagar a los inversionistas que aceptaron la reestructuración si al mismo tiempo no pagaba a los fondos de cobertura que poseen bonos incumplidos en la cesación de pagos de 2001.
Varios propietarios de bonos reestructurados dijeron que es poco probable que acepten un canje. Los acreedores señalaron que algo así no tendría precedentes e incluiría trabas logísticas que serían imposibles de superar. Es más, participar en un canje podría ser considerada una infracción por la ley estadounidense. El juez Griesa ha señalado que sería ilegal para cualquiera ayudar a Argentina a desafiar su decisión.
Los bonos soberanos en dólares reestructurados que vencen en 2033, parte de los que están en default, cayeron el miércoles a 80,9 centavos por dólar contra 83,5 centavos el martes, según corredores. El peso argentino en el mercado negro retrocedió de 13,18 por dólar a 13,53, según Thomson Reuters.
"Muchos inversionistas serán escépticos o se negarán a participar si corren el riesgo de violar un fallo judicial de una corte estadounidense", dijo Gorky Urquieta, codirector de deuda de mercados emergentes de Neuberger Berman.
Urquieta ha estado reduciendo sus posiciones en bonos reestructurados de Argentina durante la última semana, mientras se reducen las esperanzas de una resolución rápida al default. Él y varios bonistas estaban esperando que las compañías argentinas ayudaran a Buenos Aires a poner fin a su disputa con los tenedores de bonos, pero la semana pasada las negociaciones se estancaron.
Argentina incumplió algunos de sus bonos el 30 de julio luego de que no realizó el pago de intereses a un grupo de bonistas que aceptó el canje de deuda tras la cesación de pagos en 2001. Argentina depositó el dinero en el Bank of New York Mellon Corp. BK +0.21% , su agente de pago, para ser distribuido a algunos de sus acreedores. Sin embargo, la decisión de la justicia estadounidense impidió a los bancos repartir los fondos hasta que Argentina pague a los acreedores que no aceptaron las reestructuraciones, llamados holdouts.
Los pronunciamientos de ambas partes, Buenos Aires y los holdouts, incluyendo Aurelius Capital Management LP, se han intensificado en las últimas semanas. El miércoles, Aurelius dijo en un comunicado que "los líderes de Argentina han escogido literalmente ser bandidos".
Los fondos, liderados por Aurelius y NML Capital Ltd., de Elliott Management, han ganado sus demandas por alrededor de US$1.600 millones tras años de litigios. Sin embargo, Argentina se ha rehusado a pagarles, argumentando que hacerlo desataría reclamos por miles de millones de dólares de otros acreedores.
Argentina ha calificado repetidamente los esfuerzos de estos acreedores de "extorsión" y a ellos de "fondos buitres". Ambas partes han pagado por espacio en la prensa para denunciarse entre sí.
La situación coloca a los bonistas con deuda reestructurada en una encrucijada. Si eligen no participar en el nuevo canje de deuda, podrían verse obligados a esperar de manera indefinida por los pagos de intereses que no recibieron y ver cómo sus bonos pierden valor con el tiempo. Si deciden participar, perderían la protección de la ley estadounidense y posiblemente violarían el fallo del juez Griesa. Los bonos son sujetos a ley de Nueva York porque Argentina los emitió de esa manera para atraer inversionistas y acceder a condiciones de crédito más favorables.
Los inversionistas dicen que las alternativas de esperar a que la disputa se resuelva son aún menos atractivas. Los tenedores de bonos podrían "acelerar" el pago de intereses que obligarían a Argentina a pagar no solo el interés que adeuda, sino el capital también. Sin embargo, los bonistas dicen que tienen poco que ganar de esto porque acelerar el pago solo hundiría a Argentina más en su deuda y complicaría la situación.
Los acontecimientos recientes representan un retroceso para muchos inversionistas que habían apostado a que Argentina saldría rápidamente de su default, resolvería su disputa con los holdouts y volvería a los mercados internacionales de deuda. Los precios de los bonos argentinos han caído aún más desde el reciente incumplimiento de la deuda, pero no han colapsado porque los inversionistas creen que los precios repuntarán tan pronto como el país llegue a un acuerdo con los bonistas que se resistieron.
"La gente veía esto como una oportunidad para que Argentina aceptara su derrota legal y siguiera adelante, y no está pasando", dijo Carl Ross, un analista de crédito soberano con Grantham Mayo Van Otterloo & Co. (GMO), que posee bonos reestructurados de Argentina. "Mientras más se retrase una solución con los holdouts, más se demorará Argentina en volver a ingresar a los mercados de capital internacionales".
Ross no quiso decir si GMO ha vendido parte de sus bonos desde el default.
Algunos analistas dicen que los inversionistas podrían esperar una resolución hasta 2016 cuando empezará un nuevo gobierno tras las elecciones presidenciales programadas para octubre de 2015.
Algunos tenedores de bonos señalan que están esperando más detalles sobre el canje antes de decidir si participarán o no, incluyendo la logística de abrir una cuenta bancaria en Argentina. También existen preocupaciones sobre si los inversionistas podrán obtener fácilmente pagos de intereses de Argentina, en vista de los controles de capital estrictos del país.
Si el canje de deuda es aprobado por los legisladores argentinos, el gobierno depositaría los pagos de los nuevos bonos soberanos en una cuenta en el banco central del país. / Por Nicole Hong, Ken Parks y Taos Turner para The Wall Street Journal. Matt Wirz y Matt Day contribuyeron a este artículo.--
Más sobre el caso de los holdouts en éste blog.
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