Por Taos Turner, publicado por The Wall Street Journal.
La economía se sigue contrayendo, mientas que el desempleo y la inflación siguen en niveles altos.
BUENOS AIRES—La contracción de la economía argentina y el alza del desempleo empiezan a generar quejas cada vez más fuertes entre la población en Argentina, todo un desafío para el presidente Mauricio Macri en un país donde el malestar económico ha derribado a líderes anteriores.
El problema es que Macri prometió que esto no ocurriría. Cuando asumió la presidencia en diciembre con el compromiso de derrotar la inflación y reactivar la economía, les dijo a los argentinos que podían esperar un futuro mejor en el segundo semestre.
Los inversionistas siguen de cerca el ánimo de la calle puesto que el malestar económico y social ha contribuido a la caída de algunos políticos que no pertenecían al todopoderoso movimiento populista del peronismo. De hecho, Macri aspira a ser el primer mandatario no peronista en completar su período en al menos medio siglo.
“Muchas empresas han demostrado que confían en la Argentina”, dijo el presidente el martes en su intervención en Naciones Unidas. “Cada día se anuncian más inversiones, que se van a traducir en empleos y pondrán al país en el camino de la expansión de la economía”.
La situación de muchos argentinos, no obstante, dista de ser color de rosa. “Estoy muy desilusionado con el presidente Macri”, reconoció Fabián Vicente, un vendedor de revistas de 55 años. “En su campaña dijo que no iba a ver inflación y hasta ahora hizo todo lo contrario y la verdad pensé que iba a cumplir. La gente está muy enojada”.
El mandatario ha intentado estimular el crecimiento e implementar políticas de mercado sin provocar una reacción social en contra. Reactivar la economía es clave para sus esperanzas de conseguir más escaños en el Congreso en las elecciones del próximo año, indican sus asesores.
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Durante los primeros días de su gobierno, Macri redujo los impuestos a las exportaciones, puso fin a los controles cambiarios y devaluó el peso, ganándose los elogios de economistas y del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Los ejecutivos de multinacionales como Coca-Cola Co. y Siemens AG lo alabaron en un reciente foro de negocios, afirmando que sus políticas restaurarán la riqueza perdida hace mucho en Argentina, si la gente le da tiempo.
“Lo más importante en este momento es tener paciencia”, dijo Peter Orszag, vicepresidente de banca de inversión de Lazard. “El gobierno ha puesto en marcha un conjunto adecuado de reformas. Se necesitará tiempo para ver los frutos”.
Las cifras, sin embargo, han sido desalentadoras. La economía se contrajo 4,3% en el período de 12 meses terminado en junio, el desempleo alcanzó 9,3% en el segundo trimestre y la producción industrial cayó 7,9% en julio frente a igual mes del año anterior.
Algunos líderes sindicales dicen que es hora de que Macri cambie de estrategia y han convocado a una huelga nacional, aunque no han definido la fecha.