No me refiero a la película Spy Game (2001), donde al veterano agente de la CIA Nathan Muir (Robert Redford) tan sólo le queda un día para retirarse, cuando recibe la noticia de que aquel que fuera su discípulo, Tom “Boy Scout” Bishop (Brad Pitt), está metido en un tremendo problema. Lo que voy a comentar no se trata de una acción de camaradería y lealtad, como lo es en parte el relato de la película.
El juego de espías local se trata de una vergonzosa historia que está desnudando la "clase" de funcionarios que "funcionan" en nuestro vapuleado País.
Según las noticias "el ex jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman denunció hoy que el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández realizaba las mismas prácticas de “espionaje” que las que dijo ser víctima".
Como se sabe, el ex jefe de gabinete Alberto Fernández, hace unos días denunció, y ratificó hoy su denuncia de "espionaje" sobre su persona por parte de organismos oficiales, generando un enfrentamiento mediático con el actual jefe de Gabinete Aníbal Fernández.
Se ha informado que "en las últimas horas, se conoció que la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo convocó a declarar a Alberto Fernández como testigo para que dé detalles del "espionaje" del que dijo ser víctima".
"La magistrada citó al ex jefe de Gabinete para el martes próximo, en el marco de una causa en la que se investiga a una banda integrada por ex agentes de inteligencia dedicada a interceptar casillas de correo electrónico de políticos, periodistas y personajes de la farándula" (Diario Crítica de la Argentina).
El juego de espías local se trata de una vergonzosa historia que está desnudando la "clase" de funcionarios que "funcionan" en nuestro vapuleado País.
Según las noticias "el ex jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman denunció hoy que el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández realizaba las mismas prácticas de “espionaje” que las que dijo ser víctima".
Como se sabe, el ex jefe de gabinete Alberto Fernández, hace unos días denunció, y ratificó hoy su denuncia de "espionaje" sobre su persona por parte de organismos oficiales, generando un enfrentamiento mediático con el actual jefe de Gabinete Aníbal Fernández.
Se ha informado que "en las últimas horas, se conoció que la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo convocó a declarar a Alberto Fernández como testigo para que dé detalles del "espionaje" del que dijo ser víctima".
"La magistrada citó al ex jefe de Gabinete para el martes próximo, en el marco de una causa en la que se investiga a una banda integrada por ex agentes de inteligencia dedicada a interceptar casillas de correo electrónico de políticos, periodistas y personajes de la farándula" (Diario Crítica de la Argentina).
"Pudo ser un sinvergüenza que estaba haciendo algún trabajo a pedido", deslizó el ex jefe de Gabinete. ¿A quién se refería? Alberto Fernández señaló que no podía hacer imputaciones personales sólo a partir de deducciones.Toda una vergüenza, la verdad es que, es muy grave que el Gobierno utilice fondos para cuestiones prohibidas por la Constitución. ¿Donde está todo ese tema de la defensa de los derechos humanos?, tan usados políticamente. Señalo esto con enojo, porque mientras se gasta una fortuna para andar jugando maliciosamente a los espías, hay muchísimas familias con necesidades básicas insatisfechas pasando hambre. Indignante realmente, ¿quien cuernos pone las cosas en su lugar en este País?, ¿donde está la institucionalidad?, ¿donde está la justicia?.
Sin embargo, a él le llegó la información de que equipos autónomos y privados hacen trabajo de pinchaduras de teléfonos y de correos electrónicos. Los resultados de ese intenso espionaje son vendidos luego al Gobierno a través de la Policía Federal. "Es cierto. La policía compra información reservada a equipos privados de espías. Eso explica la renuencia del gobierno nacional a entregarle la policía a la Capital", señaló un alto funcionario nacional. Nada se sabe de la cantidad de recursos que se gastan en esos menesteres. (Editorial de Joaquín Morales Solá para La Nación, 12/08/2009).