Por Dion Rabouin, publicado por Reuters.
NUEVA YORK (Reuters) - La victoria de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de noviembre en Argentina fue una clara señal para Diego Saez Gil de que era hora de volver a su país y llevar con él su emprendimiento de "equipaje inteligente".
Cuando Macri asumió el poder al mes siguiente, Saez Gil ya estaba armando una oficina de su firma Bluesmart en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, para contratar 21 desarrolladores de software, diseñadores y personal de asistencia al cliente, más del doble del personal que tiene en su central en Nueva York.
"Comenzamos a pensar en el talento que necesitábamos para escalar la compañía, y al mismo tiempo vimos el nuevo Gobierno", dijo Saez Gil en una entrevista telefónica.
"Ese fue el catalizador para decir 'Argentina parece un muy buen lugar para ir'", explicó.
Mientras observa el crecimiento de su compañía, que produce equipaje que se cierra automáticamente y puede ser localizado a través de una aplicación desde un móvil, Saez Gil dice que su país natal ofrece la mejor combinación de una estructura amigable con los emprendimientos y una población altamente educada con habilidades vinculadas a la ingeniería.
Y cuando Macri eliminó controles cambiarios, recortó los requisitos de reservas y depósitos para los inversores externos y llegó a un acuerdo con acreedores impagos -lo que reabrió el acceso del país a los mercados internacionales de deuda- Saez Gil se convenció de que Argentina no espantaría a potenciales inversores.
Al igual que otros empresarios del sector tecnológico entrevistados por Reuters, también fue atraído por el potencial de una ley de "Emprendedores" -recientemente aprobada- que facilita la creación de empresas.
Presionado por la necesidad de lograr un repunte de una economía históricamente dependiente de materias primas como la carne y la soja, Macri espera que el emergente sector tecnológico sea una renovada fuente de crecimiento.
Elevar la inversión en el sector tecnológico a un 1,5 por ciento del Producto Interno Bruto es uno de los principales objetivos del Gobierno en su búsqueda para impulsar la actividad y el empleo.
Si bien están conformes con los pasos del nuevo gobierno, Saez Gil y otros empresarios argentinos como Martín Migoya, cofundador y presidente ejecutivo de la firma desarrollo de software Globant, creen que el país aún no tiene un mercado con la liquidez y profundidad suficiente como para cotizar sus acciones.
El tamaño de la población del país sudamericano representa un problema adicional.
"Argentina es un buen mercado, pero no es lo suficientemente grande como para pensar en una compañía multinacional que sólo provea a Argentina", dijo Migoya a Reuters en una entrevista telefónica.