Comenzamos la última semana, se termina el 2011. Y como es costumbre estamos haciendo una evaluación del año, viendo todas las buenas, las no tan buenas y las malas que nos han pasado en lo personal y familiar.
Casi que, lo que decíamos al final del año 2010, lo podríamos repetir ahora. Gracias a Tata Dios en el plano familiar tenemos muchas buenas, seguimos unidos y nos queremos, somos una familia que anda bien.
Tal como lo dije en año pasado, en el plano laboral, la cosa no viene siendo muy distinta a los últimos años, tengo de que alegrarme y tengo de que quejarme. Las experiencias y resultados de este año no han sido del todo de mi agrado, no han cubierto mis expectativas, y sigo incomodo por ello.
En el plano económico, ya es más que una impresión que hemos dejado de ganar por un condicionante llamado "economía nacional". Éste año el componente que se llama "inflación", nos pegó "en serio".
Como señalamos el gobierno "deberá, a opinión de muchos, mejorar aspectos que hacen a la economía, urgentemente deberá revertir la desaceleración del crecimiento de la actividad económica, frenar el proceso inflacionario, y generar mayor confianza para evitar la fuga de capitales, que minó la posición de reservas. Coincido también con quienes han señalado que deberá restablecer la "institucionalidad" y mejorar la transparencia. Un detalle no menor es la elaboración de un índice de inflación que esté libre de sospechas por los agentes económicos".
El tema inflación marcará las negociaciones del año próximo, hoy nos enteramos que los "gremios de la administración pública de las provincias ya anunciaron que no admitirán una pauta que contemple una suba menor al 20%, y en algunos casos, afirmaron que pedirán hasta 35% de incremento". Una posición compartida en todo el espectro gremial, que dicho sea de paso, tiene una fuerte actitud confrontativa y que plantea un escenario preocupante.
Como sugerencia señores, entre muchas que se pueden hacer, a los que le interesa realmente mejorar la economía, miren un poco más todo lo que es intermediación, los valores de producción no se compadecen con los precios "en góndola" que es lo que le pega fuertemente, entre otros, a la "mesa de los argentinos", y una de las cuestiones que más molesta a las mayorías.
Como siempre, esperamos y deseamos un año nuevo mejor, necesitamos Paz, certidumbre, propuestas válidas que aviven nuestra esperanza y nos invite a participar en un proyecto común por una sociedad mejor y un futuro con oportunidades. Tata Dios así quiera y nos ayude.
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