Por Tatyana Shumsky para The Wall Street Journal.
Los metales del mundo están pasando a la clandestinidad.
Bancos, fondos de cobertura, operadores de materias primas y otras empresas están guardando millones de toneladas de aluminio, cobre, níquel y zinc en un sistema oculto de depósitos en todo el mundo.
Algunos denominan estas instalaciones como "depósitos en las sombras" puesto que no son regulados y no divulgan sus contenidos. Operan al margen del sistema de almacenes de la Bolsa de Metales de Londres, el lugar que tradicionalmente alberga estos metales.
Entre siete millones y 10 millones de toneladas de aluminio estaban almacenados en estos depósitos en las sombras hasta octubre, una cifra récord. Las instalaciones están ubicadas en países tan distantes como Malasia y Holanda, según estimaciones de varios analistas.
La cifra supera con creces los 5,5 millones de toneladas de aluminio guardados en los depósitos que cuentan con licencia de la Bolsa de Metales de Londres, según datos de la propia entidad revelados el martes. Hace apenas 12 meses, las cifras eran más o menos las mismas.
Los analistas señalan que la tendencia también afecta a otros metales.
El resultado es que los productores y los consumidores prevén oscilaciones que podrían ser violentas en los precios de los metales, conforme el mercado trata de evaluar en forma adecuada la oferta. Ante la ausencia de información clara respecto a cuántos metales están en el sistema en las sombras, establecer precios será una tarea cada vez más difícil, subrayan.
Analistas y operadores dicen que el ingreso de los metales al sistema en las sombras ya está provocando fluctuaciones impredecibles en los precios, como por ejemplo cuando una cantidad importante de un metal que no estaba contabilizada llega al mercado.
"Es bastante preocupante para cualquiera en la industria que el metal pueda desaparecer en estas ubicaciones que no proveen información sin ninguna previsión ni fecha sobre cuándo podría volver a estar disponible", afirma Nick Madden, vicepresidente sénior y director general de cadena de suministro de Novelis Inc., fabricante estadounidense de productos de aluminio que es uno de los mayores compradores del metal. "El riesgo es que el metal pase a ser controlado por cada vez menos operadores cuyos intereses y modelos de negocios probablemente entren en conflicto con los de los usuarios finales", asevera.
Los metales industriales forman parte de una serie de productos cotidianos, desde el aluminio que se usa en las latas de bebidas hasta los cables de cobre dentro de los refrigeradores. Las turbulencias en las cotizaciones de estas materias primas pueden encarecer la fabricación de estos bienes cuando suben los precios o limitar la producción de las minas o las fundiciones cuando caen por debajo del costo de producción.
La falta de transparencia aumenta el atractivo de los depósitos en las sombras para las instituciones que buscan lucrar con información que otros actores del mercado no tienen. Algunas empresas también buscan una alternativa más económica al sistema de la Bolsa de Metales de Londres, que puede ser 10 veces más caro que el almacenamiento no regulado, dicen analistas y operadores.
Sin embargo, los dueños de los metales pueden tener que pagar tasas de interés más altas si optan por usar el metal en los depósitos no regulados como garantía para obtener préstamos. La razón es que los bancos consideran que el sistema de la Bolsa de Metales de Londres es menos riesgoso.
Cinco empresas operan 75% de los 778 depósitos licenciados por la Bolsa de Metales de Londres. Los cinco también poseen instalaciones en las sombras, señalan fuentes cercanas.
En algunos casos, una sola firma administra depósitos licenciados y desregulados en un mismo edificio y el metal contado por la Bolsa de Metales de Londres es separado del oculto por una reja de alambre, señala David Wilson, analista de commodities de Citigroup.
Hasta 2010, la mayoría de los depósitos estaban en manos de empresas de logística como la holandesa C. Steinweg Group. No obstante, cuando se popularizaron las operaciones de financiamiento de metales, las filiales de los bancos de Wall Street Goldman Sachs Group Inc. y J.P. Morgan Chase & Co. y los operadores de commodities Glencore Xstrata PLC y Trafigura Beheer BV entraron al negocio.
Las cinco compañías no quisieron hacer comentarios para este artículo.
Los consumidores de metales como Novelis advierten que los precios se podrían disparar si los dueños de los depósitos compran grandes cantidades de un metal, provocando escasez.
Alcoa Inc., AA +2.49% el mayor productor estadounidense de aluminio, tiene la preocupación contraria: que los precios del aluminio sean susceptibles a un shock si una cantidad importante del metal pasa súbitamente del sistema en las sombras a las instalaciones de la Bolsa de Metales de Londres, señala Tim Reyes, presidente de gestión de materiales de Alcoa. / Por Tatyana Shumsky para The Wall Street Journal.