En éste 12 de Septiembre se recuerda la batalla de Kahlenberg, del segundo sitio de Viena, tuvo lugar en los días 11 y 12 de septiembre de 1683.
Tras dos meses de asedio por tropas del Imperio otomano. La batalla se libró en la montaña de Kahlenberg (actualmente Leopoldsberg) en las afueras de Viena, entre las fuerzas combinadas del Sacro Imperio Romano Germánico y la Mancomunidad de Polonia-Lituania (Liga Santa) contra el Imperio otomano y sus vasallos europeos.
La batalla de Kahlenberg. Esta es una reproducción fotográfica de un cuadro de Frans Geffles (1625-1694) que se encuentra en el Wien Museum Karlsplatz. Vista en Wikipedia |
La historia relata que el gran visir Kara Mustafá inició una campaña contra el emperador Leopoldo I de Habsburgo que estaba distraído con las amenazas de Luis XIV de Francia. El objetivo inicial del gran visir Kara Mustafá era ocupar unas fortalezas estratégicas que consolidaran la posición otomana en los Balcanes pero el 25 de junio anunció su intención de atacar Viena.
El ejercito del Imperio Otomano avanzó con una fuerza abrumadora, tenían tropas del Kanato de Crimea, del Principado de Moldavia, Principado de Valaquia, y del Principado de Transilvania. Historiadores han señalado que habían reunido el mayor ejército musulmán desde los tiempos de Saladino.
El sitio de la ciudad de Viena se inició a mediados de julio de 1683. Los otomanos fallaron en llevar artillería de asedio y los defensores de Viena ofrecieron una feroz resistencia que les hizo ganar tiempo. El rey Leopoldo pidió al papa que se reuniera un ejército y se proclamó una cruzada para defender una ciudad cristiana.
Acudieron todos los países cristianos de Europ, excepto Francia. Una coalición de reyes y príncipes de naciones cristianas, entre ellos Juan III Sobieski, rey de Polonia, que la encabezaba; el margrave Luis Guillermo de Baden-Baden, llamado Türkenlouis [Luis el Turco]; y el duque Carlos V de Lorena, entre otros, generales y ministros alemanes, polacos y austriacos junto con voluntarios italianos llegaron en socorro de Viena y se unieron con sus tropas a las de Leopoldo I de Habsburgo.
Las tropas cristianas eran la mitad de las turcas y no contaban casi con artillería. Agrandados por su superioridad numérica los otomanos cometieron varios errores, no consideró a las tropas cristianas como una amenaza, ni ordenó a sus unidades situarse en formación de batalla.
Para los defensores de Viena el tiempo apremiaba, se dan cuenta que los otomanos intentan hacer saltar las murallas cavando de noche una mina debajo de ellas. Son los panaderos de Viena, que trabajan de madrugada, los que se dan cuenta de que sus tinajas de agua para hacer la masa y otros utensilios vibran de noche.
El ejercito del Imperio Otomano avanzó con una fuerza abrumadora, tenían tropas del Kanato de Crimea, del Principado de Moldavia, Principado de Valaquia, y del Principado de Transilvania. Historiadores han señalado que habían reunido el mayor ejército musulmán desde los tiempos de Saladino.
El sitio de la ciudad de Viena se inició a mediados de julio de 1683. Los otomanos fallaron en llevar artillería de asedio y los defensores de Viena ofrecieron una feroz resistencia que les hizo ganar tiempo. El rey Leopoldo pidió al papa que se reuniera un ejército y se proclamó una cruzada para defender una ciudad cristiana.
Acudieron todos los países cristianos de Europ, excepto Francia. Una coalición de reyes y príncipes de naciones cristianas, entre ellos Juan III Sobieski, rey de Polonia, que la encabezaba; el margrave Luis Guillermo de Baden-Baden, llamado Türkenlouis [Luis el Turco]; y el duque Carlos V de Lorena, entre otros, generales y ministros alemanes, polacos y austriacos junto con voluntarios italianos llegaron en socorro de Viena y se unieron con sus tropas a las de Leopoldo I de Habsburgo.
Las tropas cristianas eran la mitad de las turcas y no contaban casi con artillería. Agrandados por su superioridad numérica los otomanos cometieron varios errores, no consideró a las tropas cristianas como una amenaza, ni ordenó a sus unidades situarse en formación de batalla.
Para los defensores de Viena el tiempo apremiaba, se dan cuenta que los otomanos intentan hacer saltar las murallas cavando de noche una mina debajo de ellas. Son los panaderos de Viena, que trabajan de madrugada, los que se dan cuenta de que sus tinajas de agua para hacer la masa y otros utensilios vibran de noche.