Publicado por David Talbot para MIT Technology Review.
Esta derrota en los tribunales podría implicar tratos preferentes y costes más elevados, pero también una nueva era de innovación.
Una sentencia emitida esta semana por un tribunal de apelaciones de Estados Unidos ha derogado parte de las reglas de Internet Abierto o de "neutralidad de red" emitidas por la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC por sus siglas en inglés) en 2010. Dando por bueno gran parte de un desafío propuesto por Verizon, el tribunal se ha cargado las políticas de la FCC destinadas a impedir la discriminación o el bloqueo de los datos. Sin embargo, la sentencia sí que exige a las operadoras que hagan público cuándo bloquean, ralentizan o aceleran distintas clases de tráfico en el futuro.
Esta sentencia podría tener un larguísimo alcance. Los consumidores podrían ver aparecer nuevas ofertas como el de contenido gratuito de empresas dispuestas a pagar un extra a las operadoras; las empresas de aplicaciones podrían verse obligadas a pagar una tasa para asegurarse de que sus vídeos funcionan sin fallos; y se podría pedir a las empresas de comercio electrónico que paguen por asegurarse de que sus bits viajan lo suficientemente rápido como para cerrar una venta.
Hay muchos planes de este tipo gestándose o directamente ya en oferta. La semana pasada, AT&T desveló un plan llamado datos patrocinados, con el que una empresa como ESPN, por ejemplo, podría pagar por los datos enviados a tu teléfono, de tal forma que tus visitas a la página de deportes y a sus anunciantes no acaben con tu límite mensual de datos. Este tipo de ofertas encajan perfectamente con los proyectos de AT&T y Verizon Wireless por conseguir que los clientes cambien a planes por bandas de gasto, lo que motiva a estos a vigilar el consumo y a los proveedores de contenido a querer pagar para que no dejen de visitarlos.
Mientras, empresas como Akamai y Ericsson ya han sacado tecnologías para que los operadores móviles proporcionen tecnología de "vía rápida", gracias a la cual algunos sitios pueden pagar más por asegurarse de que sus bits estén los primeros de la cola (ver "El plan de Akamai para una vía rápida inalámbrica"), mientras que otro tráfico se va relegando. De forma parecida, Verizon ha creado una forma de que determinadas aplicaciones tengan un servicio más rápido para, por ejemplo resolver un vídeo que se corta sobre la marcha (ver "Verizon planea crear un carril rápido para algunas aplicaciones"). Y por detrás, a algunas de las mayores empresas proveedoras de contenido, como YouTube y Netflix, se les podría pedir que paguen o si no se encontrarán con el equivalente de los conos de tráfico ralentizándoles el camino.
Verizon, promotora del desafío, afirma que los consumidores no lo sentirán, y ha hecho una declaración que asegura que "la sentencia de hoy no cambiará la capacidad de los consumidores de acceder y usar internet tal y como lo hacen ahora. La sentencia del tribunal dará más margen a la innovación, y los consumidores tendrán más opciones para decidir por ellos mismos cómo acceden y experimentan internet. Verizon ha estado y está comprometida con un internet abierto que proporciona a los consumidores opciones competitivas y acceso sin bloquear a los sitios web legales, y contenido cuando dónde y cómo quieran".
Hay quien lo ve de otra manera. En teoría el inconveniente es que internet evolucione hacia un sistema en el que hay que "pagar por jugar", con las empresas más pequeñas cada vez más fuera y los precios en alza.
Ésa es la distopia que imagina la profesora visitante de derecho de la Universidad de Harvard (EEUU) y codirectora del Centro Berkman para Internet y la Sociedad de Harvard, Susan Crawford: "Tenemos actores de mercado muy potentes en América que quieren ganar más dinero con la misma infraestructura, sin expandirla". "La forma de conseguirlo es dividiendo los mercados e ir cobrando cada vez más, poco a poco. Y por otra parte quieren cobrar distintas tarifas a quienes quieren llegar a sus suscriptores".
Otros académicos afirman que la innovación se verá amenazada en un mundo en el que no haya buenas reglas de neutralidad. Pero un grupo contrario a la regulación, el Instituto de Empresa Americano (AEI por sus siglas en inglés), defiende que ya ahora gran parte del contenido de internet en realidad no está en términos de igualdad, con los clientes pagando más por servicios más rápidos, algunas grandes empresas dominando de manera inevitable la entrega de contenido, y las asociaciones entre empresas creando un sistema intrínsecamente mezclado.
La profesora visitante del AEI y economista de internet en la Universidad de Aalborg (Dinamarca), Roslyn Layton, afirma que los conceptos de neutralidad de red llevados a su extremo lógico habrían impedido cosas como la asociación exclusiva Apple/AT&T que lanzó el iPhone.
Después de todo, como señala Layton, este trato obligaba a los clientes de AT&T que comprasen el iPhone a funcionar dentro del cerrado ecosistema de aplicaciones de Apple y subvencionaba a Apple en el precio de venta al público de teléfono. "Podemos echar la vista atrás y decir: Eso fue bueno, me alegro de que se permitiera. A eso nos referimos al hablar de innovación", afirmó en una conversación telefónica. "Si seguimos la neutralidad de red al pie de la letra, sinceramente no sé si habría algo permitido".
Esta sentencia es la segunda ocasión en la que los tribunales derogan el esfuerzo de la FCC por poner a todo el tráfico en internet en igualdad de condiciones. Un esfuerzo anterior fue abolido hace casi cuatro años, lo que condujo a las nuevas regulaciones derogadas esta semana.
El presidente del FCC, Tom Wheeler, ha afirmado que la comisión están pensando recurrir la sentencia. La FCC podría volver a intentarlo reclasificando a los proveedores de banda ancha como "proveedores de servicios de telecomunicaciones" en vez de "proveedores de servicios de información". / Publicado por David Talbot para MIT Technology Review.