Gigantes de la tecnología como Google Inc. y Facebook Inc. están expandiendo sus esfuerzos para aumentar su control sobre la estructura física de Internet en todo el mundo, lo que intensifica la disputa con las empresas de telecomunicaciones.
En el último año, estas empresas que proveen gran parte del contenido en línea del mundo aumentaron sus inversiones en infraestructura de Internet. Las iniciativas incluyen el financiamiento de la instalación de cables submarinos o subterráneos, acuerdos a largo plazo para licitar la llamada fibra óptica oscura (cables instalados pero no utilizados) y la construcción de sus propias redes..
En el proceso, están comenzando a rivalizar con algunas de las empresas de telecomunicaciones que las consideran como clientes. Google pasó años armando una red privada de cables de fibra óptica y ahora controla más de 160.000 kilómetros de rutas en todo el mundo, indicó una persona al tanto de sus activos. Eso supera el tamaño de la red continental estadounidense que maneja la telefónica Sprint Corp., S -1.83% que cubre casi 65.000 kilómetros.
Ejecutivos de las empresas tecnológicas afirman que el objetivo es reducir costos, mejorar el desempeño de sus servicios de Internet y garantizar que tienen suficiente capacidad para soportar el tráfico creciente de videos, fotos, juegos y otros contenidos generados por sus negocios.
En junio, Facebook comenzó a usar esas redes ociosas en Europa para ampliar su red y conectar su nuevo centro de datos en Lulea, en Suecia, a 60 kilómetros del Círculo Ártico. Tanto Google como Facebook invirtieron en nuevos cables submarinos asiáticos en los últimos años.
Amazon.com Inc. y Microsoft Corp. también están invirtiendo fuertes sumas en su infraestructura de red para acomodar su creciente negocio de computación en nube.
Es cierto que los proyectos están generando una nueva ola de inversión en un sector perjudicado durante más de una década por una caída en los precios y un exceso de capacidad. Pero a las empresas de telecomunicaciones, que ya temen quedarse reducidas a simples canales para un tráfico valioso, les preocupa que la tendencia actual pueda relegarlas a un papel aún menor, como meras constructoras de dichos canales.
Algunas empresas de telecomunicaciones son reacias a ceder el control. Pero la industria se está viendo obligada a adaptarse, ya que el dinero —y el equilibrio de poder— fluye hacia las empresas de contenidos.
"Las reglas están cambiando", indica Erik Hallberg, quien dirige la red central de telecomunicaciones de la telefónica sueca TeliaSonera AB. La empresa es la proveedora de la red de Facebook en Europa. "Todos los que estamos en el mercado debemos tener una mentalidad más abierta".
La perspectiva de una avalancha de tráfico en Internet llevó a empresas como Global Crossing Ltd. y Tyco International Ltd. a gastar miles de millones de dólares en los años 90 en la instalación de fibras ópticas en EE.UU., causando un exceso de oferta que quebró a muchas de ellas y dejó a otras sin capital.
El tráfico en línea es cada vez mayor, alimentado por la transmisión de videos y smartphones que expandieron el alcance de Internet a cientos de millones de nuevos usuarios en todo el mundo, muchos de ellos en regiones menos conectadas del mundo.
Sólo la transmisión de videos de YouTube devora más de la mitad de la capacidad de la red mundial de Google, según una persona al tanto de la operación. El número de usuarios de Internet en India se ha duplicado a 200 millones en apenas los dos últimos años, mientras que más de 60 millones de asiáticos se sumaron a la Internet móvil en sólo tres meses este año, según el fabricante de equipos de redes Ericsson.
La marea de contenido ha generado temores de que se produzcan cuellos de botella en algunas regiones, a pesar de que nuevas tecnologías permiten a las empresas de Internet enviar más datos a través de los mismos cables. Aún así, el exceso de capacidad aún no se agotó, y cuando el precio de la banda ancha está a la baja, las empresas de telecomunicaciones de la vieja guardia, escarmentadas por la explosión de la burbuja de Internet, ven con cautela las nuevas inversiones en fibra óptica.
Las compañías de Internet están respondiendo al invertir ellas mismas en cables para garantizar que pueden soportar ese tráfico y expandirse. Esa disposición deriva en parte de la reducción de los gastos en nueva infraestructura por las empresas de telecomunicaciones, aunque también refleja la seguridad que las empresas web ven en ser dueñas de los activos.
"Si usted tiene suficiente dinero y la necesidad de banda ancha (...), llega un momento en que tiene sentido simplemente construirlas" (propias redes), indica Michael Murphy, presidente del servicio de consultoría en telecomunicaciones NEF Inc., de Massachusetts. / Publicado por Drew Fitzgerald y Spencer E. Ante para
The Wall Street Journal.