Que difícil es despegarse de lo que pasa en Japón, con las consecuencias del terremoto, sus constantes réplicas y los efectos del tsunami que borro del mapa a pueblos enteros.
Pero aquí, en nuestra sufrida Provincia, también tenemos el tema de las inundaciones y miles de familias con muchos problemas. Es verdaderamente angustiante la situación en muchos parajes en las cuencas del Río Salado y el Río Dulce.
La magnitud de la crecida del Río Salado se la está comparando con la del Mega Niño de 1973-1974. Miles de familias en todo el norte santiagueño están afectadas. Localidades y parajes están afectados, inundados o cercados por las aguas, con sus caminos intransitables, algunos sólo navegables con botes rígidos, dado que la abundante vegetación espinosa no permite en la mayoría de los casos el uso de gomones (botes inflables).
En los departamentos Pellegrini, Jimenez, Copo, Alberdi y Figueroa, en las áreas al margen del Río salado se están dando las situaciones más crítica. Mucha gente está siendo evacuada, algunos se resisten porque no quieren abandonar lo poco que tienen. Una triste realidad repetida tras cada gran inundación.
La gran mayoría vive cerca del agua por que de esa manera pueden sostener sus pequeños minifundios, sus cabras y otros pocos animales. Son los olvidados de siempre, a los que históricamente sólo van a verlos en épocas de elecciones. La cruda realidad señores.
La infraestructura, diques, canales, derivadores y caminos de servicios en el departamento Figueroa están siendo atentamente vigilados por las autoridades. Según se ha publicado, a partir de "información de técnicos que están monitoreando la situación de crecida que tiene a la fecha la cuenca del Salado, y a la que tuvo acceso en exclusiva Nuevo Diario, la presa está en su capacidad máxima y el vertedero eroga un caudal de 90 m3/seg. (Valor de caudal muy por debajo para lo que fue diseñado)" (Nuevo Diario).
La misma información también señala que "el cuerpo de la presa, que forman los terraplenes, no presenta inconvenientes. Respecto a las obras de Toma El Cero y San Jorge, actualmente se encuentran en etapa de calibración de las compuertas y de los equipos eléctricos e hidráulicos".
"En el caso del canal Gini, los saltos del Km 4, Km 15, Km 23 y Km 30 se encuentran estables y la crecida erosionó, lo que era de esperar, los taludes aguas abajo de los saltos.
En el salto del Km 12 se produjo un desborde en la zona del canal de entrada al desvío.
El suelo en toda esta región es muy susceptible a la erosión, especialmente a la hídrica, ya que con velocidades del agua relativamente bajas se presentan erosiones.
El agua que desborda formó un canal, que constituye una cárcava (se denomina cárcava a un canal que se forma por la erosión retrograda, es decir, que la erosión avanza aguas arriba). En este salto la cárcava todavía no se introdujo en el cauce del canal Gini.
En el salto del Km 21 (obra existente, fue construida con anterioridad a la obra reconstrucción integral del Sistema Figueroa) también se produjo el desborde del agua, provocando el avance de la cárcava en el cauce del canal Gini.
Sólo en el lapso de una semana, la cárcava avanza más de 700 metros en el cauce del canal" (Nuevo Diario).
Otras fuentes han informado también que la fuerte corriente de las aguas del Río Salado puso en riesgo la ruta provincial Nº 5, en el kilómetro 85, un tramo antes de llegar a la localidad de Caspi Corral, en el departamento Figueroa. Se ha señalado que el agua ha socavado uno de los laterales del puente, hasta llegar a metros del pavimento. Un equipo de Vialidad de la Provincia está trabajando con equipamiento pesado para solucionar el problema y salvar la vía de comunicación que une a importantes localidades del norte provincial con la capital.