Sin dudas creo que este País vive en gran medida gracias al campo. Las grandes oportunidades para Argentina salieron siempre de del él y su gente. Y seguramente en el futuro próximo, cuando algunos bajen el morro de su soberbia o a pesar de ello, del campo, su gente y su producción vendrán en gran medida las soluciones.
Como todos los sábados, hoy también me he sentado a ver el extraordinario programa Dinámica Rural, con la conducción de Danilo Gallay. Una hora que "no tiene desperdicio", como se suele decir.
En esta oportunidad, lo que más me llamó la atención, fue una entrevista a un señor muy mayor, de 82 años largos, tambero de los pagos de Bartolomé Bavio, en la provincia de Buenos Aires. Un vasco venido al País de muy niño y que ha trabajado toda su vida en el campo. Hoy patriarca de una familia de varias generaciones, todos laburantes del tambo.
Este buen hombre, al que nadie le ha regalado nada más que la educación del trabajo y las ganas de ser, dijo unas cuantas verdades durante la entrevista. Como me gustaría que este señor tenga un mano a mano con nuestros gobernantes y estos tengan los oídos bien lavados y el buen tino de escuchar como se debe. Y a mi me gustaría estar allí para al menos a alguno, taparle un oído, cosa que lo que se diga, le llegue y no le salga del mate.
La pucha que me hacía acordar de mi Tata Ernesto, a mi padre y tantos otros, este buen campesino de Los Vascos. Cuantas verdades ha dicho, repito. Gracias a Tata Dios que aún quedan estos hacedores, forjadores y ejemplos de vida.
No hay mejor plan que trabajar duro y bien para ganarse el pan de cada día con el sudor de la frente, honestamente como Tata Dios manda.
Como todos los sábados, hoy también me he sentado a ver el extraordinario programa Dinámica Rural, con la conducción de Danilo Gallay. Una hora que "no tiene desperdicio", como se suele decir.
En esta oportunidad, lo que más me llamó la atención, fue una entrevista a un señor muy mayor, de 82 años largos, tambero de los pagos de Bartolomé Bavio, en la provincia de Buenos Aires. Un vasco venido al País de muy niño y que ha trabajado toda su vida en el campo. Hoy patriarca de una familia de varias generaciones, todos laburantes del tambo.
Este buen hombre, al que nadie le ha regalado nada más que la educación del trabajo y las ganas de ser, dijo unas cuantas verdades durante la entrevista. Como me gustaría que este señor tenga un mano a mano con nuestros gobernantes y estos tengan los oídos bien lavados y el buen tino de escuchar como se debe. Y a mi me gustaría estar allí para al menos a alguno, taparle un oído, cosa que lo que se diga, le llegue y no le salga del mate.
La pucha que me hacía acordar de mi Tata Ernesto, a mi padre y tantos otros, este buen campesino de Los Vascos. Cuantas verdades ha dicho, repito. Gracias a Tata Dios que aún quedan estos hacedores, forjadores y ejemplos de vida.
No hay mejor plan que trabajar duro y bien para ganarse el pan de cada día con el sudor de la frente, honestamente como Tata Dios manda.