Hace un rato llegue de la office del laburo oficial, después de haber terminado con mi jornada laboral. Cuando venía para la casa, venía como apurado, sólo quería llegar y desensillarme, ponerme cómodo, ver algo de lo mío, empezar a descansar.
Me hizo gracia lo apurado que venía, parecía burro viejo que vuelve al rancho. Para que lo entienda, le explico mejor. Aquellos que han andado a caballo en algún campo, sabrán que a los bichos no les gusta nada que se los aparte de las pasturas y el agua, es así que cuando uno los aleja de las casas, van llevando un paso más lento, y más de un mal acostumbrado, hasta que camina a lo cansado.
El tema es que cuando se dan cuenta que se emprende el regreso, se les terminan todas las mañas y hasta que se quieren venir al trote suave de regreso. Hoy, yo estaba igual, no veía la hora de regresar a la casa.
Me hizo gracia lo apurado que venía, parecía burro viejo que vuelve al rancho. Para que lo entienda, le explico mejor. Aquellos que han andado a caballo en algún campo, sabrán que a los bichos no les gusta nada que se los aparte de las pasturas y el agua, es así que cuando uno los aleja de las casas, van llevando un paso más lento, y más de un mal acostumbrado, hasta que camina a lo cansado.
El tema es que cuando se dan cuenta que se emprende el regreso, se les terminan todas las mañas y hasta que se quieren venir al trote suave de regreso. Hoy, yo estaba igual, no veía la hora de regresar a la casa.