Hace unos días leía, y ciertamente coincido con quiénes señalan y advierten
que occidente creó en China un monstruo que quiere comerse a su creador y al
Mundo entero.
Dicen que "no hay mal que por bien no venga", desde las medidas
restrictivas en China por la pandemia del COVID-19, pasando por la pelea
comercial con los Estados Unidos, y sobretodo el planteo dominante de Xi
Jinping en sus planes de expansión está poniendo en atención a occidente y
a las empresas multinacionales.
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Visto en Internet. Créditos a quien corresponda |
La incertidumbre de la política en China está dirigiendo la inversión a
otros países del sudeste asiático, entre ellos hacia Vietnam, que atrae
cada vez más inversiones de compañías tecnológicas como Apple, Google y
Dell, entre otras.
"El listado de empresas tecnológicas -y de otros sectores- que comienzan a
instalarse en Vietnam es cada vez más extenso. Estos movimientos representan
además un duro golpe para la economía de China, cuya fama en las últimas dos
décadas se basó en erigirse como la “fábrica” tecnológica del planeta. Al
parecer, ese rótulo comienza a desvanecerse lentamente".
Infobae
/ Nikkei Asia, Bloomberg, Vietnam Briefing y The Economist.
Un tema que surge en las campañas políticas desde el Reino Unido y
Australia hasta Estados Unidos y otras partes del mundo, es la “amenaza
china”. Muchos en Europa también están reconsiderando su postura en
torno a China. Se nota una retórica cada vez más dura contra China en
muchos países de Occidente y otras democracias, como Japón.
"La velocidad y la gravedad de caer en la guerra y sus consecuencias han
conmocionado claramente a la clase política y empresarial de Europa.
"Mientras que en el pasado Europa ha estado profundamente dividida sobre
cómo afrontar la expansión de las inversiones de China en el este y el sur
de la región, es probable que presente un frente político cada vez más
unido. Alemania reitera la visión europea de China como “rival sistémico”:
El apoyo de Pekín a Rusia y las advertencias a Occidente sobre Taiwán se
suman a los antiguos agravios por su influencia geopolítica y sus
adquisiciones dentro de la UE" (
Bloomberg).
Hay empresas que siguen queriendo destacar a China como mercado
estratégico, pero cada vez más se nota que hay comportamientos que están
cambiando. Los ejecutivos hablan de reducir la dependencia empresarial de
China ampliando las inversiones en Estados Unidos.
Recientemente las fuerzas armadas chinas realizaron sus mayores maniobras
militares aéreas y marítimas durante varios días en el estrecho de Taiwán,
en respuesta a la reciente visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara
de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi.
Taiwán vive bajo la amenaza constante de una invasión china. Es en
este contexto que Estados Unidos y Taiwán van a lanzar negociaciones
comerciales, en una muestra de apoyo a la isla de gobierno democrático.
Pero el socio comercial más importante de Taiwán sigue siendo China, que
reaccionó "oponiéndose firmemente" a estas conversaciones comerciales
entre la isla y Washington. Un 42% de las exportaciones taiwanesas
van a China y Hong Kong, y solamente 15% lo hace a Estados Unidos, según
datos de 2021.
Daniel Kritenbrink, enviado de Washington a Asia Oriental, señaló que "las
palabras y acciones (de China) son profundamente desestabilizadoras.
Corren el riesgo de provocar un error de cálculo y amenazan la estabilidad
en el estrecho de Taiwán".
China está en problemas, y los problemas económicos de China son más
graves. Su gobierno "ya ha renunciado prácticamente al objetivo de
crecimiento del 5,5% del PIB para este año y el primer ministro Li Keqiang
advirtió el mes pasado que había poco interés en estos momentos en una
política más expansiva" (
DW).
Su actividad empresarial y de consumo se ha visto obstaculizada por la
política de "cero covid" de Pekín, que ha dejado a trabajadores en
cuarentena durante meses en decenas de ciudades, obligando a muchas
empresas a cerrar su negocios. Los dirigentes chinos se resisten a dar
marcha atrás a esta política draconiana por miedo a desencadenar una
crisis mayor.
América Latina
La Unión Europea está en alerta por el avance de Rusia y, especialmente, de
China en América Latina, una región que históricamente estuvo vinculada en
términos comerciales y políticos a Occidente. De cara al 2023, Bruselas
prepara una contraofensiva diplomática y comercial para intentar retomar las
relaciones y volver a posicionarse en la región.
Según consideran en un documento interno, al que tuvo acceso el diario El
País y que fue remitido a los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión
Europea, la retirada europea en muchos de los 33 países de la zona dejó un
espacio que está siendo ocupado por los intereses económicos de Pekín y por
la influencia política de Moscú.
Los miembros del bloque consideran que la Unión Europea ha descuidado sus
relaciones con Latinoamérica durante casi una década: desde 2015 no se
celebra una cumbre entre ambas regiones. Durante ese tiempo, Europa miró
para otro lado y se ocupó de lo problemas más cercanos a su propio
continente, como Libia, Siria o ahora Ucrania.
A diferencia de China que ha multiplicado por 26 su inversión en la región
entre 2000 y 2020. En el documento, elaborado por el Servicio Europeo de
Acción Exterior, señala que China “es el primer o segundo socio comercial
más importante de los países de Latinoamérica y Caribe, desplazando a la
UE y superando a Estados Unidos en muchos países”.
El informe subraya que 21 de los 33 países de la zona se han sumado a la
llamada Nueva Ruta de la Seda, el plan de Pekín para ampliar sus
relaciones comerciales en todo el planeta.
Bruselas intentará frenar el creciente distanciamiento con Latinoamérica
con un “salto cualitativo”, según consta en el documento. Para
incrementar las relaciones y contactos, se espera la realización de la
Cumbre de la Unión Europea, prevista para el segundo semestre de 2023.
Sin embargo, ya comenzaron los preparativos, con la convocatoria de una
cumbre a nivel ministerial en Buenos Aires para el próximo mes de
octubre.
“La credibilidad de la UE y su poder y capacidad de apalancamiento en la
escena internacional está en juego”, advierte el documento elaborado por
el departamento a cargo del vicepresidente de la Comisión Josep Borrell.
También, el alto representante de la Política Exterior de la UE se marcó
como objetivo desde el inicio de su mandato, a finales de 2019,
recuperar presencia e influencia en Latinoamérica. Pero la pandemia
impidió estrechar lazos. Y la invasión rusa de Ucrania ha revelado que
Europa no solo ha perdido mucho terreno respecto a China, sino que
muchos países latinoamericanos no comparten la respuesta europea a la
guerra lanzada por el presidente ruso, Vladímir Putin.
“La clave será tener una agenda de medidas que ayuden a los países
latinoamericanos a superar las consecuencias macroeconómicas del
conflicto en Ucrania”, recomienda Javi López, eurodiputado y presidente
de la delegación europea en la Asamblea Parlamentaria
Euro-Latinoamericana. López señala que la región afronta una tormenta
económica, “con subidas de tipos de interés y con el margen fiscal
agotado”.
Fuentes y notas relacionadas:
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ResponderBorrarCiertamente interesante nota de Marcelo Cantelmi. La frase inicial es una realidad "Nunca hay un solo futuro. Pero un presente descalabrado modela necesariamente el porvenir."
BorrarSería muy bueno que se sienten a pensar mejor todo, porque todos tienen un problema en común, el cambio climático. Que si no aprenden a manejarlo, perdemos todos más rápido de lo que se cree.