Por Paul Marks, publicado por BBC Mundo.
Daniel Kelly pensó que tenía todo bien planeado.
Pintó su dron de negro, cubrió las luces y se dispuso a hacer volar el sigiloso artefacto hasta el patio de Swalesside, una prisión en la Isla de Sheppey, Inglaterra.
Pero Kelly le dio más crédito a su plan del que merecía.
Foto: "VANT - UAV" de Jorge S. King ©Todos los derechos resrvados Foto de archivo, no pertenece a la nota de BBC |
Terminó con una sentencia de 14 meses de cárcel, la primera persona en Reino Unido en ser encerrada por este tipo de delito.
Sin embargo, Kelly no es el único que ha tratado de explotarel potencial delictivo de estos baratos dispositivos.
Sea para el transporte de mercancía ilícita a lugares prohibidos, espionaje, interrupción de actividades de servicios de emergencia u hostigamiento de animales o aviones, el uso de drones para fines ilícitos representa una amenaza creciente.
Por esa razón, se están creando unidades de inteligencia forense con detectives que intentan a llegar al fondo de los crímenes vinculados a drones.
Cómo enfrentarla
Hay varios elementos que complican la tarea de investigar los delitos con dron.
Por un lado, no es fácil identificar al piloto de estos artefactos a control remoto.
Por el otro, son equipos baratos, fáciles de pilotear y se venden en todas partes.
Adicionalmente, los gobiernos enfrentan dificultades para definir regulaciones tan rápido como surgen nuevos usos criminales de estos equipos.
De ahí la importancia de enlistar la ayuda de los equipos forenses.
Hace unos meses se informó que el Servicio Penitenciario de Reino Unido y la policía, estaban reuniendo funcionarios para neutralizar a pilotos que contrabandeaban droga hacia las prisiones utilizando drones.
Estos aparatos también están siendo utilizados para enviar hacerles llegar a los prisioneros teléfonos, cuchillas de sierras, cuchillos, tarjetas sim, pen drives y equipos de DVD.
El hecho de que pueden volar sobre muros y barreras complica las operaciones de vigilancia, no solo en cárceles, sino en edificios de gobierno o aeropuertos.
Esto hace que la identificación del piloto sea un elemento crucial en las investigaciones de estos delitos.
Desbloquear el sistema
El caso de Kelly fue una rareza, por cuanto se logró capturar al mismo tiempo al piloto, el dron y la combinación del teléfono/controlador utilizado para operar.
Además, el dron conservaba la data sobre el vuelo, que por lo general es borrada o alterada.
Pero ¿qué pasa cuando sólo se encuentra el artefacto en la escena del crimen? ¿Y qué hacer cuando solo se tiene a un sospechoso de ser el piloto, pero no el artefacto?
Para David Kovar, consultor en ciberseguridad, el secreto no se encuentra en el artefacto propiamente dicho. Hay que mirar el ecosistema digital.
Este "ecosistema" incluye los dispositivos periféricos, como teléfonos, controles y sensores que colectan data (como GPS, acelerómetros, brújula e imágenes de video).