En las primeras horas de la mañana del domingo 7 de diciembre de 1941, la Marina Imperial Japonesa realizó un ataque sorpresa a las instalaciones militares estadounidenses en Pearl Harbor, en la isla de Oahu en Hawái. El ataque fue dirigido principalmente contra la Flota del Pacífico de la Armada de los Estados Unidos y las fuerzas aéreas que defendían la zona.
El ataque conmocionó profundamente al pueblo estadounidense y de alguna manera obligó la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
El ataque conmocionó profundamente al pueblo estadounidense y de alguna manera obligó la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
Visto en YouTube, vía UnknownWW2InColor.
Sobre las motivaciones del ataque
Japón desarrollaba una importante ofensiva durante Segunda Guerra Chino-Japonesa, en 1937, ésto generó un choque de intereses entre el Imperio Japonés, los Estados Unidos y el Imperio Británico.
Los Estados Unidos y el Reino Unido reaccionaron ante las acciones militares del Japón en China, y decidieron imponer un embargo de metal en bruto y de petróleo, que era especialmente importante para Japón, pues carecía de recursos petrolíferos propios. Luego enviaron ayuda militar encubierta al gobierno del Kuomintang.
Cuando en 1940 Japón ocupó la Indochina, colonia francesa, las potencias occidentales respondieron con una congelación de bienes y el cierre del canal de Panamá para naves japonesas.
Atentos a que éstas medidas amenazaban con estrangular la economía nipona, desde el gobierno japones se iniciaron negociaciones diplomáticas para levantarlas. Estas negociaciones diplomáticas alcanzaron su punto culminante con la Nota de Hull el 26 de noviembre de 1941, la cual fue descrita por el primer ministro Hideki Tōjō como un ultimátum, ya que se les solicitaba salir de China.
Los estadounidenses declararon después de la guerra que no incluían a Manchuria dentro del término China, pero esto no fue claro para Tojo, que consideró que solicitar la salida de Manchukuo, (Manchuria), era un insulto.
Los líderes japoneses decidieron que sólo les quedaban dos opciones: ceder ante las demandas de los Estados Unidos y el Reino Unido y retirarse de China, o profundizar el conflicto e intentar adquirir las fuentes de petróleo del Sudeste asiático. Como retrasar la decisión sólo debilitaría la posición japonesa, finalmente se decidieron por ir a la guerra contra Estados Unidos y sus aliados, cometiendo una de las más grandes equivocaciones.
Sobre la planificación del ataque
Los historiadores militares concuerdan que en la década de los años 30, la estrategia japonesa para una eventual guerra con los Estados Unidos, apuntaba a permitir que la Armada estadounidense realizase el primer movimiento. Submarinos japoneses deberían hostigar a la flota estadounidense en el área de Pearl Harbor, disminuyendo la capacidad ofensiva de la misma. Luego las fuerzas navales estadounidenses serían destruidas en una gran batalla naval entre Saipán e Iwo Jima.