lunes, 22 de septiembre de 2014

Apuntan contra el torrente de correos electrónicos

"Partamos de una de esas cifras difíciles de visualizar por su magnitud: en un año se enviaron 100.000 millones de emails al día. Y eso es sin contar los emails personales. El año fue 2013 y la cifra la proviene del más reciente informe de la firma de investigación The Radicati Group, que además anticipa que para 2017 ese número llegará a los 132.000 millones de emails enviados y recibidos en un día.
La evidencia es una prueba el éxito de esta herramienta de comunicación, así que puede sorprender el que aquí y allá los observadores del universo tecnológico comenten que en Sillicon Valley se está hablando de un futuro sin email. No sólo eso, grandes líderes en empresas en los centros tecnológicos del mundo ya se han desecho de sus cuentas de correo electrónico".
Por BBC Mundo.-

Comentario: Aunque el correo electrónico es una herramienta indispensable en algunos ámbitos laborales, pues constituye el principal canal de comunicación formal, parece que se estaría instalando la tendencia a suplantarlo con otras tecnologías.

Es todo un tema a considerar en aquellos ámbitos que quieren restringir su uso. No me quedan dudas que en no pocas organizaciones el correo electrónico tendrá muy larga vida.

domingo, 21 de septiembre de 2014

The way you look tonight - Frank Sinatra y Michael Bublé

El tema "The way you look tonight" fue compuesto por Jerome David Kern, un  un popular compositor estadounidense. Escribió más de 700 canciones y más de 100 partituras completas para programas y películas en una carrera que duró desde 1902 hasta su muerte.

Fue para la película "Swing Time", estelarizada por Ginger Rogers y Fred Astaire, que compuso “The way you look tonight” (letra por: Dorothy Fields), con la cual ganó un Premio Óscar en 1936 por la mejor canción.

Aquí comparto dos interpretaciones, la primera por el gran Frank Sinatra, la segunda por Michael Bublé. Dos estilos, dos tiempos, el mismo tema.

Visto en YouTube

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Ejecutivos del mundo tecnológico prefieren restringir a sus hijos el uso de dispositivos electrónicos y acceso a Internet

Tabletas y teléfonos para todo el mundo, menos para los hijos de Steve Jobs
Por Nick Bilton para  The New York Times, visto en La Nación.

En la familia del cofundador de Apple no usaban el iPad, y el ex editor de la revista Wired no quiere que los chicos estén expuestos al acoso y a la pornografía on line; otros ejecutivos promueven el uso moderado de la Red y de los dispositivos electrónicos.

Cuando Steve Jobs conducía Apple solía llamar a periodistas para darles una palmada en la espalda por un articulo reciente o, más a menudo, para explicarles en qué se habían equivocado. Yo recibí algunas de esas llamadas. Pero nada me chocó más que algo que Jobs me dijo a fines de 2010 cuando terminó de retarme por algo que había escrito sobre una falla del iPad.

"¿Así que a sus hijos les debe encantar el iPad?", le pregunté a Jobs, tratando de cambiar de tema. La primera tableta de la compañía acaba de llegar a las tiendas. "No la han usado -me dijo- limitamos la cantidad de tecnología que nuestros hijos usan en casa", dijo el ejecutivo.

Estoy seguro que respondí con un silencio asombrado. Había imaginado que el hogar de los Jobs era como un paraíso de nerds: que las paredes eran gigantescas pantallas táctiles, que la mesa del comedor estaba hecha de iPads y que le regalaban iPod a las visitas como quien convida bombones.

No señor, me dijo Jobs.

Foto de AP. Vista en La Nación
Desde entonces he conocido una cantidad de CEO de empresas de tecnología y capitalistas de riesgo que dicen cosas similares: limitan estrictamente el tiempo de sus hijos con la pantalla, prohibiendo en muchos casos todos los dispositivos los días de semana e imponen límites de tiempo ascéticos los fines de semana.

Me dejaba perplejo este estilo de crianza. Al fin de cuentas la mayoría de los padres parecen adoptar la postura opuesta, dejando que sus hijos se bañen en el fulgor de las tabletas, los teléfonos inteligentes y las computadoras día y noche.

Pero esos CEO de empresas tecnológicas parecen saber algo que los demás desconocemos.

Chris Anderson, ex editor de Wired y ahora CEO de 3D Robotics, un fabricante de drones, ha instituido límites y controles paternos sobre todos los dispositivos en su hogar. "Mis hijos nos acusan a mí y mi esposa de ser fascistas y estar demasiado preocupados por la tecnología y dicen que a ninguno de sus amigos les imponen las mismas reglas" dijo de sus cinco hijos, de entre 6 y 17 años. "Eso se debe a que hemos visto los peligros de la tecnología de primera mano. Lo he visto en mi mismo, no quiero ver que eso le suceda a mis hijos".

Los peligros a los que se refiere incluyen exposición a contenido dañino como pornografía, la prepotencia de otros chicos y quizás lo peor de todo, volverse adictos a sus dispositivos, igual que sus padres.

Alex Constantinople, el CEO de OutCast Agency, una firma de comunicaciones y marketing centrada en la alta tecnología dijo que a su hijo menor, que tiene 5 años, no le permite nunca usar dispositivos durante la semana y sus hijos mayores, de 10 a 13 años, sólo pueden usarlos 30 minutos por la noche en días de semana.

Evan Williams, fundador de Blogger, Twitter y Medium, y su esposa, Sara Williams, dijo que en lugar de iPads, sus hijos pequeños tienen cientos de libros (sí, libros físicos) que pueden tomar y leer cuando quieran.

¿Entonces cómo determinan las mamás y los papás de alta tecnología los límites adecuados para sus hijos? En general, lo determinan por la edad de los niños.

Los niños de menos de 10 años parecen los más susceptibles de volverse adictos, por lo que estos padres no les permiten usar aparatos durante la semana escolar. Los fines de semana hay límites de 30 minutos a dos horas para el uso del iPad o el teléfono inteligente. A los chicos de entre 10 y 14 años se les permite usar la computadora por la noche durante la semana sólo para hacer la tarea.

"Tenemos una regla estricta para nuestros hijos de que no pueden usar la pantalla durante la semana" dijo Lesley Gold, fundadora y CEO de SutherlandGold Group, una compañía de relaciones y analítica de medios tecnológicos. "Pero hay que dar más margen a medida que crecen y necesitan la computadora para la escuela".

Algunos padres también prohíben a los adolescentes usar redes sociales, salvo en el caso de servicios como Snapchat, que borra los mensajes ya enviados. De este modo no tienen que preocuparse por decir algo online que se les vuelva en contra más adelante en la vida, me dijo un ejecutivo.

Si bien algunos padres no relacionados con la tecnología que conozco dan teléfonos inteligentes a niños incluso de no más de 8 años de edad, muchos que trabajan en el sector de tecnología esperan hasta que su hijo tiene 14 años. Si bien estos adolescentes pueden hacer llamadas y enviar mensajes, no les dan una conexión de datos hasta los 16 años. Pero hay una regla que es universal entre los padres tecnológicos que consulté.

"Esta es la regla No. 1: No hay pantallas en el dormitorio. Nunca", dijo Anderson.

Mientras algunos padres ponen límites basados en el tiempo, otros son mucho más estrictos respecto de lo que les permiten hacer a sus hijos con las pantallas.

Ali Parttovi, uno de los fundadores de iLike y asesor de Facebook, Dropbox y Zappos, dijo que debiera haber una fuerte distinción entre el tiempo dedicado a "consumir", como ver YouTube o jugar video juegos, y el tiempo dedicado a "crear" en pantallas.

"Así como no soñaría en limitar el tiempo que una niña puede dedicar a pintar o tocar el piano o escribir, creo que es absurdo limitar el tiempo que dedica a crear arte, editar video o programar en la computadora", dijo.

Otros dicen que las prohibiciones pueden volverse en contra y crear monstruos digitales.

Dick Costolo, CEO de Twitter, me dijo que con su esposa autorizan uso ilimitado de aparatos mientras sus dos dos hijos adolescentes se encuentren en el living. Creen que demasiados límites de tiempo pueden tener un efecto adverso en sus hijos.

"Cuando estaba en la Universidad de Michigan, había un tipo que vivía en el dormitorio al lado del mío y tenía grandes cantidades de botellas de Coca Cola y otras gaseosas en el cuarto", dijo Costolo. "Descubrí que era porque sus padre nunca le dejaron beber gaseosas de chico. ¿Qué problemas causa más adelante si uno los deja tener ninguna exposición a estas cosas?"

Nunca le pregunté a Jobs qué hacían sus hijos en vez de usar los aparatos que producía, por lo que contacté a Walter Isaacson, autor de "Steve Jobs", que pasó mucho tiempo en su hogar.

"Todas las noches Steve insistía en cenar a la mesa grande de la cocina, hablando de libros e historia y una variedad de cosas", dijo. "Nadie nunca sacó una iPad o computadora. Los chicos no parecían adictos para nada a los dispositivos". / Por Nick Bilton para  The New York Times, visto en La Nación. Traducción de Gabriel Zadunaisky.-

sábado, 20 de septiembre de 2014

Líderes de los principales partidos se comprometieron a la entrega de más autonomía para Escocia

Firman un documento con promesas de más autonomía para Escocia
Por La Nación / Agencia EFE.

Tras el rechazo de la independencia, el ex primer ministro británico Gordon Brown y los líderes de los principales partidos se comprometieron mediante una "resolución" a la entrega de más poderes a los escoceses.

LONDRES.- El ex primer ministro británico Gordon Brown dijo hoy que él y los líderes de los principales partidos han firmado una "resolución" con la que se comprometen a cumplir con el calendario para la entrega de más poderes a Escocia.

Tras la victoria del "no" en el referéndum de independencia celebrado el jueves, Brown aseguró hoy en un discurso en Fife, en el este escocés, que las promesas de más autonomía a Escocia "serán cumplidas" y pidió trabajar por la unidad de la región.

Según el político laborista, considerado pilar de la victoria del "no" en el plebiscito, el documento que han firmado los líderes incluye la promesa de redactar un borrador de ley sobre la autonomía de Escocia que deberá estar listo para finales de enero.

Además de Brown, el documento, que será presentado el lunes en la Cámara de los Comunes, ha sido firmado por el primer ministro británico, el conservador David Cameron; el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, y el viceprimer ministro, el liberaldemócrata Nick Clegg.

El que fuera primer ministro entre 2007 y 2010, en sustitución de Tony Blair, explicó que los funcionarios ya están trabajando en el calendario concreto para entregar poderes a Edimburgo.

Según este calendario ya adelantado antes del referéndum por el bando del "no", el "ex premier" dijo que la Cámara de los Comunes debatirá el 16 de octubre las propuestas de traspaso de poderes antes de que se trabaje en el borrador de la legislación.

En su discurso, Brown dijo que ha llegado la hora de dejar atrás los enfrentamientos y trabajar por la unidad. "Hay un momento para la lucha pero hay un momento para la unidad y este es el momento de que Escocia se una", afirmó.

"Estoy seguro de que podemos encontrar maneras de unificar este país en torno a causas comunes que todos podamos ayudar, los del 'sí' y los del 'no", agregó.

Además, Brown agradeció al ministro principal de Escocia, Alex Salmond, por sus años de servicio y por todo lo que hizo por la región, al tiempo que lo calificó como un "opositor formidable".

Salmond, que perdió en el referéndum del jueves, anunció ayer su intención de dimitir el próximo noviembre como líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) y como ministro principal de Escocia.

En el referéndum del jueves, en el que estaban llamados a las urnas los mayores de 16 años, el "no" a la independencia de Escocia ganó con un 55,30 % de apoyo frente al 44,70 % del "sí" a la escisión. / Por La Nación / Agencia EFE.- 

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viernes, 19 de septiembre de 2014

¿Recuerdan The Minority Report? algo parecido estaría a la vuelta de la esquina

"Un estudio arroja efectividad de casi 70% en la prevención de delitos. Prevenir crímenes antes que se cometan es algo que nos enseñó Philip K. Dick en The Minority Report y durante muchos años las fuerzas policiales han buscado un modo de aplicarlo. Si bien estamos lejos de tener mutantes que adivinen el futuro, una forma más terrorífica podría ayudar a que la visión de Dick se vuelva realidad: minería de datos telefónicos". Por Luis Miranda para FayerWayer.-

Más conocida en ingles, "data mining", la minería de datos o exploración de datos (es la etapa de análisis de "Knowledge Discovery in Databases" o KDD) es un campo de las ciencias de la computación referido al proceso que intenta descubrir patrones en grandes volúmenes de conjuntos de datos.

Ya empresas de retail, finanzas, entretenimiento y telecomunicaciones se internan en el "universo" de estas herramientas apuntadas a predecir comportamientos, bajas de usuarios, posibles fraudes, etc..

Básicamente, la minería de datos tiene por propósito procesar datos de un dominio para encontrar patrones de comportamiento útiles para la toma de decisiones.  Es muy utilizada en los negocios, y los que están "metidos"  en éste apasionante tema, cada tanto, con sorpresa comentan que han sacado la nariz de un medio y se han introducido en otro totalmente nuevo, abriendo nuevas posibilidades de conocimiento, entendimiento y desarrollo.

Anticipan problemas para la importación de componentes e insumos en Argentina

Houston, we have a problem
Por Enrique Carrier para Comentarios.

Si se vive en Argentina, no hace falta estar muy informado para saber que en el país hay un serio problema de disponibilidad de divisas, insumo fundamental de los bienes y servicios que se importan. A tal punto, que la importación ya acumula una deuda de US$ 5.500 millones por no disponer de dólares para pagar.

Por su tamaño y su dependencia de componentes importados, el sector que más sufre esta situación es la industria automotriz, que según la Cámara de Importadores de la República Argentina representa aproximadamente el 50% de la deuda de los importadores. Y en segundo lugar, con un 25%, está la industria de Tierra del Fuego, focalizada en la producción de electrodomésticos y electrónicos, como celulares y TV.

Las consecuencias de semejante situación no son difíciles de deducir. En algún punto los proveedores del exterior dejan de enviar componentes e insumos varios hasta tanto el flujo de divisas no se vuelva a reestablecer. Y tomando como antecedente lo que ocurre con las fábricas automotrices, es lógico temer por las fuentes de trabajo generadas en la provincia austral.

Por supuesto, el límite de crédito dependerá de lo que decida cada fabricante original, quien manda los componentes para el ensamble local. Pero a nivel local se afirma que las próximas 2 a 3 semanas serán cruciales para saber cómo termina esto. Por ahora, producen con los stocks existentes y la Ministra de Industria afirmó que analizarán el caso de Tierra del Fuego. Pero sin dudas se trata de una situación que se puede poner muy fea. / Por Enrique Carrier para Comentarios.--

El "no" a la independencia de Escocia se impuso en el histórico referéndum

La participación en el referéndum fue de alrededor del 85%, lo que constituye niveles récord, según estimaciones de la cadena pública BBC.

El "no" obtuvo un respaldo que superó el 55% de los votos. Los unionistas habían obtenido 1,91 millones de votos contra los 1,53 millones de la campaña del "sí" que defendía el gobierno autónomo escocés.

No pocos piensan que Escocia igual gana más autonomía.-

Escocia: el referendo que no partió a Reino Unido pero lo "cambió"
Por Juan Paullier, para BBC.

Aunque el No a la independencia se impuso 55%-45% al Sí, el consenso en las calles de Edimburgo fue que la magnitud del debate y la movilización por mayor autonomía afectará la manera en que Londres ejerce su poder sobre el resto.

“Una bestia se desató en las islas británicas. No importa el resultado. Esto va a cambiar la forma en que gobierna Londres. Habrá más autonomías en Reino Unido y tendremos otra oportunidad, vamos a tener otro referendo”.

En la madrugada del viernes, cuando aparecían las primeras señales de que el Sí a la independencia de Escocia no iba a dar el golpe, Ross, un joven de Edimburgo, encontraba motivos para el optimismo.

Junto a otros 100 votantes del Sí celebraban en la capital frente al Parlamento.

Caía una llovizna y había más envases vacíos en el piso que personas de pie, pero su mensaje de ver la derrota con otros ojos fue algo que encontré durante todo el día hablando con la gente, tanto independentistas como unionistas.

La magnitud de esta movilización de cuatro millones de escoceses este jueves, y en los últimos dos años de campaña, dejaron una huella en la identidad y en la conciencia política que pocos creen le será indiferente al país.

Y enviaron un claro mensaje a la clase política en Londres.

Aunque se evitó la partición de una unión de 307 años, parece haberse abierto la puerta a una etapa de cambios que aún no están claros.

Ya en la propia madrugada, desde el gobierno británico, que ya había anticipado más poderes para Escocia en caso de una victoria del No, se reconoció que era momento de reconocer los intereses de todas las naciones de Reino Unido.

Demasiada calma

Para ser el día en que votaban por su independencia, todo comenzó con bastante calma en Edimburgo.

Quizá demasiada.

Cambiaría con el correr del día, aunque el cielo pintado de gris de Edimburgo, la humedad, el suelo mojado y la niebla fueron una constante.

Acostumbrados a votar en medio de una jornada laboral, muchos escoceses madrugaron e hicieron cola incluso antes de la apertura de los centros de votación a las 7:00 hora local (6:00 GMT).

Iglesias, cafés, centros comunitarios, clubes deportivos, hoteles, y centros artísticos: todo sirvió como centro de votación.

En uno de ellos a cinco minutos a pie del castillo de Edimburgo, en el Hotel Roxburghe, alrededor de las 9 de la mañana, empecé ver el llamado “voto tímido” del No, esa mayoría silenciosa que no hizo tanto ruido pero terminó celebrando.

En la puerta una mujer en sus cincuenta repartía volantes con la inscripción “No, gracias”.

Pero prefiere no hablar sobre el referendo. “No soy buena argumentando”, se defiende.

A su lado, Peter, hace campaña por el Sí.

“Es el día más importante de mi vida”, dice emocionado este abogado de 54 años. “Es nuestra oportunidad de recuperar nuestro país después de 300 años”.

“Sin importar el resultado, Escocia va a cambiar para bien, sólo por el hecho de toda la gente alejada de la vida política del país que se involucró en el proceso”, agrega.

La visibilidad del Sí

En la calle bastaba con mirar a alguien y preguntarle, si es que no llevaba algo que lo identificara, “¿Sí o No?”.

No había otro tema.

Aunque algunos casi que lo gritaban.

Para el Sí siempre se trató de ser visibles. Eran los que tenían que hacer ruido, mostrarse, convencer y sumar.

Dos años atrás el independentismo tenía un 27%, durante gran parte de la campaña estuvo a 15 puntos del No, y recién al final –por méritos propios y errores ajenos– logró acercarse hasta inquietar al unionismo.

El Sí estaba presente en Edimburgo en banderas escocesas, en carteles en casas, pubs, tiendas, en pegatinas y broches en la ropa de la gente.

Si el Sí era la expresión emotiva de un sueño, de una esperanza, de un cambio, el No podía pasar como la opinión temerosa de ser estigmatizado, como un rechazo al salto al vacío, como un voto por el statu quo.

Sonrisa en el rostro, pegatina en el pecho, entusiasmo en los ojos y ganas, muchas ganas, de explicar su voto, sus sueños, y las ambiciones de una Escocia independiente.

Esa era la imagen del Sí.

El No era sinónimo de timidez, de perfil bajo, de explicar casi en voz baja y a veces a regañadientes los beneficios de no desmembrar a Reino Unido.

Casi que incomodaba preguntarles.

“Este país no será igual”

“¿Dónde están los No? No los veo”, me dice Paul, parado en la misma esquina del centro de Edimburgo en la que asegura se ha pasado todos los sábados, y varias noches entre semana, desde que hace casi dos años se acordó un referendo.

Allí repartía folletos, hablaba con la gente, convencía votantes.

Lleva los cinco dedos de la mano derecha con pegatinas del Sí.

En los 15 minutos que hablo con él, reparte cuatro: “El No es el ´voto tímido’, no aparecen”.

Este analista de datos de 54 años está convencido de que Escocia ya había ganado como país antes de que se conocieran los resultados.

“Escocia estaría mejor con más poderes, es lo que necesitamos. Estamos orgullosos de nuestro país y somos capaces de gobernanos nosotros mismos”.

“Pero aunque gane el No, este país no será igual. Y cuando en Londres entiendan esto, también será positivo para el resto del país. Ya no podrán pensar sólo en ellos. Eso es bueno, muy bueno”.

El estigma del No

“Mi corazón me dice Sí, pero mi cabeza me dice No. Me gusta el concepto, la idea (de una Escocia independiente), pero no veo que vaya a funcionar en la práctica. Todavía estoy indeciso, pero probablemente termine votando por el No”.

El que habla es un hombre de unos 30 años, prefiere no decirme su nombre, tampoco quiso que lo filmara, aunque accedió a una fotografía.

Aprovechó el descanso laboral al mediodía para acercarse con su amigo Cameron a las afueras del Parlamento.

Trabajan en finanzas y no quieren exponerse.

Les pregunto si hubo un estigma con el hecho de ser votante del No durante la campaña.

“Sí, no ha sido fácil. Mira aquí. Somos menos visibles en las calles, explica con pesar Cameron, quien lleva una pegatina del No, y señala a la gente alrededor.

Él no tiene dudas con su voto. Asegura que la independencia es un “salto al vacío”, menciona las grandes incertidumbres, los riesgos económicos y que es mejor que Reino Unido se mantenga así, “unido”.

“Creo que las cosas van a mejorar, independientemente de quién gane. Aunque gane el No, vamos a conseguir más autonomía para el Parlamento escocés. Y creo que este fenómeno no sólo se va a dar en Escocia, sino también en Inglaterra, y eso es bueno para Reino Unido”.

Un rato antes me había cruzado con Emily, estudiante de derecho de 19 años, con broche del No, a quien tuve que convencer para que explicara a cámara sus motivos.

“Aquí no, hay mucha gente del Sí, un poco más allá”, decía nerviosa antes de contar que piensa que Escocia está “mejor” siendo parte de Reino Unido porque no tiene los recursos suficientes y ya tiene suficientes poderes.

“Es riesgoso, bastante riesgoso”.

Emily teme por el costo de la matrícula universitaria en una Escocia independiente.

La universidad ahora, a diferencia del resto de Reino Unido, es gratuita.

“Y, honestamente, –añade– me entristecería, mi padre es inglés, no quiero que en parte sea de otro país”.

George, de 52 años, es otro que habla de tristeza.

“Es un día triste para Escocia. Tuvimos la oportunidad, y no estoy seguro de que pueda volver a votar por la indepedencia de mi país. Sólo espero que esto no se detenga aquí, que obtengamos más poderes y demostremos lo que podemos hacer por nosotros mismos”.

Y lanza una advertencia: “Espero que toda la gente joven, y la gente en general que se involucró en política por primera vez no se desmotive”.

Cambio, sin dirección clara

Su mensaje tiene un punto, pero el referendo parece haber despertado a una generación, además de haber sido un llamado de atención de que Londres debe acordarse del resto de Reino Unido.

Y todo indica que habrá una reacción.

El referendo forzó un debate y generó una movilización no vista en décadas en estas tierras.

Estimuló un proceso de cambio en Reino Unido. Escocia tampoco será igual.

La dirección exacta y el desenlace es difícil de prever.

Pero en las calles de Edimburgo, los Sí y los No, divididos en campaña, encontraron motivos para ver el porvenir con optimismo. / Por Juan Paullier, para BBC.--
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Actualización:

Official referendum results now available at http://scotlandreferendum.info/ vía Scottish Parliament.

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