Por Farhad Manjoo, publicado por The New York Times.
En teoría,
el anuncio que dio Facebook
el martes debería hacerte sentir mejor: aseguró haber descubierto y eliminado
una campaña de desinformación iraní de gran alcance.
Imagen de Jorge S. King©2018 |
Sin embargo, no solo fue Irán ni tampoco solo fue Facebook.
YouTube también mencionó que había eliminado contenido relacionado con la
campaña iraní; sucedió lo mismo con Twitter. Además, Facebook señaló que
también había eliminado páginas que tenían su origen en una operación
propagandística de Rusia que no estaba relacionada con la campaña de Irán.
Aún hay más: esta semana, Microsoft anunció que había descubierto una campaña
rusa de ciberataque que tenía como objetivo centros de investigación
conservadores en Estados Unidos. Y el 22 de agosto se reveló en las noticias
que esta semana los hackers habían intentado penetrar la base de votantes del
Comité del Partido Demócrata.
Todo esto en tres días (además, el mes pasado, Facebook desmanteló otra
campaña de influencia que era de origen no identificado, pero la pudieron
haber operado rusos).
¿Ya te sientes mejor?
Sí, yo tampoco.
Estas revelaciones dosificadas inspiran lo opuesto a la seguridad. Si
encuentras una cucaracha en la cocina, tal vez te sientas mejor por haber
capturado a la maldita. Si encuentras otra y después otra más muy pronto
empiezas a preguntarte si deberías quemar la casa.
Además, estas revelaciones de mala conducta enfatizan la innovación de las
amenazas que estamos sufriendo y qué tan poco preparados estamos para hacerles
frente.
Algunos de estos anuncios hablan de actividades criminales verdaderas. Sin
embargo, hay otros, como el relacionado con la campaña iraní, que describen un
tipo de comportamiento más confuso, uno que no queda tan claro que sea ilegal
y cuyas tácticas equivalen a lo que mucha gente hace todos los días: mentir en
internet.
Debido a la zona gris que ocupan algunas de estas actividades, el siguiente
gran paso de la sociedad digital será pensar qué se debe hacer con cada una de
las revelaciones: cómo evaluar su impacto potencial y nuestra capacidad
colectiva para responder a este. La tarea es mucho más grande que lo que
cualquiera de nosotros podría imaginar.
“El trabajo de Facebook, Microsoft y otras empresas que las hace ver más
proactivas es una tendencia positiva: es parte de la solución y me gustaría
que se mantuviera”, comentó Graham Brookie, director del Laboratorio de
Investigación de Informática Forense del Atlantic Council, un centro de
investigación que ha trabajado con Facebook en temas relacionados con la
seguridad en las elecciones.