Adaptación al cambio climático tomará fuerza en conversaciones de ONU en Lima
Barcelona (Fundación Thomson Reuters) - En Perú, donde comienzan este lunes dos semanas de conversaciones climáticas de Naciones Unidas, el deshielo de los glaciares y repentinos periodos de calor y de heladas ya están afectando cultivos e ingresos, manteniendo a pobladores en la pobreza, aseguraron trabajadores de ayuda humanitaria.
"De los Andes a la selva, las comunidades están haciendo lo que pueden, pero sus esfuerzos nunca serán suficientes sin una acción global ambiciosa para combatir el cambio climático", dijo Milo Stanojevich, director de CARE International en Perú.
Las conversaciones en Lima tienen la tarea de fijar los elementos clave de un nuevo acuerdo climático global que se presentará en París en un año, y de buscar la manera de lograr mayores reducciones en las emisiones que calientan el planeta antes de que ese pacto entre en vigor en 2020.
CARE consideró además que los gobiernos deben reforzar el apoyo a las poblaciones de menos recursos que ya están luchando contra los efectos del cambio climático, incluyendo temperaturas extremas y aumento en el nivel del mar.
En las últimas semanas la atención internacional se ha centrado en las nuevas metas anunciadas por los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, Estados Unidos y China, para frenar su contaminación de carbono.
Pero además, hay una presión más discreta para asegurar más atención a los esfuerzos para adaptarse a los inevitables efectos del cambio climático. Estos incluyen la construcción de infraestructura más resistente, la instalación de sistemas de alerta de desastres y enseñar a los agricultores a recolectar agua de lluvia.
"Ya no estamos en una situación en la que sólo recortar las emisiones es suficiente. También tenemos que adaptarnos al cambio climático donde sea posible y donde no sea posible los países deben ser compensados de alguna manera", dijo Sam Smith, líder de la iniciativa global sobre clima y energía de WWF.
FINANCIAMIENTO DESEQUILIBRADO
Las naciones en desarrollo -desde el Pacífico hasta África subsahariana, Asia meridional y América Latina- han pedido por mucho tiempo iniciativas para la adaptación y recibir más fondos, con el argumento que deberían recibir la mitad de los flujos del financiamiento climático.
En 2013, la financiación para la adaptación representó sólo el 7 por ciento de la inversión mundial en la lucha contra el cambio climático. Y desde el 2003 la adaptación sólo obtuvo alrededor del 17 por ciento del gasto aprobado por fondos respaldados por gobiernos para los países en desarrollo.
Pero existe una creciente confianza entre los expertos de que las cosas están cambiando, entre otras razones porque el incipiente Fondo Verde para el Clima, que se espera se convierta en el principal mecanismo de financiación para el clima mundial, planea destinar la mitad de sus recursos a la adaptación conforme avance el tiempo.
Saleemul Huq, director del Centro Internacional para el Cambio Climático y el Desarrollo con sede en Bangladesh, dijo que los países más ricos ahora entienden que la adaptación es un problema para ellos también, después de costosos desastres meteorológicos como la supertormenta Sandy, que azotó a Estados Unidos en 2012, causando pérdidas de 50.000 millones de dólares.
"Lo que Estados Unidos tendrá que gastar para adaptarse reducirá lo que los países más pobres tendrán que pagar", dijo. "Se trata de cantidades impresionantes", aseguró.
Atrás quedaron los días cuando hablar de la necesidad de adaptación era visto como dejar a las naciones contaminantes libres de culpa. Ahora hay un fuerte impulso entre muchos países en desarrollo y grupos de la sociedad civil para un objetivo global de adaptación en el acuerdo de 2015.
"HERMANAS GEMELAS"
Quamrul Chowdhury, un veterano negociador de Bangladesh que representa a los países menos desarrollados, dijo que la adaptación ya no debe ser entendida como la "hermanastra de la mitigación", sino que deberían tener el mismo estatus y ser como "hermanas gemelas".
El acuerdo de París también debería abordar cómo conectar "los existentes déficits de adaptación", teniendo en cuenta que la adaptación será limitada si la ambición para mitigar el cambio climático no crece, dijo.
"Cuando se detiene la adaptación, la pérdida y el daño inducido por el clima comienza", afirmó y agregó que un mecanismo para afrontarlos, establecido en conversaciones sobre el clima del año pasado en Varsovia, también debería integrarse en el acuerdo de 2015.
Pos su parte, Huq dijo que la adaptación es más difícil de medir que los recortes de emisiones, por lo que es complicado fijar una meta sólida. Una solución es estipular cuánto de financiamiento debería ir a la adaptación, señaló.
Los países más ricos son cuidadosos de incluir dichos objetivos en un nuevo acuerdo global, aunque prometieron en 2009 movilizar 100.000 millones anuales al 2020 para ayudar a las naciones vulnerables a adaptarse al cambio climático y a lograr un desarrollo limpio.
Aún no está claro cómo planean llegar ahí desde el nivel actual de financiación para los países en desarrollo, que se redujo a 34.000 millones de dólares en 2013, 8.000 millones de dólares menos que en 2012.
Liz Gallagher, líder del programa diplomacia climática del centro de estudios ambientales E3G, dijo que las conversaciones de Lima deberían poner en marcha un proceso para trabajar en cómo se incrementará la financiación hasta 100.000 millones de dólares al año.
"No podemos dejar que los 100.000 millones de dólares sea un problema postergado hasta París. Irrumpirá París si lo es. Necesita ser definido durante el próximo año", dijo.
¿SÓLO EMISIONES?
Otro posible tema candente en Lima es si los países deberían incluir esfuerzos de adaptación en sus aportes al nuevo acuerdo. Estas contribuciones se supone que deberían ponerse sobre la mesa a principios del próximo año, pero algunas naciones industrializadas han argumentado que las ofertas deberían cubrir únicamente a la reducción de emisiones.
Pero para los países menos desarrollados, son una forma de vincular sus planes actuales y futuros para la adaptación con la cantidad de apoyo financiero y técnico necesario para ponerlos en práctica.
Esto variará de acuerdo a cuánto esfuerzo se haga para mantener el aumento de la temperatura global en un límite acordado de 2 grados centígrados o menos, argumentan, y debería estar sujeto al mismo proceso de revisión que los esfuerzos de mitigación.
"Si estas negociaciones no ayudan a los países a hacer frente a los impactos reales del cambio climático, y sólo dan prioridad a los objetivos de emisión, habrán fallado a la misma gente a la que este acuerdo está destinado a proteger", dijo Harjeet Singh, director de resistencia y cambio climático en ActionAid International. / Por Megan Rowling para
Reuters. (Editado en español por Mónica Vargas).--