En el taoísmo hay una enseñanza de ética en el trato para con el vecino que dice "considera la ganancia de tu vecino como tu ganancia, y la pérdida de tu vecino como tu pérdida". Me parece que en gran medida tiene que ver porque ambos viven en un mismo lugar y todo lo que pasa de alguna manera influye en todos.
En el cristianismo tenemos una enseñanza con dos frases de Jesús en que cita explícitamente la ley judía antigua: "amarás a tu prójimo como a ti mismo", y "todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas".
Un hadiz islámico dice: "ninguno de vosotros habrá de completar su fe hasta que quiera para su hermano lo que quiere para sí mismo".
En el griego Epicuro la regla de oro se entiende como ética de la reciprocidad: "minimizar el daño, de los pocos y de los muchos, para así maximizar la felicidad de todos".
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Mi Tata Ernesto, hombre de campo y ganadero él, solía decir siempre ésto, "tu vecino puede ser tu mejor aliado". Siempre señalaba las ventajas de uno ser buen vecino y de estar en buenas relaciones con todos los que rodean tu propiedad.
En el campo se suele decir "el buen vecino, arregla el camino". El mantener los caminos entre todos es muy beneficioso para todos. Tanto así que no en pocas regiones civilizadas e inteligentes los consorcios camineros son organizados y administrados por los frentistas. Algunos logran involucrar a las administraciones locales, y en algunos casos se cobran peajes que administrados por los vecinos, se destinan al mantenimiento.
Igual pasa en la ciudad, ya sea en el barrio o en el edificio. Donde brille la ética de la reciprocidad en general las cosas andan bien y en tiempos difíciles siempre hay una mano que ayuda al otro.