En Argentina permanentemente vivimos con noticias sobre accidentes de tránsito, hay una tasa diaria tremenda de muertes que superan los veinte casos. Es algo inexplicable, algo que va más allá del entendimiento.
¿por que abordo hoy esta temática?, simplemente porque esta mañana, con el amigo Juan, camino a encontrarnos otros señores en un café literario, fuimos víctimas de un accidente de transito que por gracias de Dios no tuvo ninguna consecuencia más allá de la sorpresa y el consecuente enojo.
En una esquina céntrica de la ciudad de Santiago, comenzamos a cruzar una calle por delante de la fila de automóviles que esperaban paso. Sorprendentemente el primer coche inició su marcha y yo termine recostado sobre su capot, Juan y otras personas trastabillando, intentando no caer al piso.
Hubo enojos, reclamos y amenazas, el conductor y sus tres acompañantes tuvieron el buen tino de no responder, porque la cosa iba a tomar otro camino, un poco más violento. Una ves calmados los ánimos todos seguimos nuestro camino.
Hace un rato, después del almuerzo, charlando con la familia sobre el suceso, me puse a pensar sobre lo irracional que se comportó el conductor, sobre lo que podría haber ocurrido. No me queda duda que esto pasa porque cualquiera está habilitado legalmente a conducir. Obtener y renovar una licencia en este lugar es un simple trámite burocrático que lo puede hacer cualquiera, aunque no esté física y psíquicamente habilitado, los resultados saltan a la vista y lo sufrimos todos. Lo peor de todo es que nadie hace nada.
Si uno se pone a estudiar y registrar las conductas de los conductores, seguramente podrá escribir un libro y por que no ganarse el Pulitzer, no se, tal ves, lo que si es seguro, es que se dará cuenta de lo inseguro que es cruzar la calle en el centro de la ciudad a una hora pico.
P.D.: El individuo de la foto no es el conductor que protagonizó el suceso descripto en este post. Como ya lo comenté, éste tipo de imágenes son comunes en la calle Bolivia, a poco más de 100 metros de la Dirección Municipal de Tránsito. ¿Donde están los controles?.
¿por que abordo hoy esta temática?, simplemente porque esta mañana, con el amigo Juan, camino a encontrarnos otros señores en un café literario, fuimos víctimas de un accidente de transito que por gracias de Dios no tuvo ninguna consecuencia más allá de la sorpresa y el consecuente enojo.
En una esquina céntrica de la ciudad de Santiago, comenzamos a cruzar una calle por delante de la fila de automóviles que esperaban paso. Sorprendentemente el primer coche inició su marcha y yo termine recostado sobre su capot, Juan y otras personas trastabillando, intentando no caer al piso.
Hubo enojos, reclamos y amenazas, el conductor y sus tres acompañantes tuvieron el buen tino de no responder, porque la cosa iba a tomar otro camino, un poco más violento. Una ves calmados los ánimos todos seguimos nuestro camino.
Hace un rato, después del almuerzo, charlando con la familia sobre el suceso, me puse a pensar sobre lo irracional que se comportó el conductor, sobre lo que podría haber ocurrido. No me queda duda que esto pasa porque cualquiera está habilitado legalmente a conducir. Obtener y renovar una licencia en este lugar es un simple trámite burocrático que lo puede hacer cualquiera, aunque no esté física y psíquicamente habilitado, los resultados saltan a la vista y lo sufrimos todos. Lo peor de todo es que nadie hace nada.
Si uno se pone a estudiar y registrar las conductas de los conductores, seguramente podrá escribir un libro y por que no ganarse el Pulitzer, no se, tal ves, lo que si es seguro, es que se dará cuenta de lo inseguro que es cruzar la calle en el centro de la ciudad a una hora pico.
P.D.: El individuo de la foto no es el conductor que protagonizó el suceso descripto en este post. Como ya lo comenté, éste tipo de imágenes son comunes en la calle Bolivia, a poco más de 100 metros de la Dirección Municipal de Tránsito. ¿Donde están los controles?.