Los isleños y su confianza en el futuro.
Con una renovación de las tensiones entre el Reino Unido y Argentina por la soberanía de las Islas Falkland o Malvinas, el periodista de la BBC Allan Little visitó las islas (*).
Little informa que los isleños están más entusiasmados por el potencial descubrimiento de petróleo que preocupados por su vecino del oeste. Estas son sus impresiones.
Stanley es un lugar tranquilo, previsible, de fish and chips (plato típico británico de pescado y papas fritas) y los tradicionales buzones y cabinas telefónicas de color rojo; de tiendas de regalo junto al mar y de madres jóvenes que empujan cochecitos de bebé desafiado el viento huracanado.
Podría ser cualquier pueblo costero inglés en medio de un huracán. Y como en cualquier pueblo de la costa de Inglaterra nadie tiene miedo de que ocurra una invasión.
"Los isleños no creen que los argentinos vayan a regresar en un sentido militar", dijo Lisa Watson, editora del periódico local, el Penguin News.
"Pero constantemente tratan de desestabilizarnos. El gobierno británico tiene que ser fuerte y darnos esperanzas".
Aquí se nota una inmensa confianza en el futuro. La economía está creciendo. La población está creciendo.
Los barcos con bandera de las Falkland o Malvinas puede que sean vetados de entrar en muchos puertos de América del Sur, pero los intentos de Argentina de sumar a América Latina a su campaña de reclamo del archipiélago han arrojado resultados mixtos.
No hay un embargo comercial. Es posible aún tomar un vuelo regular entre las islas y Santiago de Chile.
El gobernador de las islas, Nigel Hayward, expresó: "Es alentador que mientras Argentina ha puesto una enorme presión sobre otros países, estos parecen dispuestos a suscribir acciones simbólicas como la de las banderas pero no a sumarse a algún tipo de bloqueo comercial. Esto es alentador para los isleños".
Beneficios incalculables
Un elemento clave es la exploración de petróleo. La plataforma petrolera de exploración submarina Leif Eriksson fue remolcada hasta aguas justo al sur de las islas.
Uno de los campos de petróleo al norte del archipiélago ahora se sabe que contiene 350 millones de barriles. Los beneficios potenciales para una población de algo más de 2.500 personas son incalculables.
En el muelle de Stanley conocí a Stephen Luxton, director de recursos minerales del gobierno de las islas.
"Es fantástico", me dijo. "En los últimos dos años hemos visto un programa de perforación excelente. Probablemente 2012 sea el año más interesante".
Para Argentina esta exploración es ilegal. El tema del petróleo ha avivando la ira de Buenos Aires, pero es difícil encontrar a alguien aquí a quien le importe mucho la sensibilidad argentina.
"Si ellos (los argentinos) sienten que es una provocación, se trata de su problema", comentó Luxton.
"El gobierno del Reino Unido no tiene dudas acerca de nuestros derechos. Somos británicos. La exploración petrolera alrededor de las islas no es realmente un tema que les concierna (a los argentinos) a nuestro juicio".
"Posición diferente"
Esta confianza en el archipiélago tiene varios sustentos. La presencia militar británica, con el envío al Atlántico Sur por parte de la Armada Real del navío HMS Dauntless, es uno de ellos.
Se trata de uno de los buques de guerra más nuevos y desarrollados en la flota británica.
El brigadier Bill Aldridge me dijo que no existe el riesgo de un intento de invasión por parte de Argentina.
"Estamos en una posición muy diferente a la de hace 30 años", opinó.
"Pero mi misión es detener cualquier posible agresión militar a estas islas, y sólo si esto falla habrá necesidad de defenderse y tener la capacidad para hacerlo".
A pesar de la hostilidad en el plano político, Argentina tampoco es lo que era hace 30 años. Su transición a la democracia ha contribuido a transformar la fortuna de estas islas.
El cambio en Argentina ha, paradójicamente, ayudado a mantener a las Islas Falklands o Malvinas tan británicas como el fish and chips.
(*) Este artículo fue escrito antes del anuncio de la presidenta Cristina Fernández de que denunciará al Reino Unido ante las Naciones Unidas.
BBC Mundo.