Publicado por Región Norte Grande
En el inicio de la segunda década del siglo XXI, el desarrollo aerocomercial transversal de Argentina sigue siendo una materia pendiente, que contrasta cada día más con el crecimiento de la economía nacional y de las diferentes regiones del país.
El solitario intento de Sol Líneas Aéreas desde Santa Fe o el obstinado mantenimiento de las rutas de Aero Chaco, con la continuidad de los servicios entre Resistencia y Córdoba mantienen encendida una llama que a nivel país promedia los tres vuelos secundarios diarios contra los 30 del 2000, cuando unas 30 líneas aéreas operaban aviones turbohélices.
Mientras la aviación regional presenta actividad creciente y desarrollos con la incorporación de nuevos aviones en Europa y toda Latinoamérica, en Argentina el segmento no tiene expresión de crecimiento.
Con la concesión actual de sus rutas a Macair Jet, Aerochaco sigue siendo una referencia histórica del transporte aéreo transversal de Argentina. Los nuevos proyectos de aerolíneas regionales aseguran sustentabilidad por la reciente demanda, pero la atención estatal en el desarrollo de Aerolíneas Argentinas posterga autorizaciones. Chaco gestiona una transversalidad regional de escala continental, que espera ver concretarse con la incorporación de nuevos Boeing 737 en la compañía de bandera nacional.
“A fines de los 80’ y durante la década de lo 90’, operaron entre nueve y siete líneas aéreas regionales en todo el país con una flota promedio de 25 a 35 aeronaves turbohélices. Actualmente en condición regular, solo hay una empresa que opera con siete máquinas”, explicó Diego García Laborde, especialista en el tema y autor de varios trabajos de investigación en la materia, en su nuevo trabajo “El Sistema de Vuelos Regionales en Argentina”, que releva la actualidad de una actividad hoy no inexistente en el país, hecho para el que no hay mayores explicaciones.
“En la década del 70 las pequeñas compañías regionales transformaron el sector de la aviación comercial mundial. Son consideradas como el más dinámico y próspero de la industria aeronáutica de Siglo XXI y, al descubrir rutas de menor densidad (no rentables para las troncales), abren una dimensión diferente en las pequeñas o medianas ciudades, favoreciendo la aparición de nuevos aeropuertos, genera puestos de trabajo y desarrollo en las regiones”, detalla García Laborde en un artículo en la Revista Mercado, reproducido por diario Norte.
Según el especialista, la causa de la casi desaparición de la actividad aerocomercial transversal parece explicarse en el efecto de la devaluación en estas empresas, que tenían antes de la salida de la convertibilidad costos dolarizados. “La devaluación generó una brecha y una enorme pérdida financiera y una importante retracción de la demanda”, anota el especialista.
El estudio releva que, en los 90, ciudades como Chos Malal, Ingeniero Jacobacci, Viedma, San Martín de los Andes, Reconquista, General Roca, Loncopué, Resistencia, Rosario, Paraná, Río Cuarto, Malargüe, Tucumán, Salta y muchas otras disponían de opciones de vuelos internos que las dconectaban sin necesidad de pasar por Buenos Aires.
El incremento de la actividad en las economías regionales y, en consecuencia, de la demanda eventual de vuelos transversales, pone hoy a la actividad incluso frente a la posibilidad de prosperar aun sin los subsidios estatales. Según el estudio de García Laborde, “en todas las rutas regionales, tanto en las de la Patagonia como en el resto del país,, el factor de ocupación promedio de estos vuelos nunca bajó del 64% al 67%, razón por la cual la falta de servicios aéreos no puede atribuirse a un problema de mercado”,
Con varios proyectos privados ya calificados por la Annac como viables y sustentables, aún a la espera de autorización el estudio señala que la razón de la falta de desarrollo transversal aerocomercial es que hoy por hoy “la focalización del Estado Nacional en la cuestión de Aerolíneas Argentinas”.
Paralelamente a esta concentración política, de la que se desprende la visión del riesgo de competencia que podrían generar aerolíneas regionales al desarrollo de la compañía de bandera, García Loborde presenta el problema de la reglamentación que califica como aeronaves de gran porte a las que pueden llevar más de diez pasajeros.
Un avión de 30 plazas no puede competir con un jet de 120. Una línea aérea regional está concebida y diseñada para operar rutas de baja densidad en un espacio circunscripto”, señala planteando de hecho de que los proyectos aerocomerciales regionales podrían coexistir y colaborar con Aerolíneas Argentinas sin prestarle competencia. / Región Norte Grande.
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