Vitraux en la Catedral Basílica de la Ciudad de Santiago del Estero Foto de Jorge S. King ©Todos los derechos reservados |
Hoy se honra a Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, Patrona de Santiago del Estero. Es un día festivo y de agradecimiento por todas las gracias concedidas por su intercesión.
Desde el año 1984, nuestra Señora de la Consolación de Sumampa es patrona de la provincia de Santiago del Estero. Y desde de ese año, el collar y su imagen fueron instituidos como distinción honorífica para ser utilizada por los gobernadores constitucionales, otorgada por el Excelentísimo Obispo Diocesano en la ceremonia de asunción. Es también protectora de los transportistas, de los estancieros, de las escuelas y los cadetes de policía.
La pequeña estatua de su imagen tiene una historia interesante. En la primera mitad del siglo XVII, uno de los escasos pobladores blancos del sur de Santiago del Estero, el señor Antonio Farías de Sáa, de origen portugués, mandó traer desde Brasil dos imágenes, de Nuestra Señora, talladas en arcilla cocida por artesanos de aquella región.
Una era la Inmaculada Concepción y otra la Virgen de la Consolación, las cuales, una vez desembarcadas en el puerto de Buenos Aires, fueron colocadas sobre dos carros tirados por bueyes y despachadas rumbo al norte. Al llegar a Luján, en la provincia de Buenos Aires, los bueyes uno de los carros, se detuvieron y se negaron a seguir viaje. Era el carro que transportaba a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, con los años cerca de allí se construyó y se alza imponente la Basílica de Luján.
El segundo carro continuó su ruta y al llegar a Córdoba, la imagen fue montada en el lomo de una mula para ser llevada a Santiago del Estero. Desde entonces se cuenta que la mula se desvió sola y se extravió, al llegar a Sumampa Viejo, y grande fue la sorpresa de su propietario al ver que, por sí sola, sin que nadie la guiase, se había encaminado a la estancia de Don Antonio Farías de Sáa, que ansioso esperaba la imagen.
Ésto fue muy comentado en toda la comarca y pronto comenzaron a acudir sus moradores para rezar frente a la Virgen. No pasó mucho para que le levantaran un rustico oratorio de adobe y techos de paja, fue construido por aborígenes abipones evangelizados. Don Antonio, donó a la Virgen, una legua de tierra para que se pueda construir en ella un templo de magnitud, pero toda vez que se inició la construcción, algo lo impidió. La obra se derrumbó por sí sola, o cayó abatida por los vientos, o algún incendio la consumió. La gente del lugar atribuyó esas señales al deseo de Nuestra Señora y la dejaron en su rústico santuario, que consiste en una pequeña nave de unos 40 metros de largo por 10 de ancho, con paredes de 1 metro y techo a dos aguas.
Pueden leer una descripción de la estatua de la imagen, y de su santuario en Sumampa, en el sitio web del Obispado de Santiago del Estero.
Su santuario en Sumampa es punto de destino de importantes peregrinaciones entre el 12 y el 23 de noviembre de cada año, sus fieles recorren amplias distancias a pie, a lomo de mula o a caballo para orar con fervor a los pies de la milagrosa imagen. Su culto ya tiene Misa y Oficio Propio.
La imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús en brazos, es sencilla y pequeñita, de sólo 23 cms. de altura, pero el cariño y el fervor de la gente es inmenso.
Su santuario en Sumampa es punto de destino de importantes peregrinaciones entre el 12 y el 23 de noviembre de cada año, sus fieles recorren amplias distancias a pie, a lomo de mula o a caballo para orar con fervor a los pies de la milagrosa imagen. Su culto ya tiene Misa y Oficio Propio.
La imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús en brazos, es sencilla y pequeñita, de sólo 23 cms. de altura, pero el cariño y el fervor de la gente es inmenso.
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